AMOR DE VERANO
Ahora que nos encontramos en plena efervescencia de comuniones y bodas y bajo los influjos de la Primavera, es hora de acordarnos de uno de los fenómenos más comunes para el género humano el Amor de Verano, quien más o quien menos hemos sufrido con la despedida, del que mira tú por donde es el amor de tu vida, aunque sólo has vivido parte de un verano, es desgarrador los últimos paseos donde se confunden los besos con los suspiros, las lágrimas con las promesas de las cartas y las llamadas y (salvo honrosas excepciones, que de todo hay en este valle de lágrimas) una vez que hemos retornado a la rutina, y recuperamos amigos y ocio nos cuesta cada vez más acordarnos de responder la carta o la llamada.
Claro que las nuevas generaciones con los "teléfonos inteligentes", las redes sociales y las webcam puede que no sufran tanto como los que les precedemos, que una despedida era como Dios manda para todo un año y que las cartas eran el medio de comunicación más usual, porque las llamadas de teléfono eran supervisadas por los progenitores y no se podía exceder en la duración de las mismas, dado que eran "Conferencias" y por como lo pronunciaban tus padres veías las mayúsculas y todo.
Desde luego que todo ha cambiado y seguramente les resulte más fácil a los adolescentes, enamorarse y luego mantener o desatender ese amor de verano, dada las mejoras en las comunicaciones, pero se pierden esa riqueza de sentimientos, la pérdida desgarradora, la nostalgia, el escuchar una y otra vez esas mismas canciones, la esperanza en la llegada de la anhelada misiva, la ilusión de encontrarla en el buzón al llegar a casa ( hoy en día hay que explicar a los jóvenes ese concepto porque adictos a la inmediatez no pueden comprender que se podía tardar hasta una semana en recibir respuesta), la emoción de leer esas líneas, el entusiasmo para contestarlas, que nos hacía encerrarnos en nuestro cuarto hasta pergeñar una respuesta, las dudas en las expresiones y las frases y lo más triste de todo, como poco a poco la distancia se iba imponiendo las cartas cada vez eran menos frecuentes hasta que desaparecían como las lluvias en verano.
Si tenías la suerte de veranear en el mismo sitio, al llegar los primeros calores puede que rebrotara la ilusión con la idea de ver al noviete/a del verano y puede que alguno de sus amores diera frutos, con el traslado de ciudad consiguiente de uno de los dos; pero si este no era el caso puede que Cupido no prendiera la flecha con la suficiente fuerza para que el Amor perdurara en los fríos del invierno, con lo que podías disfrutar de la nueva ilusión del Amor de Verano en un paraje y con un protagonista distinto.
Ha sido el escuchar dos canciones que me han retrotraído a un tiempo ... bueno no tan lejano, en el que yo escuchaba a la orquesta de turno entonar esos acordes mientras me abrazaba a mi Amor de Verano al que juraba no olvidar y que es cierto no he olvidado pero que desde luego no ha compartido mi vida, para todos esos Amores de Verano quiero dejar estas dos canciones que me recuerdan ........ a un verano. Maite de Pablos
Claro que las nuevas generaciones con los "teléfonos inteligentes", las redes sociales y las webcam puede que no sufran tanto como los que les precedemos, que una despedida era como Dios manda para todo un año y que las cartas eran el medio de comunicación más usual, porque las llamadas de teléfono eran supervisadas por los progenitores y no se podía exceder en la duración de las mismas, dado que eran "Conferencias" y por como lo pronunciaban tus padres veías las mayúsculas y todo.
Desde luego que todo ha cambiado y seguramente les resulte más fácil a los adolescentes, enamorarse y luego mantener o desatender ese amor de verano, dada las mejoras en las comunicaciones, pero se pierden esa riqueza de sentimientos, la pérdida desgarradora, la nostalgia, el escuchar una y otra vez esas mismas canciones, la esperanza en la llegada de la anhelada misiva, la ilusión de encontrarla en el buzón al llegar a casa ( hoy en día hay que explicar a los jóvenes ese concepto porque adictos a la inmediatez no pueden comprender que se podía tardar hasta una semana en recibir respuesta), la emoción de leer esas líneas, el entusiasmo para contestarlas, que nos hacía encerrarnos en nuestro cuarto hasta pergeñar una respuesta, las dudas en las expresiones y las frases y lo más triste de todo, como poco a poco la distancia se iba imponiendo las cartas cada vez eran menos frecuentes hasta que desaparecían como las lluvias en verano.
Si tenías la suerte de veranear en el mismo sitio, al llegar los primeros calores puede que rebrotara la ilusión con la idea de ver al noviete/a del verano y puede que alguno de sus amores diera frutos, con el traslado de ciudad consiguiente de uno de los dos; pero si este no era el caso puede que Cupido no prendiera la flecha con la suficiente fuerza para que el Amor perdurara en los fríos del invierno, con lo que podías disfrutar de la nueva ilusión del Amor de Verano en un paraje y con un protagonista distinto.
Ha sido el escuchar dos canciones que me han retrotraído a un tiempo ... bueno no tan lejano, en el que yo escuchaba a la orquesta de turno entonar esos acordes mientras me abrazaba a mi Amor de Verano al que juraba no olvidar y que es cierto no he olvidado pero que desde luego no ha compartido mi vida, para todos esos Amores de Verano quiero dejar estas dos canciones que me recuerdan ........ a un verano. Maite de Pablos
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