LAS VASCONGADAS VI

El político pamplonico Víctor Pradera defendió la unidad española desde el Bloque Nacional de Calvo Sotelo y fue capturado y murió a manos de los republicanos en San Sebastián y es interesante leer sus Obras completas.

Los obeliscos del sol de Egipto fueron llevados a Roma y a París, así los buenos políticos son llevados en hombros a las empresas privadas y seguirán haciendo el bien desde esos puestos por los más desfavorecidos y queda su ejemplo de que en lo público no actuaron en favor de su ego individual ni se enriquecieron y quedan como dólmenes españoles para la democracia, porque esta obertura de Basagoiti tiene una conformación lenta de compás binario y otra más rápida ternaria como las jornadas vascas.

Burgos parece el sur del País Vasco y París queda muy lejos del apretujamiento euskaldún,/ y para los franceses no hay más vascos que los de España aunque perdieran Navarra con el paso de los musulmanes,/ tenemos que verlos como los grandes marinos, los castos de las cuevas y los cabrones del terrorismo,/ del neologismo Euskalherría de Sabino Arana,/ si bien Ezbai fue la primera Eva y también la esbástica lauburu es de esta tierra de alias y arabiaexplosivos y brujas etarras,/ y necesitamos ahora el ejemplo de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del país y no de los vascofranceses amigos de Napoleón.

Conocida la verdad uno puede morir por la verdad./ En todos estos que nos han asesinado tenemos su venganza en que la verdad sigue limpia y vencedora, y en que los cómplices de los asesinatos serán arrastrados por la misma oscuridad que se llevará a los asesinos al otro límite de lo que no vive en lo espiritual sino en el espíritu demónico,/ que en todos los tiempos de la historia debemos procurar que no salga de la alcantarilla porque dime qué Estado de nazionalcomunistas queréis hacer que no sea mejor que nuestra democracia.

Esa mirada del que se cree que me puede enviar a la muerte y la destrucción, y que es todo el desprecio de los nacionalistas, y de los que tienen amor propio a lo suyo y no dan respeto al que sigue beneficiándolos por no considerarlos extraños ni enfermos ni siquiera asesinos como la cizaña agraz de la patria, esa mirada que he visto en el rico capitalista hacia los que no gozan de su posición verdad Bardem.