El evangelio no está cerrado ni es menos infinito ni el alma es más desgraciada y para dar gracias a Dios por el amigo hay que escribir versos de sociedad y tener la valentía de las ideas y para obrar el milagro hay que escoger con acierto el tema y fotocopiar las enseñanzas de María y Jesús y recorrer los túneles del Metro de la Paz.
Los niños que nacen en La Paz nacen libres,
nada le deben a esas manos de ángel,
que los sacaron del seno de la madre,
esas manos bendecidas por Dios,
que les limpiarán y les curarán,
y que les animarán a vivir sin mirar atrás,
las alas de blanca pureza,
que les ocultaron la muerte,
y todo cuanto oscuro tiene el mundo.
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