Ya no se pone un nimbo a los presidentes ni a los papas, todo va muy deprisa y es breve, lo que se abre se cierra como las flores nocturnas, y en mi barrio no hay caceroladas ni coches pitando por la noche, pero en el Parlamento tenemos la jondura de Guindos y de Montoro saliendo por bulerías y por peteneras, y las seguiriyas de los socialistas cuando les carean.
No sé si he hecho bien o mal durante el día, la noche en Recoletos me lo dirá acostado sobre la almohada, igual que me desperté cuando me dejé la coronilla en la cueva del Palacio de Cristal y luego vi en el solarium de la pradera del Parque del Retiro a la gente en paños menores, y uno acaba saturado de ver tanto tipo de mujer y los extranjeros que vienen aquí se llevan una impresión variopinta de Madrid pero me gustaría ser bueno de todo corazón en mi visita a pesar de los fascistas de la clase alta y de la mugre de los madriles.
Me da una fuerza y una consistencia esa iglesia que no tienen estos mequetrefes, Jesús está harto de tantos padecimientos por nuestra manera de ser, la gente que no duerme bien está mal, la gente que lleva malos tacones, la gente que lleva un número en la chaqueta, la música nos produce un hipo de tanto empacho, la gente se prepara en las fiestas pasteles de marihuana y lo ven bueno y normal, si la masa empuja al revés, el portero comunista de la caverna llamó al tanatorio a que vinieran por ti, cómo quitar la moneda falsa de la circulación, cómo los islámicos guardan la mágica funda de la espada de doble filo conque Mahoma decapitó a medio millar de machos, cómo nosotros tuvimos también la moda del saco de la Segunda Guerra Mundial y vino Christian Dior y nos puso a las mujeres una línea de silueta con hombros y faldas cortas, cómo Alaska le cantaba Diorama al sexo de los varones, como Marlene Dietrich nos cantó The Devil Is a Woman, cómo las mujeres inmigrantes del Intercambiador de Plaza de Castilla tienen más cabeza que las españolas, solo la apertura a la religión del amor puede romper el bloque opiáceo de lo mental, la fuerza imparable del Espíritu me hará decir esto de la crisis global, y Dios quede en vuestro pecho y en vuestros vehículos.
No sé si he hecho bien o mal durante el día, la noche en Recoletos me lo dirá acostado sobre la almohada, igual que me desperté cuando me dejé la coronilla en la cueva del Palacio de Cristal y luego vi en el solarium de la pradera del Parque del Retiro a la gente en paños menores, y uno acaba saturado de ver tanto tipo de mujer y los extranjeros que vienen aquí se llevan una impresión variopinta de Madrid pero me gustaría ser bueno de todo corazón en mi visita a pesar de los fascistas de la clase alta y de la mugre de los madriles.
Me da una fuerza y una consistencia esa iglesia que no tienen estos mequetrefes, Jesús está harto de tantos padecimientos por nuestra manera de ser, la gente que no duerme bien está mal, la gente que lleva malos tacones, la gente que lleva un número en la chaqueta, la música nos produce un hipo de tanto empacho, la gente se prepara en las fiestas pasteles de marihuana y lo ven bueno y normal, si la masa empuja al revés, el portero comunista de la caverna llamó al tanatorio a que vinieran por ti, cómo quitar la moneda falsa de la circulación, cómo los islámicos guardan la mágica funda de la espada de doble filo conque Mahoma decapitó a medio millar de machos, cómo nosotros tuvimos también la moda del saco de la Segunda Guerra Mundial y vino Christian Dior y nos puso a las mujeres una línea de silueta con hombros y faldas cortas, cómo Alaska le cantaba Diorama al sexo de los varones, como Marlene Dietrich nos cantó The Devil Is a Woman, cómo las mujeres inmigrantes del Intercambiador de Plaza de Castilla tienen más cabeza que las españolas, solo la apertura a la religión del amor puede romper el bloque opiáceo de lo mental, la fuerza imparable del Espíritu me hará decir esto de la crisis global, y Dios quede en vuestro pecho y en vuestros vehículos.
Esto es una locura con todos los coches de un lado para otro, la gente
tiene muchos problemas como para no estar deprimida, la gente llenando la casa
de medicamentos y comprando cómodos embutidos sin piel, como las mezquitas de
Etiopía tiene forma de pene blanco y a las seis y media de la mañana ya me había
salvado de la bicheja que se me metió desde el balcón en la cama, como el Real
Madrid va a ganar a los alemanes, como el rumano lamentoso a grito perojo en el
metro del Bernabéu, como Walt Disney triunfó con sus dibujos en la Gran Depresión,
como el sudor del confesionario en la iglesia de San José es insoportable para
el transportista de los pecados, por tu boca de oficinista destila crudo petróleo
árabe, todos se inclinan al deporte de la pesca con el carrete del móvil en el
metro Cruz del Rayo, la distribución de las ocurrencias de los políticos nos
dieron de tortas para todos con la clase en la terraza de Concha Espina, entre
personas ya no se intercambian acciones ni mujeres sino que se pierden y sin
fondo de rescate, la dirección z de los socialistas llegó a la estadística de número
nulo como la medida cero del sistema social por ausencia de acólitos en los
organismos de su snob federalismo, sin tiempo los ingleses del Duque de
Wellington de nuevo en otro montón de guerras como animales de la posteconomía
dejando en soledad a América, y al salir del trabajo vi que era bueno lo que
había hecho pero esto no debía decirlo después de un americano, y éstas eran
las encuestas del hijo de Nostradamus.
En la tapería de arroces de aquel ministerio de Goya estaban todos
solaces, el público dejaba el taxi en espera y entraba a resolver los papeles
como el cambio de domicilio y de cuenta bancaria, en la Divina Comedia de la
crisis española no todo es infierno y de la mano de Bea triz se acaba
viendo a Dios, como se da un beso a una esposa y se recibe en espera de nuevas
mercedes como en el palacio de la Granja de San Ildefonso y en la mercaduría de
Marbella, como nuestras huellas dactilares son inconfundibles para la policía,
como cuando empaquetado en el autobús se hace uno madrileño y se hace barcelonés
en respetar las motos, por qué los cajeros de los bancos llevan unas uñas
amarillas largas de difuntos del cliente del término del plazo, como si fuera a
dar de patadas con estos multituiteres, te digo con qué manía te ves la foto de la
amiguita con la que se ha ido tu marido, como tener unos garabatos de tu hijo menor
en el despacho de la notaría, y esa jefa que se apellida Guadaño te ha mirado
de refilón a ver cuáles son tus tareas y si te da con el bastón en la mesa, en
la hilera de los colgados de Madrid están los que son atropellados sin
discriminación en el lateral de la Castellana, y traemos tantas preocupaciones
a casa que no estamos para que el hijo mayor nos dé la tabarra, y cómo nos va a
ir de bien en todo si en 36 horas que tiene al año el Oso Panda de la Casa de
Campo para copular con la hembra se muestra pasivo y tuvieron que hacerlo por
la fuerza.
Sonó la campana y todos abrieron las enciclopedias y cuadernos en los asientos del metro y echaron del vagón por locos a los de las tabletas y los móviles (13,23), la gente que no pintaba no cayó en un religioso misticismo de la línea de transporte público (13,39), como los negros que boxean y tocan la trompeta son los mejores como lo hace levemente Obama (13,42), y el blanco norteamericano es el que mejor juega al baseball en el tablero mundial (13,44), ábrete rubia te lo dice tu Sésamo (13,47), las cuatro ruedas girando del vehículo del torero Ortega Cano me dan miedo (16,13), como las manos de la jardinera cuidan la cuna del bebé robado a la sociedad (16,39), con qué derecho tiene uno a vivir en el mundo si puede hacer daño psicológico a su hijo (16,46), entre Algete y Talamanca estaba la luz castellana del abandono y la resignación (18,52)...
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