PANTAGRUEL FUE A MADRID,
Y VIO LOS BONITOS LIBROS DEL CONDE-DUQUE:
El drama de la soltería es dinero perdido.
Y tendrá que dar el paso de desnudarse para que el macho haga un simple Waterloo y un Normandía de la velada.
La atmósfera de Madrid es garajera y si no coincidiera en la misma noche el momento angular del sexo de los madrileños, no se podría resistir la estancia en este infierno, así se requiere el miércoles para este placer.
Pero no hay que acudir a las cuervas del porno, basta pasear por las calles de Madrid con los ojos abiertos.
La formación del filósofo/ una vez superada la barrera de tu familia/ la barrera de la cultura de tu pueblo/ la barrera del consumismo/ la barrera de las mujeres/ la barrera de los trabajos vacíos/ la barrera de las enfermedades/ la barrera de los guardianes del sistema/ venía con los pasos apretados el sacerdote.
En el milenio de la razón del amor decir que los obispos y los sacerdotes hacen demasiado racional el amor como para no quererlo nosotros, si no es la locura del placer y si no es un juego y una lotería y un ciego enamoramiento, nosotros no jugamos en las redes de las mujeres.
Nosotros no teníamos a Dios Padre pero teníamos a los sacerdotes haciendo de padres que nos lo enseñaron todo.
Me dirás cómo se acerca Dios a mí pues te diré con la Heroicidad de la 5ª Symphonie de Beethoven.
A los indios les dio mucho el sol de lleno cuando se mezclaron con los españoles.
Los médicos solo están preocupados en hacer defecaciones completas.
Me hubiera gustado ser un pícaro como Guzmán de Alfarache para tratar a la gente como es debido.
En algún país no tienen tema de hablar porque por no tener no tienen ni Dios.
Me decidí a pasar de la mitad de la humanidad, a no caer en la tentación de las mujeres de tener que mirarlas por no sé qué motivo que mal me habían enseñado.
Dios no quiere que le veamos porque no está en forma física sino espiritual, pero cuando le veamos lo veremos en lo mejor de nosotros.
Los nacionalismos tardíos con sus vergüenzas y mezquindades ya quedaron fijados en el siglo diecinueve.
Si Dios estuviera mirando a través de mí y viendo todo lo que yo veo aunque yo no lo viera la cantidad de banalidades que hay por el mundo.
Tengo muchos problemas, los dejaré en manos de la Virgen, y que se rompa por donde se tenga que romper.
Cuando veo las luces de día encendidas de los automóviles/ pienso que ha habido mucha gente implicada en la prosperidad de la humanidad.
El día que hemos señalado como fin del mundo, alguno lo puede palmar va en serio.
Todo lo que se atribuye a Jesús como milagros y el haber resucitado de entre los muertos queda como incandescente.
Yo ya me he quedado desfasado con la concepción de las mínimas partículas reducidas a lo básico para la tecnología de los móviles así que no sé si mis neuronas están constituidas para la interacción con estos fenómenos sociales.
Una economía boyante necesitaría de una clase social que se dejase ver por todas partes y por todo quisqui.
La canonización de la Enciclopedia es darte el cielo en un pedazo de papel,/ es decirte que los demás son estúpidos,/ y tú no,/ y que la estatua de tu tumba se alza predominante.
Se creen los ricos que con todos sus coches y todas sus casas se nos van a imponer a los del pueblo.
El invierno se despide con un puñetazo como el Bárcenas.
Todo pasa de largo como se arranca un diente, ahora dolor y luego un poco más ya nada.
Cuando es demasiado complicado abandono el sueño y me despierto.
Y sería una negligencia dimitir de las responsabilidades de cada día.
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