LOS AÑOS DE PEREGRINAJE DEL ERROR Y LA VERDAD DE GOETHE
Los misterios aún no son milagros.
Cuando el hombre reflexiona sobre su estado físico o moral, se encuentra por lo general enfermo.
Es la fe un capital doméstico y secreto, similar a esas cajas de ahorros y beneficencia pública con las que la gente cubre sus necesidades en los días de apuro; el creyente cobra en este caso sus intereses en la más estricta intimidad.
Todo cuanto libera nuestro espíritu sin darnos dominio sobre nosotros mismos es pernicioso.
La religiosidad no es un objetivo, sino un medio para llegar al grado máximo de cultura mediante la paz interior más pura.
Por eso puede advertirse que quienes convierten la religiosidad en objetivo y meta acaban siendo por lo general, unos hipócritas.
Llamo error al hecho de interpretar, relacionar o deducir erróneamente un fenómeno. Ahora bien, puede ocurrir que en el curso de la experimentación y de la reflexión algún fenómeno sea relacionado con lógica y correctamente deducido. Esto se admite de buen grado, pero no se valora de forma particular y se deja que el error siga subsistiendo al lado mismo, y yo conozco un pequeño almacén de errores cuidadosamente conservados.
La fe, el amor y la esperanza sintieron cierta vez, en una hora de apacible convivencia, un impulso creador en su naturaleza; hicieron un esfuerzo conjunto y formaron una deliciosa criatura, una Pandora en el sentido más elevado: la paciencia.
Para destruir vale cualquier argumento falso; para construir, no. Lo que no es verdadero, no construye.
Una verdad repetida pierde ya su gracia, pero un error repetido es francamente aborrecible.
En seguida se ve dónde faltan las dos cualidades más necesarias: espíritu y potencia.
El misticismo es la escolástica del corazón, la dialéctica del sentimiento.
La Iglesia debilita todo cuanto toca.
Alemania, 1830
LOS AÑOS DE PEREGRINAJE DEL ERROR Y LA VERDAD DE JORGE SANTOS MIRÓ
El error puede ser un peldaño para la verdad o para el hundimiento.
Cuando se llega al extremo de cruzar el puente de la locura y estar desposeído de todo solo queda la fe endodonciada para curarse, pues si se palpa a Dios en Castilla con la ausencia de las muelas, esta fe astillada en la carne nos hará sentir el pensamiento y en tanto está hecho de pena sangrienta volverá a correr el río de la alegre perspectiva por el corazón.
Me pones la venda de Jesús en los ojos y te das golpes de pecho pon pon ésta es la dulce verdad que lo llena todo y con la cual ya no hace falta pensar más siempre y cuando se tome lo indicado en la receta y no pase mucho tiempo sin tomarse la medida indicada de perdón por todo y no tiene efectos extrapiramidales pero que si se deja de tomar produce alteración de los sentidos en todas las direcciones y que los psicólogos solo logran curar al doliente con la extirpación de la fe más agarrada y si como anestesia se suspende el juicio que no sea en todas las cosas.
España, 2012
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