June 10, 2015

LAS PASIONES PARA EL METAFÍSICO ANDRÓNICO

La prudencia es el conocimiento de los bienes, de los males, y de lo que no es ni lo uno ni lo otro.
La prudencia es el conocimiento de qué cosas es preciso hacer y qué cosas no.
La imprudencia es la ignorancia de las mismas cosas, e imprudentes son los que ignoran alguna de éstas y están engañados respecto a ella;
Están subordinadas a la prudencia: el buen consejo, la reflexión, la sagacidad, la sensatez, la certeza y el ingenio.
La reflexión es el conocimiento que hace recapitulación de las cosas ocurridas y cumplimentadas.
La sensatez es el conocimiento de lo peor y de lo mejor.
El tino es el conocimiento de alcanzar el objetivo en cada cuestión.
El ingenio es el conocimiento de encontrar una salida de las cosas.
La templanza es el conocimiento de las cosas que se han de elegir, de las que no se han de elegir y de las que ni se han de elegir ni no elegir.
La justicia es el estado anímico que distribuye a cada uno lo que se merece.
Están subordinadas a la valentía: la firmeza, la resolución, la magnanimidad, la intrepidez, la laboriosidad.
La firmeza es el conocimiento que persevera en las resoluciones correctas.
La resolución es conocimiento por el que sabemos que no caeremos.
La magnanimidad es el conocimiento que nos pone por encima de los acontecimientos naturales, tanto en los hombres de bien como en los viles.
La intrepidez es el conocimiento del alma que le hace invencible.
En efecto, la intrepidez es el vigor del alma para llevar a cabo sus propias actividades.
La audacia es el estado anímico que nos pone en disposición de emprender lo que es preciso y de afrontar lo que la razón elige.
La magnanimidad es el estado anímico que nos pone por encima de lo que viene a acontecer tanto a los hombres viles, como a los de bien.
La hombría es el estado anímico que nos hace autosuficientes en las fatigas de la virtud.
La firmeza es el conocimiento de las cosas que se han de soportar, de las que no se han de soportar y de las que no son ni una cosa ni la otra.
La magnificiencia es el estado anímico que eleva a los que la poseen y los llena de confianza en sí mismos.
La laboriosidad es el conocimiento que lleva a efecto lo propuesto, sin que le desgasten las fatigas.
La valentía es el conocimiento de las cosas temibles, de las no temibles y de las que no son ni una ni la otra.
La sagacidad es el estado anímico que permite encontrar de inmediato lo conveniente.
La previsión es el estado anímico capaz de abrir camino hacia el futuro, para actuar como es preciso.
La austeridad es el estado anímico según el cual ni ofrecen a otros el compartir los placeres, ni los reciben de otros.
La continencia es el estado anímico invencible por los placeres.
La frugalidad es el estado anímico que no hace ostentación en los gastos y en los preparativos.
La simplicidad es el estado anímico que se contenta con lo que tiene a mano.
La compostura es el conocimiento relativo a lo conveniente en el movimiento y en la quietud.
El buen orden es la experiencia en la ordenación de las acciones, o bien la habilidad que posee la firmeza relativa a las acciones o a las ordenaciones de las acciones.
La autosuficiencia es el estado anímico que se conforma con lo que es preciso, y se procura por sí misma lo conveniente para la vida.
La liberalidad es, en efecto, el estado anímico que hace que las personas se comporten coherentemente en el dar y en el recibir.
La nobleza es el estado anímico de obrar bien voluntariamente.
El arte de ejercitar la justicia es el conocimiento de los juicios, de los castigos y de las ofensas.
La ira es, en efecto, un deseo de vengarse del que parece haber cometido una injusticia.
El coraje es una ira incipiente.
La cólera es una ira que se hincha.
La amargura es una ira que estalla al momento.
El resentimiento es una ira que aguarda hasta la vejez.
El rencor es una ira que acecha el momento de la venganza.
El amor es un deseo de relaciones corporales.
Otro amor es el deseo de amistad.
Otro amor: al que llaman intento por procurarse amistad a través de la belleza externa.
El anhelo es el deseo de la compañía de un ser querido ausente.
La nostalgia es un deseo amoroso del ausente.
La mala voluntad es la hostilidad que acecha la ocasión y actúa mal.
La hostilidad es un deseo de que alguien sufra un mal por causa propia.
El hastío es un deseo rápidamente saciado.
La mirada apasionada es la rapidez en ver lo deseado.
La necesidad es un deseo incumplido.
La violencia es un deseo desequilibrado.
La discordia es un deseo relativo a una resistencia inclinada al mal.
La inclinación es un deseo subyugado.
El amor al placer es un deseo desmedido de placeres.
El amor a las riquezas es un deseo desmedido de riquezas.
El amor a la gloria es un deseo desmedido de gloria.
El amor a la vida es un deseo irracional de vida.
El amor a la persona es un deseo de plenitud corporal más allá de lo conveniente.
La glotonería es un deseo desmedido de alimentos.
La embriaguez es un deseo insaciable de vino.
La lascivia es un deseo desmedido de relaciones sexuales.
La alegría es un placer por los bienes inesperados.
El regocijo es un placer causado por la vista o el oído.
El encanto es un placer que a través de los oídos fascina, o un placer que sobreviene a partir de la palabra, de la música o por medio del engaño.
El gozo por el mal ajeno es un placer por la desgracia de nuestros vecinos.
La fascinación es un placer por engaño o hechicería.
La bondad es una justicia espontánea.
La piedad es el conocimiento del culto a los dioses.
La gratitud es el conocimiento de a quiénes y cuándo se debe estar agradecido y cómo y de parte de quiénes se ha de recibir agradecimiento.
La santidad es la ciencia que nos hace fieles observantes de la justicia divina.
La indecisión es el miedo a la acción futura.
La vergüenza es el miedo a la mala reputación.
El terror es el miedo de la persona temerosa.
La angustia es el miedo que ata de manos y pies.
La afabilidad es el estado anímico de respetar la justicia en las relaciones.
El arte de legislar es el conocimiento de las disposiciones políticas relativas a la convivencia.
La realeza es la experiencia de mandar a una multitud sin tener que rendir cuentas.
La estrategia es estado teórico y práctico de lo que conviene a un ejército.
La política de lo que conviene a una ciudad.
La economía de lo que conviene a una casa.
La dialéctica es el conocimiento del bien razonar.
La retórica del bien hablar.
La física de lo relativo a la naturaleza.
La buena voluntad es un apetito racional.
La alegría es una exaltación racional.
La precaución es una abstención racional.
La benevolencia es una buena voluntad de bienes para otro, por causa de aquel mismo.
La bondad es la benevolencia permanente.
La amabilidad es la benevolencia continua.
La satisfacción es una alegría apropiada a las ventajas que le rodean.
El regocijo es una alegría por las obras de la persona prudente.
El buen humor es una alegría por el curso de la vida o por la ausencia de informarse de todo.
El pudor es la precaución del reproche justo.
La pureza es la precaución de las faltas relativas a los dioses.




DE PASSIONUM, Andrónico de Rodas

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