JOSÉ JOAQUÍN DE ITURRIGARAY Y ARÓSTEGUI era un descendiente de una familia hidalga navarra que ingresó en el ejército a una edad temprana e intervino en las guerras contra Portugal y Gran Bretaña (1762), contra Francia (1793) y como comandante en jefe del Ejército de Andalucía, nuevamente contra Portugal (1801).
En 1802 sustituyó a Berenguer y Marquina como virrey de Nueva España por deseo expreso de GODOY con quien mantenía una relación amistosa.
Aunque disfrutó del apoyo popular su labor contó con la firme oposición de los comerciantes españoles y de los agricultores mexicanos a quienes afectaba notablemente la Real Cédula de Consolidación, que en realidad era una desamortización eclesiástica (1804).
Tras los sucesos de Bayona se negó a aceptar las órdenes de la recién creadas Juntas Españolas y promovió la creación de una junta mexicana autónoma que gradualmente se inclinó hacia las posiciones criollas partidarias de la independencia por lo que fue detenido y encarcelado por los propios comerciantes españoles que le enviaron a España.
La compleja situación por la que atravesaba el país hizo que la muerte le sorprendiera antes de terminar su proceso judicial.
AGUSTÍN DE ITURBE era un hijo de un terrateniente español, que entró en el ejército, y al iniciarse la guerra de la Independencia rehusó integrarse en el movimiento secesionista del cura Miguel Hidalgo (1810).
Al frente de las tropas realistas derrotó a los sublevados comandados por Morelos en la batalla del Monte de las Cruces (1810) por lo que se le confió el mando del distrito de Guanajuato (1814).
Dos años después fue depuesto por el virrey Calleja al ser acusado de corrupción y de abuso de autoridad.
Cuando comenzó en España el trienio liberal participó en la conspiración de la Profesa (1820) que rechazó el establecimiento de la Constitución de 1812 y fue nombrado comandante del Ejército del Sur por el virrey Apodaca.
Ante las transformaciones registradas en España unió sus fuerzas a las del general independentista Vicente Guerrero para reclamar la independencia de España por lo que el movimiento que descabezó tras el ajusticiamiento de Hidalgo y Morelos cobró una nueva dimensión.
Proclamó el Plan de Iguala (24 de febrero de 1821) que exigía la inmediata independencia, reconocía el catolicismo como credo oficial de México y reclamaba la equiparación de los derechos entre criollos y españoles.
A pesar de la oposición del virrey, el representante real Juan O´Donojú reconoció esta independencia por el Tratado de Córdoba (24 de agosto de 1821).
Entonces entró en México donde fue nombrado presidente de la Junta de Gobierno y del Consejo de Regencia pero, a pesar de sus promesas, la independencia no fue reconocida por FERNANDO VII (septiembre de 1821).
Entonces disolvió el Congreso y reprimió a sus opositores entes de autoproclamarse emperador con el nombre de Agustín I (19 de mayo de 1822).
Ante su autoritarismo sus anteriores partidarios instigados por Santa Anna promovieron el plan de Casa Mata (enero de 1823) con el objeto de que este emperador abandonase el país.
Ante la ausencia de apoyos y la inestabilidad política se vio obligado a salir de México el 19 de marzo de 1823 aunque retornaría un año después.
Tras ser detenido fue ejecutado en Padilla el 19 de julio de 1824 por orden del Congreso que le consideraba traidor a la patria.
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