(Nota de Jorge: el Mundo grita de miedo y de dolor)
El miedo es la espera de un mal; al miedo llevan también éstas: el terror, la indecisión, la vergüenza, el estupor, la perturbación, la inquietud.
El terror es, en efecto, un miedo que suscita angustia; la vergüenza, el miedo a la mala reputación; la indecisión, el miedo a la acción futura; el estupor, el miedo procedente de la representación de una acción desacostumbrada; le perturbación, el miedo acompañado de la precipitación de la voz; la inquietud, el miedo ante una acción incierta.
(Diógenes Laercio)
La inquietud, el miedo a equivocarse y, de otra manera, el miedo al fracaso; la superstición, el miedo a los dioses o démones; la angustia, el miedo a algo temible; el terror, el miedo procedente de la razón.
(Estobeo)
Las trece especies del miedo:
La indecisión es el miedo a la acción futura.
La vergüenza es el miedo a la mala reputación.
El terror es el miedo de la persona temerosa.
La angustia es el miedo que ata de manos y pies.
El estupor es el miedo procedente de la representación desacostumbrada de algo que inspira temor.
La consternación es el miedo procedente de una representación mayor.
La timidez consiste en apartarse de algo que se manifiesta conveniente por causa de la representación de algo que inspira temor.
La pusilanimidad es el miedo vano.
La inquietud es el miedo a equivocarse; o el miedo al fracaso o el miedo que hace surgir esperanzas opuestas, en torno a las que tenemos un apetito violento.
La intención es la indecisión de hacer lo decidido.
El horror es el miedo a lo reflexionado.
La perturbación es el miedo que apremia en compañía de la voz.
La superstición es el miedo a lo divino. O la exageración de los honores relativos a los dioses.
(Andrónico)
Por otra parte, aquellas que están subordinadas al miedo las definen así: la pereza es el miedo ante el trabajo que nos espera... el terror, un miedo que estremece, de lo cual se sigue que al pudor le acompañe el rubor, al terror la palidez y el temblor y castañear de dientes; el temor, el miedo ante un mal que se aproxima; el pavor, un miedo subsiguiente y, por así decirlo, compañero del pavor; la conturbación, un miedo que hace perder de vista aquello que pensamos; el pánico, un miedo permanente.
(Cicerón)
El miedo es una abstención irracional y una pasión... pero manipulando los nombres los filósofos llaman precaución al miedo a la ley.
En efecto, el estupor es un miedo procedente de una representación desacostumbrada o a propósito de una representación inesperada... como la de una noticia; miedo ante lo que ha sucedido o existe, o un admirarse de manera excesiva.
(Clemente de Alejandría)
De las falsedades sobreviene a la mente la perversión, a partir de la cual surgen muchas pasiones y causas de inestabilidad. La propia pasión es, según Zenón, el movimiento irracional del alma y contrario a la naturaleza, o un impulso excesivo.
(Diógenes Laercio)
El dolor es una contracción irracional; sus especies son: la compasión, la envidia, los celos, la rivalidad, la pesadumbre, la molestia, la perturbación, la pena, la confusión. La compasión es, en efecto, un dolor por el que padece males inmerecidos; la envidia, un dolor por los bienes ajenos, los celos, un dolor porque otro posea lo que uno mismo desea; la rivalidad, un dolor porque otro tenga lo que uno mismo posee; la pesadumbre, un dolor que oprime; la molestia, un dolor que agobia y proporciona inquietud; la turbación, un dolor que por reflexiones permanece o se intensifica; la congoja es un dolor penoso; la confusión es un dolor irracional que nos consume e impide ver el presente.
(Diógenes Laercio)
El disgusto es un dolor acompañado de agitación ininterrumpida.
(Estobeo)
La envidia es el dolor por el éxito de las personas dotadas de cualidades.
(nota de Jorge: sentimiento pasivo que en activo es odio y en acto es agresión)
Los celos son un dolor porque otros tengan y nosotros no.
El desánimo es un dolor por lo insoluble o inflexible.
La desgracia es un dolor por los males que oprimen fuertemente.
La pesadumbre es un dolor que oprime.
El pesar es un dolor que provoca afonía.
La convulsión es un dolor violento.
La aflicción es un dolor por una muerte intempestiva.
El disgusto es un dolor procedente de razonamientos contrarios.
La molestia es un dolor que oprime y no cede.
La pena es un dolor que nos invade.
La turbación es un dolor procedente de reflexiones.
El arrepentimiento es un dolor por las faltas cometidas, en la idea de que uno mismo ha sido el responsable.
La confusión es un dolor que impide ver el futuro.
El desaliento es el dolor del que ha perdido la esperanza de conseguir lo que desea.
La indignación es un dolor por los que se excitan inconvenientemente.
La excitación es un dolor acompañado de la indecisión de cómo se hará uso de las cosas presentes.
La lamentación es un treno de la persona que ha sido embargada por el dolor.
La irritación es un dolor que oprime y no proporciona recompensa.
La preocupación es el razonamiento del que sufre.
La piedad es un dolor por los males ajenos.
(Andrónico)
El temor se divide también en seis especies: indecisión, pudor, vergüenza, consternación, inquietud, estupor; la indecisión es el miedo a la acción futura; la consternación, el miedo procedente de una gran representación; el estupor, el miedo procedente de una representación desacostumbrada; la inquietud, el miedo al error, esto es, al fracaso, pues, temerosos de no tener éxito en la acción, nos angustiamos; el pudor, el miedo por la espera de un reproche; esta pasión es la mejor; la vergüenza, el miedo por un acto perpetrado vergonzosamente, pero esto no es una pérdida de esperanza en la salvación; el pudor se diferencia de la vergüenza de esta manera: porque el uno, avergonzado por las acciones que lleva a cabo, se oculta; el otro, el pudoroso, teme caer en una cierta mala reputación. Los antiguos, abusando de los nombres, llaman con frecuencia al pudor vergüenza; tiene lugar el miedo por enfriamiento de todo lo caliente que concurre al corazón, hacia la parte directiva, de la misma forma que también el pueblo, cuando teme, se refugia entre los gobernantes; el órgano del dolor es la boca del estómago, ésta es, en efecto, la que siente la mordedura en los dolores, según dice Galeno en el libro tercero de la Demostración. El coraje es una efervescencia de la sangre que circunda el corazón, originada a partir de la exhalación o de la mezcla turbulenta de la bilis, por lo que también el coraje es llamado bilis y cólera. A veces ocurre que el coraje es un apetito de venganza; cuando, en efecto, somos objeto de injusticia o creemos serlo, nos enfurecemos, y surge entonces una pasión que es mezcla de deseo y coraje. Las especies del coraje son tres: la ira, que también es llamada bilis y cólera, el resentimiento y el rencor. El coraje, por tener principio y movimiento, es llamado ira, bilis y cólera. El resentimiento es una bilis que permanece y dura hasta la vejez; así pues, recibe su nombre por permanecer y ser recordado. El rencor es una ira que acecha el momento para la venganza; también éste recibe su nombre por yacer. El coraje es la escolta de la reflexión. Pues, cuando ésta juzga digno de irritación el hecho acaecido, entonces el coraje sale al encuentro, siempre que conforme a la naturaleza preserven el orden propio.
(Nemesio)
Resta la opinión de los cirenaicos, quienes creen que existe el dolor solo si algo sucede inesperadamente. Esto es, ciertamente, importante, como he dicho antes; sé que también Crisipo era del mismo parecer: que lo que de antemano no se ha previsto hiere con mayor vehemencia.
(Cicerón)
Pero en el segundo libro Sobre el bien, habiendo explicado la envidia como un dolor por los bienes de otros, como si quisiese manifiestamente rebajar a sus vecinos para sobresalir ellos mismos, añade lo del gozo por el mal ajeno: íntimamente unida a ésta se encuentra el gozo por el mal ajeno, cuando por las mismas razones queremos que los vecinos sean rebajados; en cambio, cuando somos desviados siguiendo a unos impulsos naturales distintos, nace la compasión.
(Plutarco)
June 27, 2015
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