A veces conviene madrugar en primavera para hacer un cambio de ritmo circadiano y que todo nos salga bien pero esto solo puede suceder si es nuestra mujer la que madruga una hora antes para irse a trabajar, porque el Sol no comete errores al salir por su Puerta y lo hace en hora buena y justa y así tampoco comemos el pan de cada día si se nos infla el cuerpo.
Qué cuerpo más lindo tiene esa madrileña que no ha llegado al rango de la diosa Cibeles porque fue en El Jardín del Edén que estaba en Mesopotamia donde se creían como dioses y esto no aconteció para ella en Madrid ni a Dios se le enristraron por eso las Cejas del Cielo.
El mundo se hace insufrible cuando por las aceras van las motos, cuando los jóvenes que han empezado su lucha aforística en una buhardilla de San Bernardo empiezan a pasarlo mal y debilitan su cuerpo altanero con escasa comida y sueño, y mucho movimiento, y luego se les tendrían que ver con esos jefes en sus primeros trabajos que tienen almorranas y les confundirán los principios.
Cómo se abría la entrepierna de la chica estudiante del Colegio Mayor/ mientras se pintaba los labios con crema de cacao/ como si cuantas más hojas de los libros pasase/ más ganas de amor sincero quisiera/ y cómo aquellos vestidos contenían/ una pasión venida del campo a la ciudad universitaria.
Siempre me han llamado la atención los coches cucaracho que utiliza el pueblo llano que es hincha del Real Madrid como el que un pajarito se ponga a mis pies dándome los buenos días, porque yo tengo el aura de los que dan cosas como Papa Nöel, y eso lo perciben muy bien las mujeres del este en los hombres españoles, cuando la moda te hace sentir que todo vale la pena por un buen traje, resulta que todos están picajosos porque se juega el derbi contra el Atlético de Madrid por la Copa de Su Majestad, y entonces si eres negro te cobran el doble en el autobús y si eres mujer de magisterio tiendes a ocupar el surtidor de gasolina más cercano y que más estorba, y si eres del gremio de abogados al asalto el empujón es mayor en los juzgados porque ellos saben que todo son trampas y no hay nada justo, y mientras el camión Sixto pone las vallas a la fuente de la Victoria de Cibeles y Neptuno, y el camión Hipercor del supermercado reparte la compra de este viernes y las señoras discuten en el autobús central de la Castellana, y los cielos amenazan con tronar, una mitad le echa la culpa a la otra mitad de los problemas de la crisis madrileña.
DEL COLEGIO
El clima de Madrid también nos ama y se está amoldando a las actividades y necesidades de ocio de los madrileños. Con este clima pueden madurar los cerebros de nuestros niños siempre que nos obedezcan. El griterío de los niños de las aulas escolares apacigua el ambiente. Qué alegría de ver para los maestros cuando florean los capullos de los alumnos del colegio después de tanto corregirles y de aguantar sus zapatones.
May 17, 2013
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