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EL MISTERIO DE LAS MAJAS

Desde luego da para argumento de novelas de intriga ¿Quien es la mujer que posa con tanto abandono para el genial pintor? es noble o plebeya.
Desde la misma génesis de la pintura la intriga la persigue, en el cuadro, que hoy en día podemos admirar en el Museo del Prado, vemos a una mujer con un rostro más atractivo que hermoso que se place en lucir su cuerpo desnudo no con descaro sino con la tranquila placidez de quien se sabe deseable y le gusta lucirse, no es lujuria lo que desprende sino la tranquila aceptación de la belleza, sonríe con la mirada puesta en el espectador, y parece decirle ¡aquí estoy disfruta de los dones que me otorgó la Naturaleza¡, por cierto, como apunte anecdótico, el cuadro en sí fue un escándalo para la época, puesto que mostraba un desnudo al natural sin subterfugios mitológicos, y para dar mayor realismo  es la primera obra de arte conocido que pinta el vello púbico, resaltando así la idea de una mujer real, no diosa,ninfa o mártir, además el maestro la resalta con una especial luminosidad frente al oscuro marco que la envuelve, como la perla que esconde el estuche.
Pero ¿Quien es la modelo?, la verdad a ciencia cierta no se conoce, el primer propietario fue Manuel Godoy lo que ha llevado a pensar que la modelo fue su amante y posterior segunda esposa Pepita Tudó, pero la similitud con otros cuadros del genial pintor, que parecía dominado por la pasión hacía la XIII Duquesa de Alba, María del Pilar, Teresa Cayetana de Silva y Alvarez de Toledo con la que mantuvo una íntima e intensa amistad, podría ser el cuerpo de esta última la que reposa con complacencia en el lecho.
O podemos aventurar una tercera hipótesis, que el cuerpo pertenezca a la noble y el rostro a la plebeya con lo que así el genio contentaba su pasión con el objeto de la misma y al noble le daba cumplimiento del encargo pictórico.
La verdad del caso se la han llevado a la tumba los protagonistas de la historia y es difícil que la conozcamos, puestos a elegir, me quedo con la última suposición, sabiendo del amor del pintor a la Duquesa pudo pintarla, incluso sin estar presente, recreándose en iluminar sus formas de tal manera que parece estar suspendida en el espacio, pero para no ofender a  Cayetana, ni dar cuartos al pregonero, optar por dar otro rostro que no fuera pasto del escándalo, contentando de paso al advenedizo que había encargado el cuadro, sería romántico pensar que Goya escondió su amor bajo el encargo del retrato.
Posteriormente y para disimular el desnudo, Goya pintó una Maja Vestida que mediante un ingenioso mecanismo escondía a su gemela desnuda, revelándola sólo cuando su dueño deseara contemplar a la modelo en su bello abandono.
Esto trae a mi memoria una anécdota protagonizada por mi hijo mayor, cuando a la tierna edad de seis años decidí que era hora de conocer a ambas Majas y le llevé al Museo del Prado, estuvo un buen rato contemplando ambos cuadros y un señor que casualmente estaba a su lado le preguntó:
- ¿qué chaval, cuál te gusta más?-
a lo que mi hijo sin vacilar contestó- la desnuda- provocando la hilaridad general.
Desde luego le alabo el gusto, la desnuda gusta más                 Maite de Pablos