REAL MADRID IV

Las distracciones eran muy simples para la orquestación de los futbolistas, el maestro de la escuela de la Masía, y junto a las porterías en que bailan los goles de los amos, se empieza con el minuteo, quítate de enmedio y el tiqueteo barcelonista, y el silbateo del árbitro, y se termina con el zangoloteo de los hinchas, también se baila la tunda de Cristiano Ronaldo, y si el ponche caballero es muy fuerte, los viejos presidentes se bajan al baile en el campo y todos disfrutan de la feria en los alrededores de la quermese en el Bernabéu.

El salto del ángel en las cataratas del Iguazú que tienen 74 metros de altura bien lo puede dar Mourinho si está firmemente con fe madridista decidido a traspasar las nubes que se abren en esta parte de los Madriles de la Castellana y que con su cabeza de brujo lusitano se lleve a la otra frontera las lluvias y los barros que le caen por la peor sien pero empiece por hacer haikus de la paz en el banquillo y nunca piense en un voluptuoso estoque que sino el hara kiri se lo harán a él y quiera entrar con buen pie y mejor oración en el próximo año.

El último ríe el mejor ya veremos cómo acaba el Real Madrid y el Barça, ya veremos quién hace más monerías blancas y quién empapa la camiseta en la técnica, qué entrenadores dicen menos disparates y qué presidentes hacen menos tonterías para su ciudad, y qué comunidad autónoma está representada por el mejor símbolo del paroxismo deportivo.

El Bernabéu en lo alto entre la Gente de la Puszta que les ha visitado, lo que el viento se llevó lleva la respuesta de la hinchada madridista, somos los mejores y los más apolíneos si no nos diera por hacer tanta acrobacia galáctica, que el Bernabéu es un lleno de mercenarios del Coliseum, pero es verdad que brillamos como las estrellas del firmamento del carro, salve Madrid los que van a morir te saludan porque no queremos enfadar a los contables y chupatintas del mercado laboral que pujan por nuestras faldriqueras Ronaldo y Mouriño y Florentino.