HOY ME HE METIDO EN EL CORO DE CANTO DE LA VIRGEN DEL CARMEN DE CHAMBERÍ...
La gente no es mala es que no está afinada.
Gente que produce ruido y gente que produce armonía.
Las sopranos son almohadas y los tenores son colchones.
Algunos destrozan la orquesta.
Quiero escuchar en mi cabeza la música de las esferas del Dios del Cielo.
La sociedad necesita otro tono o sintonía.
Cuando la pierdes te encuentras abandonado de noche en un bosque de lobos.
Barítono agudo que llega a octava cuasi tenor.
La Diva del grupo vale mucho y es impresionante.
Las mujeres tienen una melodía interna más cercana a Dios. Eso es ser femenino.
Nosotros nos quedamos en la Oclusión de los primeros tiempos.
Ella me da el tono.
Todo saldrá bien.
Solo los cómodos dan buena nota. Pero demasiado cómodos desafinan. Y si te entusiasmas mucho al principio no llegas. Hay que llenarlo poquito a poco.
No sé qué te habrán dado en el hospital señora Soprano que vienes espirituosa.
Os calláis vosotras tres en Deus.
June 30, 2015
June 28, 2015
LOS MILAGROS DEL CRISTIANISMO DE HOLBACH
Si Jesús hace milagros por qué apresado luego los apóstoles no creen en él y le abandonan. Porque dice que va a cesar de hacerlos y que tiene que morir.
Si resucitado por qué se aparece en reservado a sus apóstoles y no en una plaza pública. Porque el terror sería inmenso.
Que muere o sea la muerte y resucita o sea la vida. Porque queremos más vida creemos en Jesucristo.
Por qué hace milagros un Dios que acaso va contra las leyes de la naturaleza que él mismo ha creado. Porque quiere superar la Humanidad.
El misterio de la Encarnación trasunta de la metafísica.
El Infierno no es la medida de rasura de Dios. Todos vamos al Cielo.
Se necesita locura para amar el objeto odioso. Se necesita amor loco para amar el dolor del hermano.
No las tenía todas consigo. Claro que rió Jesús.
Porque la política siempre será injusta y cobarde y no hará buenas leyes ni gobernará bien por eso al menos tenemos la religión para recuperar nuestra dignidad.
La educación religiosa española no forma iluminados ni fanáticos. Porque la religión tiene tinte de racionalidad.
Si resucitado por qué se aparece en reservado a sus apóstoles y no en una plaza pública. Porque el terror sería inmenso.
Que muere o sea la muerte y resucita o sea la vida. Porque queremos más vida creemos en Jesucristo.
Por qué hace milagros un Dios que acaso va contra las leyes de la naturaleza que él mismo ha creado. Porque quiere superar la Humanidad.
El misterio de la Encarnación trasunta de la metafísica.
El Infierno no es la medida de rasura de Dios. Todos vamos al Cielo.
Se necesita locura para amar el objeto odioso. Se necesita amor loco para amar el dolor del hermano.
No las tenía todas consigo. Claro que rió Jesús.
Porque la política siempre será injusta y cobarde y no hará buenas leyes ni gobernará bien por eso al menos tenemos la religión para recuperar nuestra dignidad.
La educación religiosa española no forma iluminados ni fanáticos. Porque la religión tiene tinte de racionalidad.
June 27, 2015
AFIJOS Y RAÍCES DEL IDIOMA ESPAÑOL
A- Carencia (amorfo, amoral); negación (ateo); epentética para formar verbos a partir de substantivos y adjetivos (apalear, acuchillar).
AB- Separación (ablación); intensidad (aborrecer); exceso (abundancia).
-ABLE (habilis, hábil) Capacidad (adaptable); calidad (abominable); dignidad (adorable).
ABS- (como AB- ante c, q,t) Carencia (abstemio).
AC- (ad) Proximidad (acceder); intensidad (aclamar); adaptación (aclimatar).
ACANT-, ACANTO-, ACANTO (espina) Espinoso (acanturo, acantopterigio, tragacanto).
-ÁCEO Semejanza (herbáceo, concháceo).
ACETI-, ACETO- (vinagre) (acetímetro, acetoso).
-ACIA (punta) Semejanza, parecido, tendencia (pertinancia, perspicacia).
ACIDO-, -ÁCIDO (punta) Cualidad de pungente, acidez (acidógeno, aminoácido).
-ACO Gentilicio (polaco), semejanza (paradisiaco); despectivo (libraco).
ACRO- (alto) Situación elevada (acrópolis).
ACTINO-,-ACTINIO (rayo luminoso) Concerniente o relativo a las radiaciones (actinología, radiactinio).
-ACHO, -ACHA Aumentativo despectivo (poblacho, ricacha).
-ADA Colectividad (manada); acción (alcaldada); abundancia (tomatada); golpe (patada).
ADELFO-, -ADELFO (hermano) Unión fraternal (adelfogamia, filadelfo).
ADELO-, -ADELO (invisible) Cualidad de oculto (adelópodo, carpadelo).
ADIP-, ADIPO- (grasa) Relativo a las sustancias grasas (adiposis).
-ADO, DA Sufijo nominal: juridiscción (obispado); lugar (juzgado); tiempo (consulado).
Sufijo adjetival y verbal: semejanza (abarquillado); acción pasiva (encumbrado).
-AICO, CA Gentilicio (hebraico); cualidad (arcaico); semejanza (pirenaico); pertenencia (incaico).
-AINA Familiar, algo despectivo (azotaina, tontaina).
-AJE Colectividad (andamiaje); resultado de la acción (viraje).
-AJO Diminutivo despectivo (pequeñajo).
-AL Artículo árabe sin valor significativo actual (alcázar, alcalde).
ALELO-, -ALELO El uno al otro. Reciprocidad, correspondencia (paralelo).
-ALES Cualidad (frescales); semejanza (rubiales).
-ALGIA, -ÁLGICO Concerniente al dolor (cefalalgia, neurálgico).
AM- En torno (amputar, ambiente).
AMBI- Ambos a dos. De dos cualidades o posibilidades (ambivalencia, ambidextro).
-AMEN Conjunto (maderamen, velamen)
AN- Carencia (anarquía, analfabeto).
ANA- ascensión (anábasis), retroceso, repetición, conformidad (analogía), intensificación (anafilaxia), oposición (anacrónico), apartamiento (anacoreta).
-ANCIA Resultado de la acción (abundancia).
-ANCO Matiz despectivo (potranco)
ANDRO-, -ANDRO Varón.
ANEMO- Viento.
-ÁNEO Cualidad (espontáneo).
ANFI- Duplicidad, por ambos lados (anfibio), alrededor (anfiteatro).
ANGIO-, - ANGIO Vaso, receptáculo (esporangio).
-ANGO Despectivo.
ANTO-, -ANTO Flor.
-ANZA Resultado de la acción (bonanza).
APNE- Sin respiración.
APO- Alejamiento (apogeo), separación (apostasía), derivación, cambio, refuerzo de la idea (apodíctico).
-AR Colectividad (melonar).
-ARCA, ARCE-, ARCI-, ARCHI-, ARQUI-, -ARQUÍA, ARZ- Ser el primero, preeminencia (jerarca, archiduque, arzobispo), abundancia (archipiélago).
-ARI Actividad, oficio (pelotari).
-ARIO Colectividad (vocabulario), profesión (boticario), lugar (santuario), orden (secundario).
ARISTO- El mejor, selección, excelencia.
-ARRACO, CA (prerromano) Aumentativo peyorativo (bicharraco).
ARTRI-, ARTRO- Articulaciones (artritis, artrópodo)
-ASCO Aumentativo (peñasco), conjunto cosas baja calidad (hojarasca).
-ASTA Función, profesión (cineasta, gimnasta).
-ÁTICO Semejanza (lunático), pertenencia (hanseático).
-ÁTIL Semejanza (volátil).
-ATO Jurisdicción (virreinato), profesión (monacato), terminación de sal (sulfato, clorato), cualidad (sensato).
AUTO- Uno mismo, el mismo, independencia (automóvil, autonomía), personalidad (autodidacto).
AVO- Partitivo (dozavo).
-AZ Patronímico, cualidad (montaraz).
-AZGO Jurisdicción, resultado de la acción (hallazgo), situación (noviazgo).
-AZO, -AZA Aumentativo (muchachazo), resultado de la acción (martillazo).
(continuará)
AB- Separación (ablación); intensidad (aborrecer); exceso (abundancia).
-ABLE (habilis, hábil) Capacidad (adaptable); calidad (abominable); dignidad (adorable).
ABS- (como AB- ante c, q,t) Carencia (abstemio).
AC- (ad) Proximidad (acceder); intensidad (aclamar); adaptación (aclimatar).
ACANT-, ACANTO-, ACANTO (espina) Espinoso (acanturo, acantopterigio, tragacanto).
-ÁCEO Semejanza (herbáceo, concháceo).
ACETI-, ACETO- (vinagre) (acetímetro, acetoso).
-ACIA (punta) Semejanza, parecido, tendencia (pertinancia, perspicacia).
ACIDO-, -ÁCIDO (punta) Cualidad de pungente, acidez (acidógeno, aminoácido).
-ACO Gentilicio (polaco), semejanza (paradisiaco); despectivo (libraco).
ACRO- (alto) Situación elevada (acrópolis).
ACTINO-,-ACTINIO (rayo luminoso) Concerniente o relativo a las radiaciones (actinología, radiactinio).
-ACHO, -ACHA Aumentativo despectivo (poblacho, ricacha).
-ADA Colectividad (manada); acción (alcaldada); abundancia (tomatada); golpe (patada).
ADELFO-, -ADELFO (hermano) Unión fraternal (adelfogamia, filadelfo).
ADELO-, -ADELO (invisible) Cualidad de oculto (adelópodo, carpadelo).
ADIP-, ADIPO- (grasa) Relativo a las sustancias grasas (adiposis).
-ADO, DA Sufijo nominal: juridiscción (obispado); lugar (juzgado); tiempo (consulado).
Sufijo adjetival y verbal: semejanza (abarquillado); acción pasiva (encumbrado).
-AICO, CA Gentilicio (hebraico); cualidad (arcaico); semejanza (pirenaico); pertenencia (incaico).
-AINA Familiar, algo despectivo (azotaina, tontaina).
-AJE Colectividad (andamiaje); resultado de la acción (viraje).
-AJO Diminutivo despectivo (pequeñajo).
-AL Artículo árabe sin valor significativo actual (alcázar, alcalde).
ALELO-, -ALELO El uno al otro. Reciprocidad, correspondencia (paralelo).
-ALES Cualidad (frescales); semejanza (rubiales).
-ALGIA, -ÁLGICO Concerniente al dolor (cefalalgia, neurálgico).
AM- En torno (amputar, ambiente).
AMBI- Ambos a dos. De dos cualidades o posibilidades (ambivalencia, ambidextro).
-AMEN Conjunto (maderamen, velamen)
AN- Carencia (anarquía, analfabeto).
ANA- ascensión (anábasis), retroceso, repetición, conformidad (analogía), intensificación (anafilaxia), oposición (anacrónico), apartamiento (anacoreta).
-ANCIA Resultado de la acción (abundancia).
-ANCO Matiz despectivo (potranco)
ANDRO-, -ANDRO Varón.
ANEMO- Viento.
-ÁNEO Cualidad (espontáneo).
ANFI- Duplicidad, por ambos lados (anfibio), alrededor (anfiteatro).
ANGIO-, - ANGIO Vaso, receptáculo (esporangio).
-ANGO Despectivo.
ANTO-, -ANTO Flor.
-ANZA Resultado de la acción (bonanza).
APNE- Sin respiración.
APO- Alejamiento (apogeo), separación (apostasía), derivación, cambio, refuerzo de la idea (apodíctico).
-AR Colectividad (melonar).
-ARCA, ARCE-, ARCI-, ARCHI-, ARQUI-, -ARQUÍA, ARZ- Ser el primero, preeminencia (jerarca, archiduque, arzobispo), abundancia (archipiélago).
-ARI Actividad, oficio (pelotari).
-ARIO Colectividad (vocabulario), profesión (boticario), lugar (santuario), orden (secundario).
ARISTO- El mejor, selección, excelencia.
-ARRACO, CA (prerromano) Aumentativo peyorativo (bicharraco).
ARTRI-, ARTRO- Articulaciones (artritis, artrópodo)
-ASCO Aumentativo (peñasco), conjunto cosas baja calidad (hojarasca).
-ASTA Función, profesión (cineasta, gimnasta).
-ÁTICO Semejanza (lunático), pertenencia (hanseático).
-ÁTIL Semejanza (volátil).
-ATO Jurisdicción (virreinato), profesión (monacato), terminación de sal (sulfato, clorato), cualidad (sensato).
AUTO- Uno mismo, el mismo, independencia (automóvil, autonomía), personalidad (autodidacto).
AVO- Partitivo (dozavo).
-AZ Patronímico, cualidad (montaraz).
-AZGO Jurisdicción, resultado de la acción (hallazgo), situación (noviazgo).
-AZO, -AZA Aumentativo (muchachazo), resultado de la acción (martillazo).
(continuará)
EL MIEDO Y EL DOLOR DE LOS HOMBRES Y MUJERES DÉMONES
(Nota de Jorge: el Mundo grita de miedo y de dolor)
El miedo es la espera de un mal; al miedo llevan también éstas: el terror, la indecisión, la vergüenza, el estupor, la perturbación, la inquietud.
El terror es, en efecto, un miedo que suscita angustia; la vergüenza, el miedo a la mala reputación; la indecisión, el miedo a la acción futura; el estupor, el miedo procedente de la representación de una acción desacostumbrada; le perturbación, el miedo acompañado de la precipitación de la voz; la inquietud, el miedo ante una acción incierta.
(Diógenes Laercio)
La inquietud, el miedo a equivocarse y, de otra manera, el miedo al fracaso; la superstición, el miedo a los dioses o démones; la angustia, el miedo a algo temible; el terror, el miedo procedente de la razón.
(Estobeo)
Las trece especies del miedo:
La indecisión es el miedo a la acción futura.
La vergüenza es el miedo a la mala reputación.
El terror es el miedo de la persona temerosa.
La angustia es el miedo que ata de manos y pies.
El estupor es el miedo procedente de la representación desacostumbrada de algo que inspira temor.
La consternación es el miedo procedente de una representación mayor.
La timidez consiste en apartarse de algo que se manifiesta conveniente por causa de la representación de algo que inspira temor.
La pusilanimidad es el miedo vano.
La inquietud es el miedo a equivocarse; o el miedo al fracaso o el miedo que hace surgir esperanzas opuestas, en torno a las que tenemos un apetito violento.
La intención es la indecisión de hacer lo decidido.
El horror es el miedo a lo reflexionado.
La perturbación es el miedo que apremia en compañía de la voz.
La superstición es el miedo a lo divino. O la exageración de los honores relativos a los dioses.
(Andrónico)
Por otra parte, aquellas que están subordinadas al miedo las definen así: la pereza es el miedo ante el trabajo que nos espera... el terror, un miedo que estremece, de lo cual se sigue que al pudor le acompañe el rubor, al terror la palidez y el temblor y castañear de dientes; el temor, el miedo ante un mal que se aproxima; el pavor, un miedo subsiguiente y, por así decirlo, compañero del pavor; la conturbación, un miedo que hace perder de vista aquello que pensamos; el pánico, un miedo permanente.
(Cicerón)
El miedo es una abstención irracional y una pasión... pero manipulando los nombres los filósofos llaman precaución al miedo a la ley.
En efecto, el estupor es un miedo procedente de una representación desacostumbrada o a propósito de una representación inesperada... como la de una noticia; miedo ante lo que ha sucedido o existe, o un admirarse de manera excesiva.
(Clemente de Alejandría)
De las falsedades sobreviene a la mente la perversión, a partir de la cual surgen muchas pasiones y causas de inestabilidad. La propia pasión es, según Zenón, el movimiento irracional del alma y contrario a la naturaleza, o un impulso excesivo.
(Diógenes Laercio)
El dolor es una contracción irracional; sus especies son: la compasión, la envidia, los celos, la rivalidad, la pesadumbre, la molestia, la perturbación, la pena, la confusión. La compasión es, en efecto, un dolor por el que padece males inmerecidos; la envidia, un dolor por los bienes ajenos, los celos, un dolor porque otro posea lo que uno mismo desea; la rivalidad, un dolor porque otro tenga lo que uno mismo posee; la pesadumbre, un dolor que oprime; la molestia, un dolor que agobia y proporciona inquietud; la turbación, un dolor que por reflexiones permanece o se intensifica; la congoja es un dolor penoso; la confusión es un dolor irracional que nos consume e impide ver el presente.
(Diógenes Laercio)
El disgusto es un dolor acompañado de agitación ininterrumpida.
(Estobeo)
La envidia es el dolor por el éxito de las personas dotadas de cualidades.
(nota de Jorge: sentimiento pasivo que en activo es odio y en acto es agresión)
Los celos son un dolor porque otros tengan y nosotros no.
El desánimo es un dolor por lo insoluble o inflexible.
La desgracia es un dolor por los males que oprimen fuertemente.
La pesadumbre es un dolor que oprime.
El pesar es un dolor que provoca afonía.
La convulsión es un dolor violento.
La aflicción es un dolor por una muerte intempestiva.
El disgusto es un dolor procedente de razonamientos contrarios.
La molestia es un dolor que oprime y no cede.
La pena es un dolor que nos invade.
La turbación es un dolor procedente de reflexiones.
El arrepentimiento es un dolor por las faltas cometidas, en la idea de que uno mismo ha sido el responsable.
La confusión es un dolor que impide ver el futuro.
El desaliento es el dolor del que ha perdido la esperanza de conseguir lo que desea.
La indignación es un dolor por los que se excitan inconvenientemente.
La excitación es un dolor acompañado de la indecisión de cómo se hará uso de las cosas presentes.
La lamentación es un treno de la persona que ha sido embargada por el dolor.
La irritación es un dolor que oprime y no proporciona recompensa.
La preocupación es el razonamiento del que sufre.
La piedad es un dolor por los males ajenos.
(Andrónico)
El temor se divide también en seis especies: indecisión, pudor, vergüenza, consternación, inquietud, estupor; la indecisión es el miedo a la acción futura; la consternación, el miedo procedente de una gran representación; el estupor, el miedo procedente de una representación desacostumbrada; la inquietud, el miedo al error, esto es, al fracaso, pues, temerosos de no tener éxito en la acción, nos angustiamos; el pudor, el miedo por la espera de un reproche; esta pasión es la mejor; la vergüenza, el miedo por un acto perpetrado vergonzosamente, pero esto no es una pérdida de esperanza en la salvación; el pudor se diferencia de la vergüenza de esta manera: porque el uno, avergonzado por las acciones que lleva a cabo, se oculta; el otro, el pudoroso, teme caer en una cierta mala reputación. Los antiguos, abusando de los nombres, llaman con frecuencia al pudor vergüenza; tiene lugar el miedo por enfriamiento de todo lo caliente que concurre al corazón, hacia la parte directiva, de la misma forma que también el pueblo, cuando teme, se refugia entre los gobernantes; el órgano del dolor es la boca del estómago, ésta es, en efecto, la que siente la mordedura en los dolores, según dice Galeno en el libro tercero de la Demostración. El coraje es una efervescencia de la sangre que circunda el corazón, originada a partir de la exhalación o de la mezcla turbulenta de la bilis, por lo que también el coraje es llamado bilis y cólera. A veces ocurre que el coraje es un apetito de venganza; cuando, en efecto, somos objeto de injusticia o creemos serlo, nos enfurecemos, y surge entonces una pasión que es mezcla de deseo y coraje. Las especies del coraje son tres: la ira, que también es llamada bilis y cólera, el resentimiento y el rencor. El coraje, por tener principio y movimiento, es llamado ira, bilis y cólera. El resentimiento es una bilis que permanece y dura hasta la vejez; así pues, recibe su nombre por permanecer y ser recordado. El rencor es una ira que acecha el momento para la venganza; también éste recibe su nombre por yacer. El coraje es la escolta de la reflexión. Pues, cuando ésta juzga digno de irritación el hecho acaecido, entonces el coraje sale al encuentro, siempre que conforme a la naturaleza preserven el orden propio.
(Nemesio)
Resta la opinión de los cirenaicos, quienes creen que existe el dolor solo si algo sucede inesperadamente. Esto es, ciertamente, importante, como he dicho antes; sé que también Crisipo era del mismo parecer: que lo que de antemano no se ha previsto hiere con mayor vehemencia.
(Cicerón)
Pero en el segundo libro Sobre el bien, habiendo explicado la envidia como un dolor por los bienes de otros, como si quisiese manifiestamente rebajar a sus vecinos para sobresalir ellos mismos, añade lo del gozo por el mal ajeno: íntimamente unida a ésta se encuentra el gozo por el mal ajeno, cuando por las mismas razones queremos que los vecinos sean rebajados; en cambio, cuando somos desviados siguiendo a unos impulsos naturales distintos, nace la compasión.
(Plutarco)
El miedo es la espera de un mal; al miedo llevan también éstas: el terror, la indecisión, la vergüenza, el estupor, la perturbación, la inquietud.
El terror es, en efecto, un miedo que suscita angustia; la vergüenza, el miedo a la mala reputación; la indecisión, el miedo a la acción futura; el estupor, el miedo procedente de la representación de una acción desacostumbrada; le perturbación, el miedo acompañado de la precipitación de la voz; la inquietud, el miedo ante una acción incierta.
(Diógenes Laercio)
La inquietud, el miedo a equivocarse y, de otra manera, el miedo al fracaso; la superstición, el miedo a los dioses o démones; la angustia, el miedo a algo temible; el terror, el miedo procedente de la razón.
(Estobeo)
Las trece especies del miedo:
La indecisión es el miedo a la acción futura.
La vergüenza es el miedo a la mala reputación.
El terror es el miedo de la persona temerosa.
La angustia es el miedo que ata de manos y pies.
El estupor es el miedo procedente de la representación desacostumbrada de algo que inspira temor.
La consternación es el miedo procedente de una representación mayor.
La timidez consiste en apartarse de algo que se manifiesta conveniente por causa de la representación de algo que inspira temor.
La pusilanimidad es el miedo vano.
La inquietud es el miedo a equivocarse; o el miedo al fracaso o el miedo que hace surgir esperanzas opuestas, en torno a las que tenemos un apetito violento.
La intención es la indecisión de hacer lo decidido.
El horror es el miedo a lo reflexionado.
La perturbación es el miedo que apremia en compañía de la voz.
La superstición es el miedo a lo divino. O la exageración de los honores relativos a los dioses.
(Andrónico)
Por otra parte, aquellas que están subordinadas al miedo las definen así: la pereza es el miedo ante el trabajo que nos espera... el terror, un miedo que estremece, de lo cual se sigue que al pudor le acompañe el rubor, al terror la palidez y el temblor y castañear de dientes; el temor, el miedo ante un mal que se aproxima; el pavor, un miedo subsiguiente y, por así decirlo, compañero del pavor; la conturbación, un miedo que hace perder de vista aquello que pensamos; el pánico, un miedo permanente.
(Cicerón)
El miedo es una abstención irracional y una pasión... pero manipulando los nombres los filósofos llaman precaución al miedo a la ley.
En efecto, el estupor es un miedo procedente de una representación desacostumbrada o a propósito de una representación inesperada... como la de una noticia; miedo ante lo que ha sucedido o existe, o un admirarse de manera excesiva.
(Clemente de Alejandría)
De las falsedades sobreviene a la mente la perversión, a partir de la cual surgen muchas pasiones y causas de inestabilidad. La propia pasión es, según Zenón, el movimiento irracional del alma y contrario a la naturaleza, o un impulso excesivo.
(Diógenes Laercio)
El dolor es una contracción irracional; sus especies son: la compasión, la envidia, los celos, la rivalidad, la pesadumbre, la molestia, la perturbación, la pena, la confusión. La compasión es, en efecto, un dolor por el que padece males inmerecidos; la envidia, un dolor por los bienes ajenos, los celos, un dolor porque otro posea lo que uno mismo desea; la rivalidad, un dolor porque otro tenga lo que uno mismo posee; la pesadumbre, un dolor que oprime; la molestia, un dolor que agobia y proporciona inquietud; la turbación, un dolor que por reflexiones permanece o se intensifica; la congoja es un dolor penoso; la confusión es un dolor irracional que nos consume e impide ver el presente.
(Diógenes Laercio)
El disgusto es un dolor acompañado de agitación ininterrumpida.
(Estobeo)
La envidia es el dolor por el éxito de las personas dotadas de cualidades.
(nota de Jorge: sentimiento pasivo que en activo es odio y en acto es agresión)
Los celos son un dolor porque otros tengan y nosotros no.
El desánimo es un dolor por lo insoluble o inflexible.
La desgracia es un dolor por los males que oprimen fuertemente.
La pesadumbre es un dolor que oprime.
El pesar es un dolor que provoca afonía.
La convulsión es un dolor violento.
La aflicción es un dolor por una muerte intempestiva.
El disgusto es un dolor procedente de razonamientos contrarios.
La molestia es un dolor que oprime y no cede.
La pena es un dolor que nos invade.
La turbación es un dolor procedente de reflexiones.
El arrepentimiento es un dolor por las faltas cometidas, en la idea de que uno mismo ha sido el responsable.
La confusión es un dolor que impide ver el futuro.
El desaliento es el dolor del que ha perdido la esperanza de conseguir lo que desea.
La indignación es un dolor por los que se excitan inconvenientemente.
La excitación es un dolor acompañado de la indecisión de cómo se hará uso de las cosas presentes.
La lamentación es un treno de la persona que ha sido embargada por el dolor.
La irritación es un dolor que oprime y no proporciona recompensa.
La preocupación es el razonamiento del que sufre.
La piedad es un dolor por los males ajenos.
(Andrónico)
El temor se divide también en seis especies: indecisión, pudor, vergüenza, consternación, inquietud, estupor; la indecisión es el miedo a la acción futura; la consternación, el miedo procedente de una gran representación; el estupor, el miedo procedente de una representación desacostumbrada; la inquietud, el miedo al error, esto es, al fracaso, pues, temerosos de no tener éxito en la acción, nos angustiamos; el pudor, el miedo por la espera de un reproche; esta pasión es la mejor; la vergüenza, el miedo por un acto perpetrado vergonzosamente, pero esto no es una pérdida de esperanza en la salvación; el pudor se diferencia de la vergüenza de esta manera: porque el uno, avergonzado por las acciones que lleva a cabo, se oculta; el otro, el pudoroso, teme caer en una cierta mala reputación. Los antiguos, abusando de los nombres, llaman con frecuencia al pudor vergüenza; tiene lugar el miedo por enfriamiento de todo lo caliente que concurre al corazón, hacia la parte directiva, de la misma forma que también el pueblo, cuando teme, se refugia entre los gobernantes; el órgano del dolor es la boca del estómago, ésta es, en efecto, la que siente la mordedura en los dolores, según dice Galeno en el libro tercero de la Demostración. El coraje es una efervescencia de la sangre que circunda el corazón, originada a partir de la exhalación o de la mezcla turbulenta de la bilis, por lo que también el coraje es llamado bilis y cólera. A veces ocurre que el coraje es un apetito de venganza; cuando, en efecto, somos objeto de injusticia o creemos serlo, nos enfurecemos, y surge entonces una pasión que es mezcla de deseo y coraje. Las especies del coraje son tres: la ira, que también es llamada bilis y cólera, el resentimiento y el rencor. El coraje, por tener principio y movimiento, es llamado ira, bilis y cólera. El resentimiento es una bilis que permanece y dura hasta la vejez; así pues, recibe su nombre por permanecer y ser recordado. El rencor es una ira que acecha el momento para la venganza; también éste recibe su nombre por yacer. El coraje es la escolta de la reflexión. Pues, cuando ésta juzga digno de irritación el hecho acaecido, entonces el coraje sale al encuentro, siempre que conforme a la naturaleza preserven el orden propio.
(Nemesio)
Resta la opinión de los cirenaicos, quienes creen que existe el dolor solo si algo sucede inesperadamente. Esto es, ciertamente, importante, como he dicho antes; sé que también Crisipo era del mismo parecer: que lo que de antemano no se ha previsto hiere con mayor vehemencia.
(Cicerón)
Pero en el segundo libro Sobre el bien, habiendo explicado la envidia como un dolor por los bienes de otros, como si quisiese manifiestamente rebajar a sus vecinos para sobresalir ellos mismos, añade lo del gozo por el mal ajeno: íntimamente unida a ésta se encuentra el gozo por el mal ajeno, cuando por las mismas razones queremos que los vecinos sean rebajados; en cambio, cuando somos desviados siguiendo a unos impulsos naturales distintos, nace la compasión.
(Plutarco)
PASOS DEL HOMBRE-RELOJ POR ALICANTE
Me horroriza el jacuzzi de la piscina el Oasis,/ una de las cosas que más me agobia es el bajar el equipaje en el ascensor del hotel Piramidal, esposo mío por qué no te pones el traje de baño y bajas a la piscina,/ te juro que lo que quiero es divertirme, todo el día con la pulsera de todo incluido del hotel porque somos así de gochos y puercos, de noche removí el sobre de la aspirina con la cola del cepillo dentrífico,/ con estas gafas de sol no veo nada ni a nadie,/ bandera verde en la playa de Calpe, los señores madrileños de Alcalá yendo por la orilla a ver si ven tetamen, el sajonango-el vascorri-y también la buharrona vinieron a esta playa en verano, conocido el significado de las palabras tengo todo su poder mágico como el de la misteriosa Alcarria, el niño troleando con el colchón azul en las olas del mar, los maridos son unos manitas-expertos en clavar las sombrillas con su barriguita de la felicidad, no digas que bailas la sensual zumba-estuviste en Alicante-y no viniste morena a SinglesMadrid, aquí la gente no es tonta-saben quien es pareja y quién se lo pasa bien/ y quiénes son buen equipo formal-familiar-para darse de tortas a todas horas y en todas partes, esos ejercicios de pulmones para las colchonetas que no para hacer el amor, y las mujeres solo por sacar los hijos de cabeza-de ahí abajo-se creen con derechos sobre los hombres-sí señor como Dios lo manda.
Algunos pelos al contacto con el agua de mar se ponen blancos, cinco líneas de playa en junio-y en julio se ponen las toallas en las palmeras y los tejados, es peligroso irse de vacaciones porque decides cambiar de vida, apártate de las señoras meonas del agua mar, el que/ vende sangría para las piedras del riñón-que si se la compras le haces feliz como a los barquilleros del Palacio de Oriente,/ y si no se la bebe/ él con su marcha por las dunas de la playa y su señora vaca de la hamaca.
En el peñón Ifach,/ pajarito que no vuela/ decimos que se ha caído del nido,/ a los ingleses cervezudos lo que les falta es hacer rugby por la acera con los españoles del puerto náutico, la clavada en el restaurante la Porreta está en el pulpo y en la sangría, las gaviotas que calculan mal el vuelo/ por tiente y torrente de aire/ se estrellan contra la roca y mueren desasistidas por los inexistentes ecologistas calperos, con esas dos películas ya te asustan los tiburones y la concentración de pájaros, qué ahorrativo tu amante actual cómo ahorra en los preservativos, a ver quién es la mamá más guapa de todas las mamás de la piscina, y los jóvenes esperan que les caiga todo del Cielo.
No me entiendo con el levanta clítoris del agua termal de la ducha/ me gustan mucho las mujeres con diadema como rumanas de la Migdala, los que no han tenido hijos-y los que no son naturales-y son adoptivos y chinas se confrontan en la playa, los que tienen brazos reducido y amputaciones se consuelan en la playa, los calvos papás y los peludos maridos, y nuestra historia de amor no sabremos dónde nos llevará pero nos ha permitido respirar dos-cuatro-diez-y quince años.
Si una mujer por arte de la Virgen de la Almudena tuviera en su cara los rasgos de tus mejores amigos del pasado-de David y Emerald de Firhouse-de Joseph de Cullera-de Luis del colegio-y de las dos estupendas Susanas del trabajo,/ y yo con mis gafas RoyBom que me ha otorgado el de la patera subsahariana.
Yo me quedo con la que me quiere tanto,/ no es rusa gorda que no pliega la sombrilla cuando se le ha volado dos veces, y pa ti el austriaco de los bigotes al viento junto a las casetas del socorrista y de la Policía de Proximidad.
Estas morena betunera y la única sepia tiene que ver con mi poca cena de la infancia en verano/ y en Valencia.
No me gusta la gente que va por la vida creyendo en que es más/ y haciendo de menos a los demás.
De haber tenido mala vida la brisa marina te cura de tu fibromialgia y pesares.
El bocata de calamares el mejor en la Plaza Mayor de Madrid y en el Brillante de Atocha.
Duermo en cama de seda
por eso me quema la arena.
El viento de Levante que golpea mi cabeza es malíssimo para mí, ese viento horroroso para los que no consiente que los toquen ni el meneo, ese viento de las plagas de Egipto y la dormición de los primogénitos, por qué crece tanto el pelo y las uñas y los niños crecidos en Calpe, la gente como en el penal contabilizando los días que quedan para acabar las vacaciones/ y qué tendrán que hacer en sus ciudades.
Buenos fotógrafos de vacaciones en las salinas,/ me haces dos fotos y el flash se ilumina cuatro veces,/ me da una pena ver a un niño solo en una atracción de noche,/ la buena despedida de vacaciones en que la noche es mágica y llena de amigos/ y qué suerte los niños lo bien que duermen.
No tengas en la vida momentos de concesiones, con cuatro años más ya nos jubilamos, la gente pasea más desangelada hoy por la playa porque se tiene que ir/ porque hace calor,/ Honrubia es el Radiador Springs de la carretera de Valencia, suegras de vacaciones como porteras de reglamento, observando al yerno sol/ de invierno con el rabillo del ojo, yo estoy más resultón que muchos que se pasean por la playa/ y eso que aun cuando lo soy no me percibo como alto/ por eso la rusa Olga Mikhailova me decía que animoso fuera erguido, que eso gusta a las chicas y no como un paréntesis.
Tú apártame de todas las malas mujeres que vengan a por mí/ y yo te daré todo lo que tú quieres/ ah vaya solo es hacer el amor, con eso te conformas/ estás llena/ te hace falta/ y te da vida.
Tú cree en mí/ quiéreme/ y te daré placer.
A ti el marisco que más te gusta son los percebes/ y yo no lo he probado en mi vida.
Tú sabes lo que quiero
que te corte el pelo.
Yo compro para regalo por ocasión.
Las vacaciones sirven para que tú andes para adelante bajo el Arco de Príncipe Pío en busca del Cielo de la Casa de Campo atravesando el río Manzanares.
Tú cuando duermes estás muy guapo dice ella.
Aquí lo que han hecho mal en este hotel del Mediterráneo es meter empleados guapachitos/ lo están fastidiando.
Somos presumidos/ nos gustan los peines y los espejos.
Mira el mar/ tú que eres madrileño/ despídete ya.
Algunos pelos al contacto con el agua de mar se ponen blancos, cinco líneas de playa en junio-y en julio se ponen las toallas en las palmeras y los tejados, es peligroso irse de vacaciones porque decides cambiar de vida, apártate de las señoras meonas del agua mar, el que/ vende sangría para las piedras del riñón-que si se la compras le haces feliz como a los barquilleros del Palacio de Oriente,/ y si no se la bebe/ él con su marcha por las dunas de la playa y su señora vaca de la hamaca.
En el peñón Ifach,/ pajarito que no vuela/ decimos que se ha caído del nido,/ a los ingleses cervezudos lo que les falta es hacer rugby por la acera con los españoles del puerto náutico, la clavada en el restaurante la Porreta está en el pulpo y en la sangría, las gaviotas que calculan mal el vuelo/ por tiente y torrente de aire/ se estrellan contra la roca y mueren desasistidas por los inexistentes ecologistas calperos, con esas dos películas ya te asustan los tiburones y la concentración de pájaros, qué ahorrativo tu amante actual cómo ahorra en los preservativos, a ver quién es la mamá más guapa de todas las mamás de la piscina, y los jóvenes esperan que les caiga todo del Cielo.
No me entiendo con el levanta clítoris del agua termal de la ducha/ me gustan mucho las mujeres con diadema como rumanas de la Migdala, los que no han tenido hijos-y los que no son naturales-y son adoptivos y chinas se confrontan en la playa, los que tienen brazos reducido y amputaciones se consuelan en la playa, los calvos papás y los peludos maridos, y nuestra historia de amor no sabremos dónde nos llevará pero nos ha permitido respirar dos-cuatro-diez-y quince años.
Si una mujer por arte de la Virgen de la Almudena tuviera en su cara los rasgos de tus mejores amigos del pasado-de David y Emerald de Firhouse-de Joseph de Cullera-de Luis del colegio-y de las dos estupendas Susanas del trabajo,/ y yo con mis gafas RoyBom que me ha otorgado el de la patera subsahariana.
Yo me quedo con la que me quiere tanto,/ no es rusa gorda que no pliega la sombrilla cuando se le ha volado dos veces, y pa ti el austriaco de los bigotes al viento junto a las casetas del socorrista y de la Policía de Proximidad.
Estas morena betunera y la única sepia tiene que ver con mi poca cena de la infancia en verano/ y en Valencia.
No me gusta la gente que va por la vida creyendo en que es más/ y haciendo de menos a los demás.
De haber tenido mala vida la brisa marina te cura de tu fibromialgia y pesares.
El bocata de calamares el mejor en la Plaza Mayor de Madrid y en el Brillante de Atocha.
Duermo en cama de seda
por eso me quema la arena.
El viento de Levante que golpea mi cabeza es malíssimo para mí, ese viento horroroso para los que no consiente que los toquen ni el meneo, ese viento de las plagas de Egipto y la dormición de los primogénitos, por qué crece tanto el pelo y las uñas y los niños crecidos en Calpe, la gente como en el penal contabilizando los días que quedan para acabar las vacaciones/ y qué tendrán que hacer en sus ciudades.
Buenos fotógrafos de vacaciones en las salinas,/ me haces dos fotos y el flash se ilumina cuatro veces,/ me da una pena ver a un niño solo en una atracción de noche,/ la buena despedida de vacaciones en que la noche es mágica y llena de amigos/ y qué suerte los niños lo bien que duermen.
No tengas en la vida momentos de concesiones, con cuatro años más ya nos jubilamos, la gente pasea más desangelada hoy por la playa porque se tiene que ir/ porque hace calor,/ Honrubia es el Radiador Springs de la carretera de Valencia, suegras de vacaciones como porteras de reglamento, observando al yerno sol/ de invierno con el rabillo del ojo, yo estoy más resultón que muchos que se pasean por la playa/ y eso que aun cuando lo soy no me percibo como alto/ por eso la rusa Olga Mikhailova me decía que animoso fuera erguido, que eso gusta a las chicas y no como un paréntesis.
Tú apártame de todas las malas mujeres que vengan a por mí/ y yo te daré todo lo que tú quieres/ ah vaya solo es hacer el amor, con eso te conformas/ estás llena/ te hace falta/ y te da vida.
Tú cree en mí/ quiéreme/ y te daré placer.
A ti el marisco que más te gusta son los percebes/ y yo no lo he probado en mi vida.
Tú sabes lo que quiero
que te corte el pelo.
Yo compro para regalo por ocasión.
Las vacaciones sirven para que tú andes para adelante bajo el Arco de Príncipe Pío en busca del Cielo de la Casa de Campo atravesando el río Manzanares.
Tú cuando duermes estás muy guapo dice ella.
Aquí lo que han hecho mal en este hotel del Mediterráneo es meter empleados guapachitos/ lo están fastidiando.
Somos presumidos/ nos gustan los peines y los espejos.
Mira el mar/ tú que eres madrileño/ despídete ya.
June 17, 2015
24 HORAS CON DIOS DEL CARDENAL CARLOS AMIGO
Vino la posmodernidad, no para resolver, sino para agudizar las consecuencias de la modernidad: pragmatismo hedonista, ética del gusto y de lo inmediato. Nada vale nada. Nihilismo puro y duro. Ni herencia pasada, ni responsabilidades futuras, ni ideal, ni utopía, ni proyectos. De todo se sospecha, en nada se cree. Ni modelos de referencia, ni sentido alguno de la historia. El consumismo acaba devorando al mismo individuo y lo dejará aturdido, desorientado en un mundo en el que se siente extraño y sin norte. La fe, como asentimiento a lo que Dios ha manifestado de sí mismo, es un horizonte imposible. Los valores, si existieron, se han perdido. Y si algo valen es en la medida en que benefician mis intereses. Es la inmanencia del hombre en sí mismo. Ni egoísmo, ni egocentrismo, simplemente anulación de la persona, del sujeto pensante esclavizado por lo inmediato. La consecuencia es la soledad más profunda: la de no tener ni la compañía de uno mismo. Echar a Dios de la propia existencia causa el vacío total. La negación del poder existir como persona.
Esa misma fascinación por el bienestar lo relativiza todo y se acepta un estilo de vida donde impera el subjetivismo omnipresente como justificante y valoración de la conducta. Si me gusta, vale. Si me aprovecha, sirve. Si a mí me conviene, se puede hacer. También puede decirse de otra conducta igualmente subjetivista: vale, porque me gusta, me sirve, me agrada. Un evasionismo generalizado que parte de la huida de uno mismo. Es un curioso contraste entre la aparente centralidad individualista -yo, a mí- y la falta de interioridad, la despersonalización. El llamado "pensamiento débil" adolece más de indiferencia que de ser fruto de la reflexión. No es la evasión a tiempos mejores, el sueño de la utopía, la conquista del ideal lejano. Es, pura y simplemente, el consumismo del tiempo, de las ideas, de las cosas. Todo se convierte en moda fugaz.
El presentismo ha hecho su aparición en la escena. Aprovecharse cuanto antes, sin pensar en más. Que la representación es corta. Una prisa por vivir y quemar etapas que provoca, en ocasiones, la aparición de ridículos personajes, como el del joven envejecido y del adulto aniñado. Como se ha querido abarcarlo y gustarlo todo enseguida, el vacío de la desilusión también es rápido en llegar. Extraña velocidad en el intento de llegar a ninguna parte.
Lo pragmático, lo útil, lo que sirve, se valora con criterios subjetivos con frecuencia egoístas. El desbordado interés por el cultivo del propio cuerpo -culturismo, aerobic, gimnasios, dietas, estética...- es compañero de un desprecio por la salud: contaminación, droga, alcohol, ruidos, estrés... La permisividad negativista ahoga la verdadera libertad, anula la capacidad de elegir, todo lo relativiza, todo lo desvirtúa. Al final una sociedad amorfa, sin identidad, sin aspiraciones. Como forma más grave e irresponsable de vacío moral está la agresión, el desprecio a la persona y a la vida: terrorismo, narcotráfico, aborto, eutanasia... Y todo ello en medio de una creciente sensación de impotencia.
Es el frío de una muerte sin morir, de una apariencia sin realidad, de una vida sin pensamiento y sin amor. Sueño exagerado en el que la espera se reduce a un dejar que vayan cayendo las hojas del calendario y lleguen días mejores en los que aquellos problemas, que llevan a la muerte, puedan tener solución. Después, otra vez a pensar en cenizas venideras, porque, en definitiva, sin la conversión interior del hombre poco valen reformas y aguantes.
De angustias, fatigas y pesares la lista se hace inacabable. Estúpido sería, ante tanto desacierto, dejarse morir de pena y tristeza. Es mejor acudir a la medicina de la esperanza, pues, si como algunos piensan, corren malos tiempos para los asuntos de la religión, mejor defensa ha de ser la de la fidelidad que la de la claudicación. Olvidarse de Dios, aparte de ser algo poco inteligente, trae unas deplorables consecuencias para el hombre, pues el mundo pierde horizontes y acaba organizándose de tal manera que resulta sumamente difícil vivir de lo trascendente, no tiene más remedio que desaparecer. Lo del humanismo ateo no deja de ser un contrasentido. Si nada de lo humano puede sernos indiferente, piensen ustedes, ¿qué hay más de común en la humanidad que la creencia en Dios?
Esto ocurre cuando se le quita a la vida, a la existencia del hombre, todo valor de trascendencia. La secularización parece ser el grito de los que quieren matar a Dios.
La consecuencia inmediata es el indiferentismo. Una falsa actitud pragmática que llega a la conclusión de que lo mejor es no prestar interés al tema. Seguir adelante ignorándolo todo. Despreocupándose de todo. Es una actitud de desgana que conduce al egoísmo, a vivir como parásito en una sociedad donde son otros los que deben trabajar por buscar la verdad. El indiferentismo puede ser, también, una larvada pretensión de justificarse por las obras. Así, no es extraño que desee excluirse cualquier motivación de tipo religioso cuando se realizan obras de utilidad social, de promoción de las personas, de ayuda a los marginados.
Esfuerzo inútil, dice el agnosticismo. No sabemos si existe o no existe Dios. Lo que afirmamos es que no se puede llegar a tener un conocimiento de esa existencia de Dios. Quizá se haya llegado a esa conclusión después de haber estado constantemente esquivando a Dios, tratando de escaparse de su cara, dando rodeos para no encontrarse con Él.
Tengo siempre presente mi pecado. El mal cometido está contra mí. El pecado, la injusticia, el mal cometido se convierten en juez implacable, en remordimiento, en interpelación que reclama separación. Y más fácil que el camino de la justicia es el del abandono y la negación. A Dios nadie lo ha visto nunca. No existe ni juez, ni juicio.
Para ver a Dios, habrá que quitarse las manos de la cara y las sandalias de los pies. Así se lo mandaba el mismo Dios a Moisés. Es decir, abrir bien los ojos. Dios puede estar mucho más cerca y visible de lo que pensamos. Eso sí: habrá que quitar impedimentos y obstáculos, preguntas y desconfianzas, pues la imagen de Dios aparece solamente a los sencillos, a los que son capaces de ofrecer amor y comprensión antes de oír cualquier argumento o de ver cualquier imagen. Por eso hay que ir descalzo de presunción, de orgullo, de autosuficiencia.
Y tener cuidado al hacer las preguntas, no sea que se vuelvan contra uno mismo. ¿Dónde está Dios? ¿Cómo puedo ver a Dios? Antes de poner estos interrogantes habrá que llevar buena disposición para responder a las preguntas que Dios va a hacer enseguida. ¿Dónde estás tú? ¿Dónde está tu hermano? La primera cuestión es una interpelación directa a la actitud que debe tener el creyente delante de Dios.
No se puede ver a Dios sin amar al hermano. "¿Dónde está tu hermano?", le pregunta Dios a Caín. Si te escondes de Dios es porque has matado a tu hermano. El hombre no es Dios, pero ayuda a verlo.
"Los justos contemplarán tu rostro", canta el salmo. Justicia es caminar en la ley del Señor. Tener sus mandatos en el corazón y en los labios. Una conducta recta conforme a la voluntad de Dios. Justo es el que hace el bien a su prójimo y a cada uno le da su derecho. Con estos avales de justicia se abren los ojos a una realidad completamente nueva, que lo trasciende todo, que está más allá de la limitada dimensión que alcanza el horizonte de los hombres.
Los limpios de corazón son aquellos que han desterrado de él el odio, la violencia, el orgullo, la envidia, el mal, y han puesto en su vida misericordia y bondad, socorro para el pobre y ayuda al desvalido. No pone asechanzas a su prójimo y comparte su mesa con el hambriento. Honra a Dios y sirve a su hermano. Ese hombre verá a Dios. Pero ha de tener la puerta siempre abierta, para que pueda entrar el que venga y, sobre todo, para salir de uno mismo, pues el egoísmo encoge de tal manera la posibilidad de ver, que nada existe para él que no sea él mismo. Sal de tu casa, de tu tierra, de ti mismo, si quieres ver a Dios.
Y si has visto a Dios, los demás verán que ven a Dios en ti. Tus obras glorificarán al que tú honras. Más que tus labios, será el testimonio de tu vida quien hable. "Creí y por eso hablé", dice el salmo. Es que solamente proclamándolo con las obras se puede hablar de Dios. El deseo de ver a Dios se convierte pronto en compromiso de hacer en todo su voluntad. Es comprometerse con lo que Él quiere. El amor abrasa, enciende, pone en el corazón y en las manos fuego de amor y de caridad.
Pero, la más grave y la que de verdad mata al individuo, es aquella soledad de uno mismo. Esto equivale a no ser persona. Ni hay valores que defender, ni unas virtudes con las que vivir. Esta última soledad suele ser la del egoísta y la del presuntuoso, la de los que se consideran de tal manera autosuficientes que no solo piensan que no necesitan de nadie, sino que van arrasando lo que otros valoran y defienden. Es modelo para insolidarios, asociales y violentos.
Pero, igual que se nos aconsejaba que contra pereza, diligencia, y contra soberbia, humildad, también ahora diremos que la solidaridad, el ser hospitalarios y generosos son el mejor antídoto contra los males que nos aquejan. La solidaridad es virtud cristiana en la que se practica el mandamiento de servir y ayudar con sentimientos fraternos a quien está desvalido. La hospitalidad, más que recibir al que llega, es dejar la puerta abierta para que entre el bien, que seguro que llegará. La sospecha es cerrazón y carcoma que endurece el corazón y pudre la mente de tal manera que la incapacita para poder pensar bien de nadie.
No sabemos si el hombre malherido de la parábola evangélica del buen samaritano al fin se había curado. De lo que no cabe duda es del gozo del hombre bueno que ayudó a su hermano. ¡Te pagaré todos los gastos!, le dice al posadero que ha de atender al herido. Él, el samaritano, había cobrado por adelantado con la gracia que Dios le había dado de tener un corazón misericordioso.
Cristo ha enseñado a hacer el bien con el sufrimiento y a hacer el bien al que sufre. Habrá, pues, que pararse ante el sufrimiento de los hombres. Primero, atender; después ofrecer el propio sufrimiento. Al final, contemplar a Cristo puesto en la cruz del hombre que sufre y en el gozo de quien pone su amor para aliviar el sufrimiento.
La misericordia es aval de eficacia, pues el ayuno no da fruto si no es regado por la misericordia. ES paño para limpiar el corazón y ver a Dios. Es lámpara para ver las huellas de Dios en todo. Mostaza que produce grandeza de espíritu a quien la practica. Levadura que transforma la vida y la persona. Talento, pues la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además de pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. Actitud de sensibilidad para captar la necesidad del prójimo y acudir en su ayuda. Virtud que enseña a compadecerse, ayudar compasivamente, apiadarse. Valor preferente, pues dice el Señor que prefiere la misericordia al sacrificio. Así es como aparece la misericordia en el evangelio: como alabanza y promesa de reconocimiento al que cuida del débil y del pobre, pues los misericordiosos serán quienes reciban misericordia. La compasión misericordiosa es "como un toque del amor eterno sobre las heridas más dolorosas de la existencia terrena del hombre", decía Juan Pablo II.
La fuente de la misericordia está en el mismo corazón de Cristo, pues allí encuentra lo ancho y profundo del amor de Dios, con el que se desea estar y al que se quiere proclamar misericordioso. Los pobres y los débiles serán los más cercanos al corazón misericordioso de Dios.
Para practicar la misericordia se necesita ayuda de Dios, pues no se trata de un acto de la voluntad, sino del vivir responsablemente la gracia y el favor que se ha recibido: el poder amar, servir, perdonar, actuar con misericordia. Donde hay misericordia hay paz. Donde hay humildad hay misericordia. Como decía Benedicto XVI, "Hay que hacer de la experiencia de la vida lugar de la misericordia y de la ternura de Dios para con los hombres".
Ante la pregunta de Pilato, Jesús responde que su reino no es de este mundo.
Que el reino no sea de este mundo quiere decir, efectivamente, que su realización plena está más allá de la existencia terrena. El mundo al que se aspira, que ya comienza aquí y ahora, no puede parecerse a lo que son los más torcidos intereses de los hombres.
Y, para empezar, hay que decir que importarle poco a uno lo que sienta o padezca la gente no es el mejor camino para meterse en ese confortable modo de vivir que entendemos por calidad de vida, que es el de haber llegado a un determinado nivel de satisfacción personal, familiar, laboral, económico.
Difícil, pero gratísimo, es el equilibrio entre el deseo personal y el entorno social. Una verdadera calidad de vida necesita del ejercicio práctico de la solidaridad en intereses y sentimientos, en compartir proyectos y trabajar por llevarlos a cabo. Querer a la gente y verse querido. Armonía con la naturaleza, sentirse a gusto en el espacio en el que se vive, ver realizadas las ideas mejores, estar seguro de que Dios camina junto a los hombres.
Por ello, resultan inseparables la solidaridad y el amor fraterno. Si el cristiano se siente unido a los demás, no es por una simple razón de pertenencia a una comunidad humana con la que debe cohabitar en el mismo mundo, sino por el imperativo del mandamiento nuevo del amor que ha de distinguir a los discípulos de Cristo.
Son los reglones torcidos del hombre en ese papel en que debe ir escribiendo la propia vida. Según San Gregorio Magno, el proceso del pecado discurre por cuatro etapas: la insinuación, la delectación, el consentimiento y la audacia de justificarlo.
Hay pecados y pecados. Son pecados elegantes aquellos de los que se presume y hasta se enorgullece el que los comete (hemos de suponer que inconscientemente), pues recibe el aplauso de cierta parte de la sociedad, un poco bobalicona, que se siente divertida por el "ejemplo" de tan creidillo pecador. Comenzamos con la apostasía presuntuosa, que es abandono de lo prometido. Es el desertor. El que no ha sido capaz de llevar el gozo y la carga de la fe. Presume, ahora, de liberado, ni ha vivido conscientemente esa fe, que dice ha abandonado, ni es tan libre, como se pavonea de serlo. Es desertor de un convencimiento con el que posiblemente nunca se ha sentido identificado.
Hermano del anterior es el agnosticismo de salón. Es pecado de vanidosos y de sabihondos. De aquellos que, por anticipado, desechan hipótesis y hacen cortos los horizontes, pretextando que lo que ellos no pueden conocer no existe. SE han hecho la medida y oráculo de todas las cosas. Les falta generosidad e inteligencia. Al menos como hipótesis, no puede arrojarse del laboratorio del pensamiento la posibilidad de encontrar a Dios.
Ahora vienen dos pecados muy unidos, casi gemelos, son la indiferencia y el desprecio. La primera quiere pasar como dama distinguida enfundada en las pieles de la presunción, como si en este mundo nada ni nadie hubiera más que ella. A la indiferencia le basta la pasarela de su propia vacuidad. Mirar por encima del hombro es síntoma de pequeñez, de poca estatura en la personalidad. En el fondo del desprecio está el orgullo, que hace imposible apreciar el valor de ideas y personas. Solo cuenta su hombro, por encima del cual juzga, y mal, a los demás.
No practica por pereza, por presunción o simplemente porque en verdad ya no cree en nada.
Y ya no puede vivir si no es buscando su egoísmo, el sobresalir por encima de los demás a costa de lo que sea, enriquecerse pronto y sin medida ni conciencia, dominar aunque para ello haya que utilizar la violencia y la guerra, tener el poder aunque sea a costa del hambre y de la vida de los inocentes.
Sin embargo, como si de trigo y cizaña mezclados y confundidos se tratara.
Pero parece como si no hubiera más remedio que esconder esa luz de la fe, de la creencia religiosa. Es molesta, hace ver demasiado las arrugas del pecado. Se prefiere, tantas veces, permanecer a oscuras, aunque esté encendida la luz. Es hacer precisamente lo contrario de lo que recomienda el evangelio: cuando enciendas una luz, no la pongas debajo del celemín. La luz de la que hablamos es la de las verdades grandes, la del misterio, la de la fe, la del dejarse seducir por cuanto Dios ha dicho por los labios, el ejemplo y la vida de su hijo Jesucristo.
Cada cual tiene su propio celemín para tapar lo que le puede arañar y molestar en la conciencia. Son todos esos artilugios que se ponen en juego para evadirse de las responsabilidades que urge la fe. Argucias y vanas justificaciones para camuflar lo que debiera ser una vida en coherencia con lo que se cree, y se dice no creer a fin de no quedar en evidencia y señalado con el dedo como títere inconsecuente y persona sin fundamento ni criterio.
Quien diga que nada le debe a Jesucristo, ha perdido la memoria del agradecimiento, y no sabe de la historia y del bien que Cristo, con su Iglesia, ha realizado. Dios tiene derecho a que le creamos. Ha hablado en Jesucristo, que nos dijo cómo era Dios y cómo llegar hasta Él. Quiso unir la palabra con los signos, el testimonio con el amor a los demás. Es la fe, los sacramentos, la caridad y el testimonio. Creencia, celebración, práctica y ejemplo son inseparables.
Luces espléndidas y por lo demás brillantes son las que Cristo ha encendido en la historia de la humanidad. Son resplandores tan fuertes que llegan a romper la piedra y dureza del corazón del hombre y le hacen recobrar su primera voluntad y deseo de bien. Esos esplendores de Cristo se hacen vida en la misericordia, que es abrir los brazos para que el prójimo pueda entrar en el corazón; en el perdón, que es retorno al amor perdido; en la justicia, que devuelve la dignidad, a quien le han robado los derechos; en la fe, que es dejarse fascinar por la luz que Dios ha encendido con la revelación de su Hijo Jesucristo.
Cuando el hombre se empeña en dominar y someter a su hermano, cuando pretende hacerse el dueño e imponer su fuerza sobre los demás, ha claudicado de su verdadera y propia dignidad. Ha dejado de ser un hombre de paz.
El amor será fermento de paz cuando se sientan las necesidades de los otros como propias.
La debilidad es grande. Pero hay que buscar con lealtad el camino de la fidelidad y de la coherencia entre lo que se cree y se vive.
Pensemos más en las oportunidades que en la dificultad; más en el brazo de Dios que nos asiste, que en nuestra debilidad; más en la fuerza de la bondad y de lo justo, que en los poderíos del mal y del pecado. En fin, que a las inquietudes demos respuestas cristianas con la audacia de la esperanza y la firmeza de la caridad. Si hay posibilidad alguna de construir el bien y lo justo, la responsabilidad de acción se impone. Un silogismo sencillo y de gusto escolástico: es bueno, puede hacerse, estás obligado a hacerlo.
Cuando se acerca uno a la forma de vida de las primeras comunidades cristianas, encontramos a unos hombres y unas mujeres que escuchaban atentos lo que Dios quería decirles, que seguían las enseñanzas de los apóstoles, que compartían el pan de la eucaristía y ayudaban a los pobres. Y se añade en los relatos, que aquellos primeros cristianos sentían alegría en un corazón sencillo. No era para menos. Habían encontrado a Cristo allí donde Cristo quiere estar: en la Iglesia, que es depositaria de la palabra de Dios y de los sacramentos.
Ser y vivir como cristiano no puede reducirse a participar ocasionalmente en algunos actos, quizá más sociales que religiosos. Tampoco es una cuestión de familia, de cultura, de costumbre. Mucho menos para presumir de tener una religión que no se practica.
Somos Iglesia siempre, con la oración, con los sacramentos, con la práctica de la caridad fraterna. En cualquier lugar, pues en todas las ocasiones debe resplandecer, en las palabras y en las obras, la fe en Jesucristo.
Cuando no hay una vinculación de pertenencia a una comunidad, el peligro de una fe privatizada, sin responsabilidades sociales y morales, es evidente. Mucho peor sería aún hacer de la religión bandera política, nacionalista, apoyo para un fanatismo intransigente y sin sentido.
La privatización de la fe puede tener una variante aparentemente comunitaria, pero grupal. Es la pequeña comunidad intimista o socialmente radicalizada, en la que se vive un cristianismo de corte peculiar. Son grupos un tanto encerrados en sí mismos, con su propia mística, ideología, ritual y acción misionera.
La piedad popular, del gozo de ser cristiano y de vivir como tal.
La Iglesia no existe tanto para adaptarse al mundo, como para evangelizarlo, aunque para ello tenga que escuchar la realidad en la que vive. La Iglesia no es de ella ni para ella. Es de Cristo y habla de Cristo. Tiene que mostrar su cara original, sin complejos ni arrogancias. Pero tampoco la Iglesia es una delegación de creyentes, ni un producto más que puede elegirse en el mercado de las religiones, la moral, los valores...
Son muy claras y actuales las palabras de Benedicto XVI: "Quien sigue a Cristo tiene que hablar de Cristo". Una alegría tan grande no se puede guardar para uno mismo.
En la globalización, como en los experimentos del aprendiz de brujo, el peligro son los monstruos. Que aparezca una sociedad más cercana y menos unida, con mayor bienestar y menos valores, con brazos alargados (comunicaciones) y cabezas insignificantes (incapaces de pensar por sí mismas), dominando la tierra y perdiendo a la persona, buscando la última explicación de todo, pero marginando a Dios.
Hay dos asuntos, entre otros, que suscitan recelo frente a la Iglesia: el sentido misionero y la libertad de pensamientos. No se trata de un proselitismo acosador e injusto, sino de un ofrecimiento leal de lo que se tiene como de un bien a compartir.
Ahora priman lo efímero y la moda. Al final, sin embargo, siempre queda el gran valor: la persona y sus ansias de verdad y de trascendencia.
La tolerancia o es recíproca o se convierte en una forma más de imposición y prepotencia; es respeto mutuo y aceptación de un derecho a ser diferente, a tener y defender unas legítimas ideas, a creer en Dios, a vivir conforme a un determinado credo.
La comunidad del último día nada tiene que ver con ninguna iglesia cristiana reformada, ni con secta alguna. Esta singular congregación está formada por todos aquellos que ponen la razón de su creencia en lo último que han oído, en el que más gritó, en lo más novedoso, en la publicación más extravagante de la última edición. Están al día, es decir, casi a la intemperie de una reflexión seria y de una fidelidad necesaria, que no solamente no destruye la libertad y el progreso de la ciencia, sino que las exige. Para ellos no cuenta ni el evangelio, ni la tradición, ni el magisterio, ni la doctrina mantenida por la Iglesia a lo largo del tiempo. La adhesión que regatean a la Iglesia, en aras de su legítima libertad, se la ofrecen incondicional y acrítica a lo más novedoso y pintoresco, aunque no tenga verdad ni razón. Es fruto efímero más de la autocomplacencia que del intelecto. Es que esa congregación es la del último día: lo que oyeron ayer por la mañana.
Se prefiere el agnosticismo pasivo y comodón. No cree, pero tampoco se molesta en averiguar ni el porqué de su increencia, ni la posibilidad de tener, siempre con la ayuda y regalo de Dios, una fe adulta y razonada. Otros dos obstáculos, que no se sabe quién los ha dejado intencionadamente sueltos para que se pueda tropezar en ellos, son la indiferencia y el orgullo. Suelen ir de la mano. La indiferencia presume de libertad; el orgullo de sabiduría. Una se pavonea de no tener interés por el asunto. El orgullo pretende convencer de que todo lo sabe. Éste se sube en el pedestal de la vanidad. Aquélla, la indiferencia, es incapaz de mirar a nadie que no sea ella misma. Es una indiferencia muy interesada: nada me interesa, solo yo mismo.
Es el cambio por el cambio (síndrome de transición). Que cambia el vestido exterior, pero sin conversión de actitudes. Es la renovación interminable sin una verdadera y progresiva conversión permanente. Querer sustituir la misión de la Iglesia por la opción personal (síndrome de automesianismo). No se escucha la necesidad, se impone el propio deseo. El grito de los pobres queda atenuado por el clamor del protagonismo. Lo importante es el aparecer. Es la integración en uno mismo.
El egoísmo mata la iniciativa para la solidaridad y conduce a la indiferencia ante el dolor o la carencia de los demás. Desafío de la marginación y de la pobreza, que es urgencia para acudir con el remedio de la caridad cristiana y con eficaces deseos de justicia según el espíritu de las bienaventuranzas.
De todo esto se desprende el peligro que puede suponer un multiculturalismo secularista, ambiguo, sin reconocimiento de identidad alguna, sin raíces comunes ni horizontes compartidos. Un multiculturalismo excluyente de lo religioso con las creencias reducidas al estrecho límite de lo privado... Si el nacionalismo y la xenofobia llevan a la muerte por asfixia, el multiculturalismo a ultranza equivale a un suicidio programado (cardenal Poupard).
El mundo no puede ser una especie de presidio donde se encuentra aherrojado el hombre, condenado a vivir en un espacio que no le gusta.
El futuro será para aquellos que sepan ofrecer unas buenas razones para vivir y para esperar.
Moraleja: hay que saber dejarse ganar por uno mismo, por el hombre interior de la bondad y de la conciencia que todos llevamos dentro. Será el triunfo de la rectitud, de la nobleza, de la dignidad personal.
EL DÍA A DÍA DE LA FE
Cardenal Carlos Amigo
Arzobispo de Sevilla
Esa misma fascinación por el bienestar lo relativiza todo y se acepta un estilo de vida donde impera el subjetivismo omnipresente como justificante y valoración de la conducta. Si me gusta, vale. Si me aprovecha, sirve. Si a mí me conviene, se puede hacer. También puede decirse de otra conducta igualmente subjetivista: vale, porque me gusta, me sirve, me agrada. Un evasionismo generalizado que parte de la huida de uno mismo. Es un curioso contraste entre la aparente centralidad individualista -yo, a mí- y la falta de interioridad, la despersonalización. El llamado "pensamiento débil" adolece más de indiferencia que de ser fruto de la reflexión. No es la evasión a tiempos mejores, el sueño de la utopía, la conquista del ideal lejano. Es, pura y simplemente, el consumismo del tiempo, de las ideas, de las cosas. Todo se convierte en moda fugaz.
El presentismo ha hecho su aparición en la escena. Aprovecharse cuanto antes, sin pensar en más. Que la representación es corta. Una prisa por vivir y quemar etapas que provoca, en ocasiones, la aparición de ridículos personajes, como el del joven envejecido y del adulto aniñado. Como se ha querido abarcarlo y gustarlo todo enseguida, el vacío de la desilusión también es rápido en llegar. Extraña velocidad en el intento de llegar a ninguna parte.
Lo pragmático, lo útil, lo que sirve, se valora con criterios subjetivos con frecuencia egoístas. El desbordado interés por el cultivo del propio cuerpo -culturismo, aerobic, gimnasios, dietas, estética...- es compañero de un desprecio por la salud: contaminación, droga, alcohol, ruidos, estrés... La permisividad negativista ahoga la verdadera libertad, anula la capacidad de elegir, todo lo relativiza, todo lo desvirtúa. Al final una sociedad amorfa, sin identidad, sin aspiraciones. Como forma más grave e irresponsable de vacío moral está la agresión, el desprecio a la persona y a la vida: terrorismo, narcotráfico, aborto, eutanasia... Y todo ello en medio de una creciente sensación de impotencia.
Es el frío de una muerte sin morir, de una apariencia sin realidad, de una vida sin pensamiento y sin amor. Sueño exagerado en el que la espera se reduce a un dejar que vayan cayendo las hojas del calendario y lleguen días mejores en los que aquellos problemas, que llevan a la muerte, puedan tener solución. Después, otra vez a pensar en cenizas venideras, porque, en definitiva, sin la conversión interior del hombre poco valen reformas y aguantes.
De angustias, fatigas y pesares la lista se hace inacabable. Estúpido sería, ante tanto desacierto, dejarse morir de pena y tristeza. Es mejor acudir a la medicina de la esperanza, pues, si como algunos piensan, corren malos tiempos para los asuntos de la religión, mejor defensa ha de ser la de la fidelidad que la de la claudicación. Olvidarse de Dios, aparte de ser algo poco inteligente, trae unas deplorables consecuencias para el hombre, pues el mundo pierde horizontes y acaba organizándose de tal manera que resulta sumamente difícil vivir de lo trascendente, no tiene más remedio que desaparecer. Lo del humanismo ateo no deja de ser un contrasentido. Si nada de lo humano puede sernos indiferente, piensen ustedes, ¿qué hay más de común en la humanidad que la creencia en Dios?
Esto ocurre cuando se le quita a la vida, a la existencia del hombre, todo valor de trascendencia. La secularización parece ser el grito de los que quieren matar a Dios.
La consecuencia inmediata es el indiferentismo. Una falsa actitud pragmática que llega a la conclusión de que lo mejor es no prestar interés al tema. Seguir adelante ignorándolo todo. Despreocupándose de todo. Es una actitud de desgana que conduce al egoísmo, a vivir como parásito en una sociedad donde son otros los que deben trabajar por buscar la verdad. El indiferentismo puede ser, también, una larvada pretensión de justificarse por las obras. Así, no es extraño que desee excluirse cualquier motivación de tipo religioso cuando se realizan obras de utilidad social, de promoción de las personas, de ayuda a los marginados.
Esfuerzo inútil, dice el agnosticismo. No sabemos si existe o no existe Dios. Lo que afirmamos es que no se puede llegar a tener un conocimiento de esa existencia de Dios. Quizá se haya llegado a esa conclusión después de haber estado constantemente esquivando a Dios, tratando de escaparse de su cara, dando rodeos para no encontrarse con Él.
Tengo siempre presente mi pecado. El mal cometido está contra mí. El pecado, la injusticia, el mal cometido se convierten en juez implacable, en remordimiento, en interpelación que reclama separación. Y más fácil que el camino de la justicia es el del abandono y la negación. A Dios nadie lo ha visto nunca. No existe ni juez, ni juicio.
Para ver a Dios, habrá que quitarse las manos de la cara y las sandalias de los pies. Así se lo mandaba el mismo Dios a Moisés. Es decir, abrir bien los ojos. Dios puede estar mucho más cerca y visible de lo que pensamos. Eso sí: habrá que quitar impedimentos y obstáculos, preguntas y desconfianzas, pues la imagen de Dios aparece solamente a los sencillos, a los que son capaces de ofrecer amor y comprensión antes de oír cualquier argumento o de ver cualquier imagen. Por eso hay que ir descalzo de presunción, de orgullo, de autosuficiencia.
Y tener cuidado al hacer las preguntas, no sea que se vuelvan contra uno mismo. ¿Dónde está Dios? ¿Cómo puedo ver a Dios? Antes de poner estos interrogantes habrá que llevar buena disposición para responder a las preguntas que Dios va a hacer enseguida. ¿Dónde estás tú? ¿Dónde está tu hermano? La primera cuestión es una interpelación directa a la actitud que debe tener el creyente delante de Dios.
No se puede ver a Dios sin amar al hermano. "¿Dónde está tu hermano?", le pregunta Dios a Caín. Si te escondes de Dios es porque has matado a tu hermano. El hombre no es Dios, pero ayuda a verlo.
"Los justos contemplarán tu rostro", canta el salmo. Justicia es caminar en la ley del Señor. Tener sus mandatos en el corazón y en los labios. Una conducta recta conforme a la voluntad de Dios. Justo es el que hace el bien a su prójimo y a cada uno le da su derecho. Con estos avales de justicia se abren los ojos a una realidad completamente nueva, que lo trasciende todo, que está más allá de la limitada dimensión que alcanza el horizonte de los hombres.
Los limpios de corazón son aquellos que han desterrado de él el odio, la violencia, el orgullo, la envidia, el mal, y han puesto en su vida misericordia y bondad, socorro para el pobre y ayuda al desvalido. No pone asechanzas a su prójimo y comparte su mesa con el hambriento. Honra a Dios y sirve a su hermano. Ese hombre verá a Dios. Pero ha de tener la puerta siempre abierta, para que pueda entrar el que venga y, sobre todo, para salir de uno mismo, pues el egoísmo encoge de tal manera la posibilidad de ver, que nada existe para él que no sea él mismo. Sal de tu casa, de tu tierra, de ti mismo, si quieres ver a Dios.
Y si has visto a Dios, los demás verán que ven a Dios en ti. Tus obras glorificarán al que tú honras. Más que tus labios, será el testimonio de tu vida quien hable. "Creí y por eso hablé", dice el salmo. Es que solamente proclamándolo con las obras se puede hablar de Dios. El deseo de ver a Dios se convierte pronto en compromiso de hacer en todo su voluntad. Es comprometerse con lo que Él quiere. El amor abrasa, enciende, pone en el corazón y en las manos fuego de amor y de caridad.
Pero, la más grave y la que de verdad mata al individuo, es aquella soledad de uno mismo. Esto equivale a no ser persona. Ni hay valores que defender, ni unas virtudes con las que vivir. Esta última soledad suele ser la del egoísta y la del presuntuoso, la de los que se consideran de tal manera autosuficientes que no solo piensan que no necesitan de nadie, sino que van arrasando lo que otros valoran y defienden. Es modelo para insolidarios, asociales y violentos.
Pero, igual que se nos aconsejaba que contra pereza, diligencia, y contra soberbia, humildad, también ahora diremos que la solidaridad, el ser hospitalarios y generosos son el mejor antídoto contra los males que nos aquejan. La solidaridad es virtud cristiana en la que se practica el mandamiento de servir y ayudar con sentimientos fraternos a quien está desvalido. La hospitalidad, más que recibir al que llega, es dejar la puerta abierta para que entre el bien, que seguro que llegará. La sospecha es cerrazón y carcoma que endurece el corazón y pudre la mente de tal manera que la incapacita para poder pensar bien de nadie.
No sabemos si el hombre malherido de la parábola evangélica del buen samaritano al fin se había curado. De lo que no cabe duda es del gozo del hombre bueno que ayudó a su hermano. ¡Te pagaré todos los gastos!, le dice al posadero que ha de atender al herido. Él, el samaritano, había cobrado por adelantado con la gracia que Dios le había dado de tener un corazón misericordioso.
Cristo ha enseñado a hacer el bien con el sufrimiento y a hacer el bien al que sufre. Habrá, pues, que pararse ante el sufrimiento de los hombres. Primero, atender; después ofrecer el propio sufrimiento. Al final, contemplar a Cristo puesto en la cruz del hombre que sufre y en el gozo de quien pone su amor para aliviar el sufrimiento.
La misericordia es aval de eficacia, pues el ayuno no da fruto si no es regado por la misericordia. ES paño para limpiar el corazón y ver a Dios. Es lámpara para ver las huellas de Dios en todo. Mostaza que produce grandeza de espíritu a quien la practica. Levadura que transforma la vida y la persona. Talento, pues la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además de pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. Actitud de sensibilidad para captar la necesidad del prójimo y acudir en su ayuda. Virtud que enseña a compadecerse, ayudar compasivamente, apiadarse. Valor preferente, pues dice el Señor que prefiere la misericordia al sacrificio. Así es como aparece la misericordia en el evangelio: como alabanza y promesa de reconocimiento al que cuida del débil y del pobre, pues los misericordiosos serán quienes reciban misericordia. La compasión misericordiosa es "como un toque del amor eterno sobre las heridas más dolorosas de la existencia terrena del hombre", decía Juan Pablo II.
La fuente de la misericordia está en el mismo corazón de Cristo, pues allí encuentra lo ancho y profundo del amor de Dios, con el que se desea estar y al que se quiere proclamar misericordioso. Los pobres y los débiles serán los más cercanos al corazón misericordioso de Dios.
Para practicar la misericordia se necesita ayuda de Dios, pues no se trata de un acto de la voluntad, sino del vivir responsablemente la gracia y el favor que se ha recibido: el poder amar, servir, perdonar, actuar con misericordia. Donde hay misericordia hay paz. Donde hay humildad hay misericordia. Como decía Benedicto XVI, "Hay que hacer de la experiencia de la vida lugar de la misericordia y de la ternura de Dios para con los hombres".
Ante la pregunta de Pilato, Jesús responde que su reino no es de este mundo.
Que el reino no sea de este mundo quiere decir, efectivamente, que su realización plena está más allá de la existencia terrena. El mundo al que se aspira, que ya comienza aquí y ahora, no puede parecerse a lo que son los más torcidos intereses de los hombres.
Y, para empezar, hay que decir que importarle poco a uno lo que sienta o padezca la gente no es el mejor camino para meterse en ese confortable modo de vivir que entendemos por calidad de vida, que es el de haber llegado a un determinado nivel de satisfacción personal, familiar, laboral, económico.
Difícil, pero gratísimo, es el equilibrio entre el deseo personal y el entorno social. Una verdadera calidad de vida necesita del ejercicio práctico de la solidaridad en intereses y sentimientos, en compartir proyectos y trabajar por llevarlos a cabo. Querer a la gente y verse querido. Armonía con la naturaleza, sentirse a gusto en el espacio en el que se vive, ver realizadas las ideas mejores, estar seguro de que Dios camina junto a los hombres.
Por ello, resultan inseparables la solidaridad y el amor fraterno. Si el cristiano se siente unido a los demás, no es por una simple razón de pertenencia a una comunidad humana con la que debe cohabitar en el mismo mundo, sino por el imperativo del mandamiento nuevo del amor que ha de distinguir a los discípulos de Cristo.
Son los reglones torcidos del hombre en ese papel en que debe ir escribiendo la propia vida. Según San Gregorio Magno, el proceso del pecado discurre por cuatro etapas: la insinuación, la delectación, el consentimiento y la audacia de justificarlo.
Hay pecados y pecados. Son pecados elegantes aquellos de los que se presume y hasta se enorgullece el que los comete (hemos de suponer que inconscientemente), pues recibe el aplauso de cierta parte de la sociedad, un poco bobalicona, que se siente divertida por el "ejemplo" de tan creidillo pecador. Comenzamos con la apostasía presuntuosa, que es abandono de lo prometido. Es el desertor. El que no ha sido capaz de llevar el gozo y la carga de la fe. Presume, ahora, de liberado, ni ha vivido conscientemente esa fe, que dice ha abandonado, ni es tan libre, como se pavonea de serlo. Es desertor de un convencimiento con el que posiblemente nunca se ha sentido identificado.
Hermano del anterior es el agnosticismo de salón. Es pecado de vanidosos y de sabihondos. De aquellos que, por anticipado, desechan hipótesis y hacen cortos los horizontes, pretextando que lo que ellos no pueden conocer no existe. SE han hecho la medida y oráculo de todas las cosas. Les falta generosidad e inteligencia. Al menos como hipótesis, no puede arrojarse del laboratorio del pensamiento la posibilidad de encontrar a Dios.
Ahora vienen dos pecados muy unidos, casi gemelos, son la indiferencia y el desprecio. La primera quiere pasar como dama distinguida enfundada en las pieles de la presunción, como si en este mundo nada ni nadie hubiera más que ella. A la indiferencia le basta la pasarela de su propia vacuidad. Mirar por encima del hombro es síntoma de pequeñez, de poca estatura en la personalidad. En el fondo del desprecio está el orgullo, que hace imposible apreciar el valor de ideas y personas. Solo cuenta su hombro, por encima del cual juzga, y mal, a los demás.
No practica por pereza, por presunción o simplemente porque en verdad ya no cree en nada.
Y ya no puede vivir si no es buscando su egoísmo, el sobresalir por encima de los demás a costa de lo que sea, enriquecerse pronto y sin medida ni conciencia, dominar aunque para ello haya que utilizar la violencia y la guerra, tener el poder aunque sea a costa del hambre y de la vida de los inocentes.
Sin embargo, como si de trigo y cizaña mezclados y confundidos se tratara.
Pero parece como si no hubiera más remedio que esconder esa luz de la fe, de la creencia religiosa. Es molesta, hace ver demasiado las arrugas del pecado. Se prefiere, tantas veces, permanecer a oscuras, aunque esté encendida la luz. Es hacer precisamente lo contrario de lo que recomienda el evangelio: cuando enciendas una luz, no la pongas debajo del celemín. La luz de la que hablamos es la de las verdades grandes, la del misterio, la de la fe, la del dejarse seducir por cuanto Dios ha dicho por los labios, el ejemplo y la vida de su hijo Jesucristo.
Cada cual tiene su propio celemín para tapar lo que le puede arañar y molestar en la conciencia. Son todos esos artilugios que se ponen en juego para evadirse de las responsabilidades que urge la fe. Argucias y vanas justificaciones para camuflar lo que debiera ser una vida en coherencia con lo que se cree, y se dice no creer a fin de no quedar en evidencia y señalado con el dedo como títere inconsecuente y persona sin fundamento ni criterio.
Quien diga que nada le debe a Jesucristo, ha perdido la memoria del agradecimiento, y no sabe de la historia y del bien que Cristo, con su Iglesia, ha realizado. Dios tiene derecho a que le creamos. Ha hablado en Jesucristo, que nos dijo cómo era Dios y cómo llegar hasta Él. Quiso unir la palabra con los signos, el testimonio con el amor a los demás. Es la fe, los sacramentos, la caridad y el testimonio. Creencia, celebración, práctica y ejemplo son inseparables.
Luces espléndidas y por lo demás brillantes son las que Cristo ha encendido en la historia de la humanidad. Son resplandores tan fuertes que llegan a romper la piedra y dureza del corazón del hombre y le hacen recobrar su primera voluntad y deseo de bien. Esos esplendores de Cristo se hacen vida en la misericordia, que es abrir los brazos para que el prójimo pueda entrar en el corazón; en el perdón, que es retorno al amor perdido; en la justicia, que devuelve la dignidad, a quien le han robado los derechos; en la fe, que es dejarse fascinar por la luz que Dios ha encendido con la revelación de su Hijo Jesucristo.
Cuando el hombre se empeña en dominar y someter a su hermano, cuando pretende hacerse el dueño e imponer su fuerza sobre los demás, ha claudicado de su verdadera y propia dignidad. Ha dejado de ser un hombre de paz.
El amor será fermento de paz cuando se sientan las necesidades de los otros como propias.
La debilidad es grande. Pero hay que buscar con lealtad el camino de la fidelidad y de la coherencia entre lo que se cree y se vive.
Pensemos más en las oportunidades que en la dificultad; más en el brazo de Dios que nos asiste, que en nuestra debilidad; más en la fuerza de la bondad y de lo justo, que en los poderíos del mal y del pecado. En fin, que a las inquietudes demos respuestas cristianas con la audacia de la esperanza y la firmeza de la caridad. Si hay posibilidad alguna de construir el bien y lo justo, la responsabilidad de acción se impone. Un silogismo sencillo y de gusto escolástico: es bueno, puede hacerse, estás obligado a hacerlo.
Cuando se acerca uno a la forma de vida de las primeras comunidades cristianas, encontramos a unos hombres y unas mujeres que escuchaban atentos lo que Dios quería decirles, que seguían las enseñanzas de los apóstoles, que compartían el pan de la eucaristía y ayudaban a los pobres. Y se añade en los relatos, que aquellos primeros cristianos sentían alegría en un corazón sencillo. No era para menos. Habían encontrado a Cristo allí donde Cristo quiere estar: en la Iglesia, que es depositaria de la palabra de Dios y de los sacramentos.
Ser y vivir como cristiano no puede reducirse a participar ocasionalmente en algunos actos, quizá más sociales que religiosos. Tampoco es una cuestión de familia, de cultura, de costumbre. Mucho menos para presumir de tener una religión que no se practica.
Somos Iglesia siempre, con la oración, con los sacramentos, con la práctica de la caridad fraterna. En cualquier lugar, pues en todas las ocasiones debe resplandecer, en las palabras y en las obras, la fe en Jesucristo.
Cuando no hay una vinculación de pertenencia a una comunidad, el peligro de una fe privatizada, sin responsabilidades sociales y morales, es evidente. Mucho peor sería aún hacer de la religión bandera política, nacionalista, apoyo para un fanatismo intransigente y sin sentido.
La privatización de la fe puede tener una variante aparentemente comunitaria, pero grupal. Es la pequeña comunidad intimista o socialmente radicalizada, en la que se vive un cristianismo de corte peculiar. Son grupos un tanto encerrados en sí mismos, con su propia mística, ideología, ritual y acción misionera.
La piedad popular, del gozo de ser cristiano y de vivir como tal.
La Iglesia no existe tanto para adaptarse al mundo, como para evangelizarlo, aunque para ello tenga que escuchar la realidad en la que vive. La Iglesia no es de ella ni para ella. Es de Cristo y habla de Cristo. Tiene que mostrar su cara original, sin complejos ni arrogancias. Pero tampoco la Iglesia es una delegación de creyentes, ni un producto más que puede elegirse en el mercado de las religiones, la moral, los valores...
Son muy claras y actuales las palabras de Benedicto XVI: "Quien sigue a Cristo tiene que hablar de Cristo". Una alegría tan grande no se puede guardar para uno mismo.
En la globalización, como en los experimentos del aprendiz de brujo, el peligro son los monstruos. Que aparezca una sociedad más cercana y menos unida, con mayor bienestar y menos valores, con brazos alargados (comunicaciones) y cabezas insignificantes (incapaces de pensar por sí mismas), dominando la tierra y perdiendo a la persona, buscando la última explicación de todo, pero marginando a Dios.
Hay dos asuntos, entre otros, que suscitan recelo frente a la Iglesia: el sentido misionero y la libertad de pensamientos. No se trata de un proselitismo acosador e injusto, sino de un ofrecimiento leal de lo que se tiene como de un bien a compartir.
Ahora priman lo efímero y la moda. Al final, sin embargo, siempre queda el gran valor: la persona y sus ansias de verdad y de trascendencia.
La tolerancia o es recíproca o se convierte en una forma más de imposición y prepotencia; es respeto mutuo y aceptación de un derecho a ser diferente, a tener y defender unas legítimas ideas, a creer en Dios, a vivir conforme a un determinado credo.
La comunidad del último día nada tiene que ver con ninguna iglesia cristiana reformada, ni con secta alguna. Esta singular congregación está formada por todos aquellos que ponen la razón de su creencia en lo último que han oído, en el que más gritó, en lo más novedoso, en la publicación más extravagante de la última edición. Están al día, es decir, casi a la intemperie de una reflexión seria y de una fidelidad necesaria, que no solamente no destruye la libertad y el progreso de la ciencia, sino que las exige. Para ellos no cuenta ni el evangelio, ni la tradición, ni el magisterio, ni la doctrina mantenida por la Iglesia a lo largo del tiempo. La adhesión que regatean a la Iglesia, en aras de su legítima libertad, se la ofrecen incondicional y acrítica a lo más novedoso y pintoresco, aunque no tenga verdad ni razón. Es fruto efímero más de la autocomplacencia que del intelecto. Es que esa congregación es la del último día: lo que oyeron ayer por la mañana.
Se prefiere el agnosticismo pasivo y comodón. No cree, pero tampoco se molesta en averiguar ni el porqué de su increencia, ni la posibilidad de tener, siempre con la ayuda y regalo de Dios, una fe adulta y razonada. Otros dos obstáculos, que no se sabe quién los ha dejado intencionadamente sueltos para que se pueda tropezar en ellos, son la indiferencia y el orgullo. Suelen ir de la mano. La indiferencia presume de libertad; el orgullo de sabiduría. Una se pavonea de no tener interés por el asunto. El orgullo pretende convencer de que todo lo sabe. Éste se sube en el pedestal de la vanidad. Aquélla, la indiferencia, es incapaz de mirar a nadie que no sea ella misma. Es una indiferencia muy interesada: nada me interesa, solo yo mismo.
Es el cambio por el cambio (síndrome de transición). Que cambia el vestido exterior, pero sin conversión de actitudes. Es la renovación interminable sin una verdadera y progresiva conversión permanente. Querer sustituir la misión de la Iglesia por la opción personal (síndrome de automesianismo). No se escucha la necesidad, se impone el propio deseo. El grito de los pobres queda atenuado por el clamor del protagonismo. Lo importante es el aparecer. Es la integración en uno mismo.
El egoísmo mata la iniciativa para la solidaridad y conduce a la indiferencia ante el dolor o la carencia de los demás. Desafío de la marginación y de la pobreza, que es urgencia para acudir con el remedio de la caridad cristiana y con eficaces deseos de justicia según el espíritu de las bienaventuranzas.
De todo esto se desprende el peligro que puede suponer un multiculturalismo secularista, ambiguo, sin reconocimiento de identidad alguna, sin raíces comunes ni horizontes compartidos. Un multiculturalismo excluyente de lo religioso con las creencias reducidas al estrecho límite de lo privado... Si el nacionalismo y la xenofobia llevan a la muerte por asfixia, el multiculturalismo a ultranza equivale a un suicidio programado (cardenal Poupard).
El mundo no puede ser una especie de presidio donde se encuentra aherrojado el hombre, condenado a vivir en un espacio que no le gusta.
El futuro será para aquellos que sepan ofrecer unas buenas razones para vivir y para esperar.
Moraleja: hay que saber dejarse ganar por uno mismo, por el hombre interior de la bondad y de la conciencia que todos llevamos dentro. Será el triunfo de la rectitud, de la nobleza, de la dignidad personal.
EL DÍA A DÍA DE LA FE
Cardenal Carlos Amigo
Arzobispo de Sevilla
June 16, 2015
LOS PACTOS POST/ELECTORALES
Si no pensamos igual cómo vamos a asociarnos/ puede que el líder pierda autoridad y se quede solo/ si todos se empeñan en pensar de manera diferente y dan pasos diferentes a los de él/ así el partido termine despidiéndose a la manera íbera.
Qué propaganda y tiempo de espera nos va a persuadir para que votemos a los populares. Ahora toca votar a los socialistas, tortas a la derecha, tortas a la izquierda, a ver si la cara nacional se pone tiesa, ¡y un coletazo no quiera desnucarla!
Madrid ya no va a ser la Ciudad Estado de los empresarios populares como Tapias, el Real Madrid y la Cámara de Comercio sino la comuna de Carmena que incluso puede hacer una carrera política parisina a la presidencia como maniobraba Esperanza pero dejen eh a la policía y a la educación en manos de la derecha porque sino será como la juventud de la sequía y la peste de la izquierda.
Ha habido muchos ojos ocultos observando el espectro humano de la ciudad ahora todos iremos como podamos a la revolución de Ahora Madrid despacito que tenemos cosas que dejar en casa preparadas-listas-y atadas eso será lo que sucederá un paseo y de vuelta a nuestra casa aunque me dicen que en la manifestación como ya todos somos viejos y cómodos iremos sentados y que el que no tenga nada que lleve piedras esto va a ser de risa entre los que no vayan los que vayan sentados y los que tiren piedras.
A mí me enseñaron en la sociología de la universidad que el marxismo no es leninismo sino una actitud crítica a la explotación y penosidad del trabajador por el no trabajador al trabajo que se le niega al trabajador y al trabajo que produce un objeto extraño a los ojos del trabajador pero claro se hizo la revolución y luego la dictadura del proletariado que resultó ser la de la burocracia estatal luego lo fundamental es que no haya clase alta ni clase baja evitando el lujo y el hambre dando la mayor felicidad al mayor número de personas y con la bandera marinera y honorable española que brillará como esta verdad conseguida.
La España chicharrachera no es un país conservador como Canadá aunque haya tenido el receso del franquismo, harían bien los populares ahora que se les ha visto de pleno cambiar de nombre como hicieron los partidos conservadores de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, y busquen un nombre como partido de los leales-limpios-y buenos o simplemente partido conservador que es lo que hace falta.
Si tratamos como naturales los aspectos abstractos de la cultura solo nos engañamos a nosotros mismos y si tratamos como marxistas-científicos los aspectos de ciencia ficción de la economía también nos engañamos pero sabemos lo que son la virtud del consumo y la corrupción del ciudadano común y el derecho al honor de las familias tocadas de lleno como los fundamentos del Estado y mientras tanto que se paseen los extranjeros que nos visitan.
Es cierto que el judío Hayyim Arlosoroff gestionó en Ucrania y Alemania una síntesis entre el sionismo práctico y el marxismo luego los lanzallamas nazis sabían del peligro de Europa ante esta amenaza ideológica aunque la respuesta fue racista aria y de estética fascista luego la guerra se inició entre el preIsrael, Rusia y Alemania. Y de la hecatombe se asentaría la historia cuando el sacrificio de las vidas humanas era el futuro éxito de esos países y sin embargo ahora la vida vale tanto en tiempos de paz porque la información pública ha desnudado a la ideología de los políticos, luego los periodistas serán los que tomen el poder endiablado sobre todo si además de sabios son cínicos creando nueva confusión como los sofistas que sirven a los poderosos del vil dinero porque las armas ya no tienen juego sino la reducción a la indignidad y el estigma a la animalidad mejor devorada porque el rico se come al pobre y el guardián hace la vista gorda.
Hay un monumento a los caídos en la Segunda Guerra Mundial en Krefeld-Alemania fruto de unos tiempos de discordia que se pagaron con un montón de muertos y si la muerte rige dando el tono de nuestras vidas donde unos chulos quieren violar a una nación buena que acabará siendo rescatada por unos hombres buenos así el cuento maravilloso del niño es que se halla rodeado de sangre a modo de placenta social.
Los Estados Unidos son nuestros protectores porque si España fuera invadida por el islamismo disminuiría la seguridad de Europa y de ellos, pero parece mentira que todavía Rusia pueda hacer alianzas con otros que no pertenecen a los aliados y que Ucrania quiera ser Europa cuando a la Grecia y el Reino Unido están destetando, así que mejor la amistad con el liberalismo norteamericano y vaya qué fastidio o la economía de armas están desenvolviendo una guerra o la economía de los ricos no ve otra salida al exceso de población eso será cuando se verá cuando se nos vaya el premio nobel negro de la paz Obama y vuelvan los republicanos a la Casa Blanca.
Qué propaganda y tiempo de espera nos va a persuadir para que votemos a los populares. Ahora toca votar a los socialistas, tortas a la derecha, tortas a la izquierda, a ver si la cara nacional se pone tiesa, ¡y un coletazo no quiera desnucarla!
Madrid ya no va a ser la Ciudad Estado de los empresarios populares como Tapias, el Real Madrid y la Cámara de Comercio sino la comuna de Carmena que incluso puede hacer una carrera política parisina a la presidencia como maniobraba Esperanza pero dejen eh a la policía y a la educación en manos de la derecha porque sino será como la juventud de la sequía y la peste de la izquierda.
Ha habido muchos ojos ocultos observando el espectro humano de la ciudad ahora todos iremos como podamos a la revolución de Ahora Madrid despacito que tenemos cosas que dejar en casa preparadas-listas-y atadas eso será lo que sucederá un paseo y de vuelta a nuestra casa aunque me dicen que en la manifestación como ya todos somos viejos y cómodos iremos sentados y que el que no tenga nada que lleve piedras esto va a ser de risa entre los que no vayan los que vayan sentados y los que tiren piedras.
A mí me enseñaron en la sociología de la universidad que el marxismo no es leninismo sino una actitud crítica a la explotación y penosidad del trabajador por el no trabajador al trabajo que se le niega al trabajador y al trabajo que produce un objeto extraño a los ojos del trabajador pero claro se hizo la revolución y luego la dictadura del proletariado que resultó ser la de la burocracia estatal luego lo fundamental es que no haya clase alta ni clase baja evitando el lujo y el hambre dando la mayor felicidad al mayor número de personas y con la bandera marinera y honorable española que brillará como esta verdad conseguida.
La España chicharrachera no es un país conservador como Canadá aunque haya tenido el receso del franquismo, harían bien los populares ahora que se les ha visto de pleno cambiar de nombre como hicieron los partidos conservadores de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, y busquen un nombre como partido de los leales-limpios-y buenos o simplemente partido conservador que es lo que hace falta.
Si tratamos como naturales los aspectos abstractos de la cultura solo nos engañamos a nosotros mismos y si tratamos como marxistas-científicos los aspectos de ciencia ficción de la economía también nos engañamos pero sabemos lo que son la virtud del consumo y la corrupción del ciudadano común y el derecho al honor de las familias tocadas de lleno como los fundamentos del Estado y mientras tanto que se paseen los extranjeros que nos visitan.
Es cierto que el judío Hayyim Arlosoroff gestionó en Ucrania y Alemania una síntesis entre el sionismo práctico y el marxismo luego los lanzallamas nazis sabían del peligro de Europa ante esta amenaza ideológica aunque la respuesta fue racista aria y de estética fascista luego la guerra se inició entre el preIsrael, Rusia y Alemania. Y de la hecatombe se asentaría la historia cuando el sacrificio de las vidas humanas era el futuro éxito de esos países y sin embargo ahora la vida vale tanto en tiempos de paz porque la información pública ha desnudado a la ideología de los políticos, luego los periodistas serán los que tomen el poder endiablado sobre todo si además de sabios son cínicos creando nueva confusión como los sofistas que sirven a los poderosos del vil dinero porque las armas ya no tienen juego sino la reducción a la indignidad y el estigma a la animalidad mejor devorada porque el rico se come al pobre y el guardián hace la vista gorda.
Hay un monumento a los caídos en la Segunda Guerra Mundial en Krefeld-Alemania fruto de unos tiempos de discordia que se pagaron con un montón de muertos y si la muerte rige dando el tono de nuestras vidas donde unos chulos quieren violar a una nación buena que acabará siendo rescatada por unos hombres buenos así el cuento maravilloso del niño es que se halla rodeado de sangre a modo de placenta social.
Los Estados Unidos son nuestros protectores porque si España fuera invadida por el islamismo disminuiría la seguridad de Europa y de ellos, pero parece mentira que todavía Rusia pueda hacer alianzas con otros que no pertenecen a los aliados y que Ucrania quiera ser Europa cuando a la Grecia y el Reino Unido están destetando, así que mejor la amistad con el liberalismo norteamericano y vaya qué fastidio o la economía de armas están desenvolviendo una guerra o la economía de los ricos no ve otra salida al exceso de población eso será cuando se verá cuando se nos vaya el premio nobel negro de la paz Obama y vuelvan los republicanos a la Casa Blanca.
LA CATALUNYA DE ARTUR MÁS XII
Los buenos políticos barceloneses como Buenaventura Aribau/ no dejaron de escribir odas a su patria,/ de editar obras en catalán,/ de proteger la economía catalana,/ y no dejaron de vivir en Madrid.
Ermessenda y el barón de Eroles eran españoles y no puedo distinguir a Gerona y Lérida sino como parte de esta Iberia.
Barcelona no es Béziers y por eso fue integrada con los musulmanes en la Península Ibérica y no pasó a la corona de Francia.
Fue la barcelonesa reina Berenguela la que primero resistió en el sitio de Toledo y la que ejerció una gran influencia política sobre Castilla que la llevó a tener influencia en el sur de Francia y buenas relaciones más intensas con los condes de Barcelona como fue otra Berenguela la que un siglo después unió Castilla y León.
Si bien la corona de Aragón tenía de monarcas a sus reyes y a los condes de Barcelona resulta que Fernando el Católico fue el último Trastámara castellano y aragonito de la perla Isabel que convenció a las oligarquías provinciales que el enemigo era Francia y luego Felipe V con la Nueva Planta no era sino Borbón.
La Agustina de Aragón que se hizo cargo de la batería de El Portillo de San Agustín cuando sus defensores habían muerto, que siguió disparando contra los franceses, que también participó en la defensa de Tortosa y en la batalla de Vitoria resulta que era barcelonesa apellidada Saragossa y Doménech y vean a esa heroína catalana y española en un óleo del Museo del Ejército y díganme si ésta después subteniente de infantería del general Palafox no tiene el perfil de guardia civil con esos ojos de orden con que nos mira desde la tela marinera.
Catalunya ha sido independiente de la Marca Hispánica como el condado de Besalú tan desgajada e influyente como una comunidad judía.
El bergantín Integridad con bandera española era una nave ligera impulsada por velas que se construyó en los astilleros de Mataró-Calella y tenía como misiones la escolta, la vigilancia y el aviso.
El musicólogo tarraconense Higinio Anglés colaboró en la obra Cançoner popular de Cataluña pero también como defensor fidei en los Monumentos de la Música Española y en la edición de las Cantigas de Alfonso X el Sabio.
Ermessenda y el barón de Eroles eran españoles y no puedo distinguir a Gerona y Lérida sino como parte de esta Iberia.
Barcelona no es Béziers y por eso fue integrada con los musulmanes en la Península Ibérica y no pasó a la corona de Francia.
Fue la barcelonesa reina Berenguela la que primero resistió en el sitio de Toledo y la que ejerció una gran influencia política sobre Castilla que la llevó a tener influencia en el sur de Francia y buenas relaciones más intensas con los condes de Barcelona como fue otra Berenguela la que un siglo después unió Castilla y León.
Si bien la corona de Aragón tenía de monarcas a sus reyes y a los condes de Barcelona resulta que Fernando el Católico fue el último Trastámara castellano y aragonito de la perla Isabel que convenció a las oligarquías provinciales que el enemigo era Francia y luego Felipe V con la Nueva Planta no era sino Borbón.
La Agustina de Aragón que se hizo cargo de la batería de El Portillo de San Agustín cuando sus defensores habían muerto, que siguió disparando contra los franceses, que también participó en la defensa de Tortosa y en la batalla de Vitoria resulta que era barcelonesa apellidada Saragossa y Doménech y vean a esa heroína catalana y española en un óleo del Museo del Ejército y díganme si ésta después subteniente de infantería del general Palafox no tiene el perfil de guardia civil con esos ojos de orden con que nos mira desde la tela marinera.
Catalunya ha sido independiente de la Marca Hispánica como el condado de Besalú tan desgajada e influyente como una comunidad judía.
El bergantín Integridad con bandera española era una nave ligera impulsada por velas que se construyó en los astilleros de Mataró-Calella y tenía como misiones la escolta, la vigilancia y el aviso.
El musicólogo tarraconense Higinio Anglés colaboró en la obra Cançoner popular de Cataluña pero también como defensor fidei en los Monumentos de la Música Española y en la edición de las Cantigas de Alfonso X el Sabio.
REFLEXIONES DESDE MI TERRAZA EN MARQUÉS DE LA VALDAVIA
Hay gente que quiere creerse genio y figura esto no les pasa a los inmigrantes siempre señalados y que no se encuentran a gusto consigo mismos.
Desgraciadamente otra gente no se encuentra bien de forma física y no digo nada de los que por la vejez ya le resbalan las entendederas.
Es importante tener una tarea en la vida o varias tareas donde el deber ser exija su realización pronta e inmediata.
A veces uno no puede salir del marco del clima.
La agilidad pragmática de los ejecutivos nos dejan a un lado el reflexionar sobre otros temas afectivos o de apego incluso con la mujer que ha sido la madre de nuestros hijos.
Por lo normal la gente viste horrorosamente así que lo mejor es tener un ángel en el rostro que es siempre lo más valioso del cuerpo.
Siempre el que espera en Dios logra salirse con la suya.
Lo político ha dejado de significar algo y es nada.
Lo económico que hace fluctuar amenazas varias que no sabemos qué juego diabólico opera con él.
Parejas cansadas y seres solitarios.
Cómo ser valiente y aprender a no deprimirse ni quejarse dependerá quizás del ciclo de la luna, de los rayos y truenos y de la proximidad de vacaciones.
Todos buscan la salvación pero cada vez se encuentra menos salida a este laberinto de locura y menos esperanzas para seguir adelante por eso conviene que de vez en cuando llueva y nos entretengamos en comer y beber algo.
Una inmensa mayoría va con gafas y mal afeitados signo de la ceguera y abandono de los que habitan en la ciudad.
Todos manchados, listados y moteados, no se salva ni uno.
Solo un director y un jefe de estudios del colegio María Teresa se retiran a sus casas satisfechos, realizados por la jornada de trasiego formativo con los mozalbetes. No dejaron paso en el recinto a las falsas apariencias ni a los virus de falsos valores. Hasta una monja pasa el hábito por las galerías como prueba de que todo está en orden y en ningún resquicio se esconde el demonio.
La verdad es que en el mundo de los singles ninguno es normal como en botica y en sociedad. Aunque he conocido a algunos prejubilados con buen nivel de rentas que son auténticos cortesanos. Saben dar gusto y subir la autoestima a una mujer. Bien educados. Porque menudos piezas. Y los hay muy mezquinos. Y muy controladores. Estoy descubriendo otra moralidad y saber estar que me gusta más.
Hay alguien que pasa el mal trago de una tarde en soledad y luego acostarse solo. Sentirse como santa Teresa de ascetismo sin pena ni tristeza. Se recargan así las pilas dos tardes no más a la semana sin ir a ningún acto. Tanto mareo de comunicarse sin entenderse. Dándose una y otra vez contra el muro.
¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Me mimarán?
Cuántos matrimonios sin hablarse.
Cuando cambian los sentimientos.
Se acaba la hipocresía del amor.
Y se pasa al odio real.
Parece que no nos libramos nunca es del miedo y del dolor.
Amor es energía a raudales y fuente de agua viva.
Estamos en una edad en que ya es tontería pensar en las cosas y preocuparnos mucho. En cualquier momento por una enfermedad o cansancio del cuerpo podemos irnos de este mundo. Tengamos una pura y alta virtud, seamos buenos y tengamos conformidad cristiana con el destino. No mareemos ni nos mareemos mucho.
Oye mirad los sentimientos de la gente de familiares y amigos en vuestros chats. Escrutad los sentimientos.
No fallan.
Ni que cambien.
Esto es tocar fondo.
Conviene no volver a rebotar.
Es un juego del cálculo de Newton.
De la era moderna.
Ventajas, beneficios e intereses.
Es muy fingida.
El de los frustrados y envidiosos.
El de los soberbios del éxito que se queman las alas de cera.
Si llegáramos al fondo del sentimiento podría ser horroroso para nosotros.
Pero también maravilloso aunque hay muros. A veces solo tapias pero que de momento no pueden caer.
Mirad a sus sentimientos.
Es así de simple.
Pasad y que os resbalen.
Y disfrutad con los que os quieren bien.
Los sentimientos.
De padres.
De hijos.
De vecinos.
Porque no cambian.
El Gran Hermano de hacer fama.
Ni una educación cristiana cambió los sentimientos de una masacre como en Ruanda el país más católico de África.
Ahora meteros en un vagón de metro.
No puede haber unidad.
Falsa la comunión pasado el efecto de la misa.
No el sacramento.
Desgraciadamente otra gente no se encuentra bien de forma física y no digo nada de los que por la vejez ya le resbalan las entendederas.
Es importante tener una tarea en la vida o varias tareas donde el deber ser exija su realización pronta e inmediata.
A veces uno no puede salir del marco del clima.
La agilidad pragmática de los ejecutivos nos dejan a un lado el reflexionar sobre otros temas afectivos o de apego incluso con la mujer que ha sido la madre de nuestros hijos.
Por lo normal la gente viste horrorosamente así que lo mejor es tener un ángel en el rostro que es siempre lo más valioso del cuerpo.
Siempre el que espera en Dios logra salirse con la suya.
Lo político ha dejado de significar algo y es nada.
Lo económico que hace fluctuar amenazas varias que no sabemos qué juego diabólico opera con él.
Parejas cansadas y seres solitarios.
Cómo ser valiente y aprender a no deprimirse ni quejarse dependerá quizás del ciclo de la luna, de los rayos y truenos y de la proximidad de vacaciones.
Todos buscan la salvación pero cada vez se encuentra menos salida a este laberinto de locura y menos esperanzas para seguir adelante por eso conviene que de vez en cuando llueva y nos entretengamos en comer y beber algo.
Una inmensa mayoría va con gafas y mal afeitados signo de la ceguera y abandono de los que habitan en la ciudad.
Todos manchados, listados y moteados, no se salva ni uno.
Solo un director y un jefe de estudios del colegio María Teresa se retiran a sus casas satisfechos, realizados por la jornada de trasiego formativo con los mozalbetes. No dejaron paso en el recinto a las falsas apariencias ni a los virus de falsos valores. Hasta una monja pasa el hábito por las galerías como prueba de que todo está en orden y en ningún resquicio se esconde el demonio.
La verdad es que en el mundo de los singles ninguno es normal como en botica y en sociedad. Aunque he conocido a algunos prejubilados con buen nivel de rentas que son auténticos cortesanos. Saben dar gusto y subir la autoestima a una mujer. Bien educados. Porque menudos piezas. Y los hay muy mezquinos. Y muy controladores. Estoy descubriendo otra moralidad y saber estar que me gusta más.
Hay alguien que pasa el mal trago de una tarde en soledad y luego acostarse solo. Sentirse como santa Teresa de ascetismo sin pena ni tristeza. Se recargan así las pilas dos tardes no más a la semana sin ir a ningún acto. Tanto mareo de comunicarse sin entenderse. Dándose una y otra vez contra el muro.
¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Me mimarán?
Cuántos matrimonios sin hablarse.
Cuando cambian los sentimientos.
Se acaba la hipocresía del amor.
Y se pasa al odio real.
Parece que no nos libramos nunca es del miedo y del dolor.
Amor es energía a raudales y fuente de agua viva.
Estamos en una edad en que ya es tontería pensar en las cosas y preocuparnos mucho. En cualquier momento por una enfermedad o cansancio del cuerpo podemos irnos de este mundo. Tengamos una pura y alta virtud, seamos buenos y tengamos conformidad cristiana con el destino. No mareemos ni nos mareemos mucho.
Oye mirad los sentimientos de la gente de familiares y amigos en vuestros chats. Escrutad los sentimientos.
No fallan.
Ni que cambien.
Esto es tocar fondo.
Conviene no volver a rebotar.
Es un juego del cálculo de Newton.
De la era moderna.
Ventajas, beneficios e intereses.
Es muy fingida.
El de los frustrados y envidiosos.
El de los soberbios del éxito que se queman las alas de cera.
Si llegáramos al fondo del sentimiento podría ser horroroso para nosotros.
Pero también maravilloso aunque hay muros. A veces solo tapias pero que de momento no pueden caer.
Mirad a sus sentimientos.
Es así de simple.
Pasad y que os resbalen.
Y disfrutad con los que os quieren bien.
Los sentimientos.
De padres.
De hijos.
De vecinos.
Porque no cambian.
El Gran Hermano de hacer fama.
Ni una educación cristiana cambió los sentimientos de una masacre como en Ruanda el país más católico de África.
Ahora meteros en un vagón de metro.
No puede haber unidad.
Falsa la comunión pasado el efecto de la misa.
No el sacramento.
June 15, 2015
EL PUNTO JUDÍO DENTRO DE UN CÍRCULO ÁRABE
Ni la reina Zenobia de Palmira ni los zéjeles fue Mahoma quien dio la unidad religiosa a la nación árabe y sus demoniadas-grutescas-curvilíneas-y caprichosas líneas decoran su arte como la firma del Sultán-satán de Bagdad.
Ya hubo una guerra civil en el Islam entre los discípulos del Bab y los de Mahoma porque una nueva Revelación combate a otra en la religión de los muros blancos con tinte rojo.
Yo creo que en todo esto de Bialik sobre el dolor y la tragedia del pueblo judío es que en el fondo no cree en Dios solo en ellos mismos ésta es la inocentada suprema anterior a la de Jesús que toma con ellos residencia en Palestina.
Cuando declinaba la civilización griega Tolomeo Filadelfo reunió a 72 traductores para que vertieran al griego la Biblia hebrea que contiene la revelación definida por Dios por lo que para los auténticos europeos sigue siendo un libro importante en el origen-y añadido de las bibliotecas pero para los musulmanes esto ya no es así y el Corán es suficiente.
Hasta la antigua provincia prusiana del reino de Westfalia surcada por los ríos Rin, Weser y Ems han llegado a morar los islámicos y solo pido que la policía alemana tenga tantas tablas como la guardia civil española porque vienen a rastrillar el terreno en el que nos movemos y sabemos que con las torrenciales la civilización se echa a perder y como tantas otras cosas que debilitan el Estado postcristiano una más que viene a hacer bulto.
Menahem Begin y Ben Gurión convirtieron a Jerusalén en capital de facto de Israel pese a la oposición de las Naciones Unidas y promovieron el terrorismo y la política de asentamiento de colonos para establecerse en Palestina.
La familia Weizmann luchó contra británicos y árabes por afianzar el Estado de Israel pero cómo procurar la paz en un ambiente hostil con los palestinos que no dejan de insultar al pueblo judío porque son dos comunidades exclusivas y expansivas y acertemos en la cabeza del dios chacal Wepwawet que abre los caminos a las procesiones y los cortejos.
El voseo es una vulgarización de la figura del papa y por tanto no es una manera digna para un representante de Dios que encima parece justificar el boxeo si es a una mayoría de ustedes a quienes se les afrenta por parte de un uno muy digno que no teme al martirio antes los absurdos e inquina de la religión islámica.
Ya hubo una guerra civil en el Islam entre los discípulos del Bab y los de Mahoma porque una nueva Revelación combate a otra en la religión de los muros blancos con tinte rojo.
Yo creo que en todo esto de Bialik sobre el dolor y la tragedia del pueblo judío es que en el fondo no cree en Dios solo en ellos mismos ésta es la inocentada suprema anterior a la de Jesús que toma con ellos residencia en Palestina.
Cuando declinaba la civilización griega Tolomeo Filadelfo reunió a 72 traductores para que vertieran al griego la Biblia hebrea que contiene la revelación definida por Dios por lo que para los auténticos europeos sigue siendo un libro importante en el origen-y añadido de las bibliotecas pero para los musulmanes esto ya no es así y el Corán es suficiente.
Hasta la antigua provincia prusiana del reino de Westfalia surcada por los ríos Rin, Weser y Ems han llegado a morar los islámicos y solo pido que la policía alemana tenga tantas tablas como la guardia civil española porque vienen a rastrillar el terreno en el que nos movemos y sabemos que con las torrenciales la civilización se echa a perder y como tantas otras cosas que debilitan el Estado postcristiano una más que viene a hacer bulto.
Menahem Begin y Ben Gurión convirtieron a Jerusalén en capital de facto de Israel pese a la oposición de las Naciones Unidas y promovieron el terrorismo y la política de asentamiento de colonos para establecerse en Palestina.
La familia Weizmann luchó contra británicos y árabes por afianzar el Estado de Israel pero cómo procurar la paz en un ambiente hostil con los palestinos que no dejan de insultar al pueblo judío porque son dos comunidades exclusivas y expansivas y acertemos en la cabeza del dios chacal Wepwawet que abre los caminos a las procesiones y los cortejos.
El voseo es una vulgarización de la figura del papa y por tanto no es una manera digna para un representante de Dios que encima parece justificar el boxeo si es a una mayoría de ustedes a quienes se les afrenta por parte de un uno muy digno que no teme al martirio antes los absurdos e inquina de la religión islámica.
EL HOMBRE DE BIEN DE ESTOBEO
El hombre de bien, por servirse en todo lo que realiza de las experiencias de la vida, hace bien todas las cosas, lo mismo que prudentemente, sensatamente y según las demás virtudes; pero el hombre vil, por el contrario, malamente.
El hombre de bien es grande, fuerte, alto y vigoroso.
Grande porque puede llegar a las cosas que existen y yacen para él según la elección.
Fuerte porque se ha desarrollado por todas partes.
Alto porque participa de la altura que corresponde al hombre noble y sabio.
Y vigoroso porque ha adquirido la fuerza que le corresponde, siendo invencible y difícil de subyugar.
Por lo que, también, ni es obligado por nadie ni a nadie obliga; ni es impedido ni impide; ni es forzado por nadie ni a nadie fuerza personalmente; ni manda ni es mandado; ni hace mal a nadie ni él mismo es objeto de males; ni cae en el mal NI HACE CAER A OTRO EN ÉL; ni es engañado ni engaña a otro; ni miente, ni ignora, ni se oculta, ni acepta la mentira en manera alguna; es muy feliz, tiene buena suerte, es bienaventurado, dichoso, piadoso, amante de la divinidad, resolutivo, apto para reinar, para ser estratega, político, hábil administrador y hombre de negocios.
Los hombres viles tienen todas las cosas contrarias a éstas.
El hombre de bien es grande, fuerte, alto y vigoroso.
Grande porque puede llegar a las cosas que existen y yacen para él según la elección.
Fuerte porque se ha desarrollado por todas partes.
Alto porque participa de la altura que corresponde al hombre noble y sabio.
Y vigoroso porque ha adquirido la fuerza que le corresponde, siendo invencible y difícil de subyugar.
Por lo que, también, ni es obligado por nadie ni a nadie obliga; ni es impedido ni impide; ni es forzado por nadie ni a nadie fuerza personalmente; ni manda ni es mandado; ni hace mal a nadie ni él mismo es objeto de males; ni cae en el mal NI HACE CAER A OTRO EN ÉL; ni es engañado ni engaña a otro; ni miente, ni ignora, ni se oculta, ni acepta la mentira en manera alguna; es muy feliz, tiene buena suerte, es bienaventurado, dichoso, piadoso, amante de la divinidad, resolutivo, apto para reinar, para ser estratega, político, hábil administrador y hombre de negocios.
Los hombres viles tienen todas las cosas contrarias a éstas.
June 12, 2015
CON LOS PAPELES DE VERANO EN LA PLAZA DE LOS CUBOS
La cerveza cuáquera de trigo-y cebada en la Plaza Santa Ana, tengo a los santos y a la Virgen como muy plomizos,/ como una noche bochornosa de verano, Ada Colau apoya la Diada porque sin la secesión no hay política municipal en Barcelona, para coquetear cuando tienes la confianza de gustarte atraes a los demás,/ no se puede ir contra uno mismo,/ ser tan duro como para no soportarse a si mismo, tú no te fijas en el nombre de las calles y su significado a tu paso por Madrid,/ fíjate en la calle del ilustre apellido Álvarez Gato y no mees en ella porque te mancharás las botas, tu nunca has ido por la Dehesa de la Villa a ver a los universitarios del Metropolitano, hubo unos tiempos que en Madrid hubo tantos olivos como gitanos y árabes en la plaza del Alamillo, porque hay carga eléctrica en las nubes la gente está molestona, siguiendo los principios metafísicos de Andrónico y los fragmentos morales de Crisipo veré la compostura viciosa de los amigos de copas del Café Colón en esta tarde de lluvia, la verdad es que los singles por sus malas sombras gafan todos los bares de Madrid, y dónde me meto yo cuando todos sean viejos que no sea en Toledo.
Con los funcionarios que no saben hacer nada/ también se sacan ventajas/ en las gestiones/ porque te lo regalan todo,/ los frikis como los rockeros siempre llevan camisetas negras orteras, los niños ahora leen de corrido pero de derecha a izquierda, hoy es un día de desprotegidos en la plaza de España porque todo el mundo nos hemos levantado a las tres de la madrugada con truenos (11/6/2015) y tú no cierras tu puerta por la noche dijo ella,/ a mí no me gusta hablar así concluyó/ yo también.
Los de radio Onda Cero FM 98 están enseñando a los españoles a pensar,/ te vas a poner calcetines blancos como un vallecano de la discoteca Titanic, recuerdas los tiempos en que Alcatel estaba al lado de la Fábrica de la Cerveza Águila y Pegaso estaba en San Fernando de Henares, Madrid es europea porque permite la libre circulación de sus ciudadanos en el Cercanías, en el Metro y en los transportes públicos, lo que más me gusta de una mujer es lo que aguanta de un hombre, y la vecina pellizcaba las fotos de tu móvil.
Cuando una sombra blanca caiga sobre el Mercado de San Antón y una sombra azul haya caído sobre el cementerio de la Almudena me habré muerto, los que te miran y tú no ves/ los que te ponen una pica y tú lo sientes, la manía que le tiene esa vieja del Barrio de Salamanca a la frutería de la esquina donde compra la hija, no nos dejan tranquilos con tantos cimarrones en el metro, entre las pedorras de Carmena y las petardas de Aguirre vamos listos a ver si se dan de hostias entre ellas, Ay... si me toca Ahora Madrid, ese anciano lleva una gorra azul descolorida de putero de Gayarre, y ninguna acción cae en saco sin fondo al pasar el año.
Para eso quieres ser de la alta sociedad para deleitarte en placeres culinarios y de vestimenta y enrollarte a la Preysler, entre solo BT y DT vaya manera de confundir con los papelitos de los turnos en la Tesorería de la Seguridad Social de Santa Juliana en Estrecho, yo siempre me pongo en el lado donde el golpe al autobús interurbano en la A-1 está más expuesto, mi ex mujer piensa cuando me ve por la acera de enfrente que soy ya un pajarito sin cola, cuanto más payasos-débiles mentales veo por la calle más a gusto estoy conmigo mismo, pero los locos me sirven de experiencia y aviso ya que en cualquier momento me pueden detener por ser uno de ellos, me gustaría irme a desayunar al amanecener lluvioso a la cafetería del Sánchez Romero en la Castellana 200, ando como un ciervo por la plaza de Castilla creo que los otros andan en grupos como camellos, no procedo como pobre de espíritu sino con libertad del corazón ante Dios, quienes hicieron voto de pobreza que no pongan su afecto en las cosas para que Dios no los considere propietarios, el afrogitano Curro de Candela entra ya en Hacienda de Guzmán el Bueno, no me digas que el hombre no puede vivir tranquilo en la Tierra según sus primeros trabajos, tanto mayor es el miedo a los enemigos y a nuestro propio miedo a la muerte-juicio-y penas del Infierno.
¡Oh, ojalá pueda hallar gracia ante el Dios supremo!¡Ojalá le pueda complacer!¡Ojalá le ame con pureza de corazón!¡Rezaré mucho a la Virgen Santíssima que me ha hecho milagros por conocerte a ti!
Hay que estar a gusto con uno mismo más que tener esperanza pero si no lo estuviéramos leeríamos los Salmos, el Evangelio y a Job para sortear las muchas adversidades y penalidades, el mundo está lleno de Pepitos Grillos que quieren darnos la tabarra, ponernos la patita encima y hacernos dar una picadura, el futbolista brasibarcelonista Neymar no deja de tener aspecto de mozo de cualquier churrería, lo que más odio es que encima los funcionarios se incorporaron tarde y mal a SinglesMadrid, yo soy acogedor porque ando por las calles contoneándome con los brazos abiertos, yo me moriré pensando en el acantopterigio del abismo, es la lengua del corcho la que traen los turistas anglosajones por Madrid, y de goma-pomez los de aspecto oriental, y lady gaga chocho para ti.
El amor implica llegar a los achuchones y acoplarse bien con sutileza en el abrazo sexual de la entrepierna y en ese fregotearse y fregotonear y fregado eso es el amor.
Con los funcionarios que no saben hacer nada/ también se sacan ventajas/ en las gestiones/ porque te lo regalan todo,/ los frikis como los rockeros siempre llevan camisetas negras orteras, los niños ahora leen de corrido pero de derecha a izquierda, hoy es un día de desprotegidos en la plaza de España porque todo el mundo nos hemos levantado a las tres de la madrugada con truenos (11/6/2015) y tú no cierras tu puerta por la noche dijo ella,/ a mí no me gusta hablar así concluyó/ yo también.
Los de radio Onda Cero FM 98 están enseñando a los españoles a pensar,/ te vas a poner calcetines blancos como un vallecano de la discoteca Titanic, recuerdas los tiempos en que Alcatel estaba al lado de la Fábrica de la Cerveza Águila y Pegaso estaba en San Fernando de Henares, Madrid es europea porque permite la libre circulación de sus ciudadanos en el Cercanías, en el Metro y en los transportes públicos, lo que más me gusta de una mujer es lo que aguanta de un hombre, y la vecina pellizcaba las fotos de tu móvil.
Cuando una sombra blanca caiga sobre el Mercado de San Antón y una sombra azul haya caído sobre el cementerio de la Almudena me habré muerto, los que te miran y tú no ves/ los que te ponen una pica y tú lo sientes, la manía que le tiene esa vieja del Barrio de Salamanca a la frutería de la esquina donde compra la hija, no nos dejan tranquilos con tantos cimarrones en el metro, entre las pedorras de Carmena y las petardas de Aguirre vamos listos a ver si se dan de hostias entre ellas, Ay... si me toca Ahora Madrid, ese anciano lleva una gorra azul descolorida de putero de Gayarre, y ninguna acción cae en saco sin fondo al pasar el año.
Para eso quieres ser de la alta sociedad para deleitarte en placeres culinarios y de vestimenta y enrollarte a la Preysler, entre solo BT y DT vaya manera de confundir con los papelitos de los turnos en la Tesorería de la Seguridad Social de Santa Juliana en Estrecho, yo siempre me pongo en el lado donde el golpe al autobús interurbano en la A-1 está más expuesto, mi ex mujer piensa cuando me ve por la acera de enfrente que soy ya un pajarito sin cola, cuanto más payasos-débiles mentales veo por la calle más a gusto estoy conmigo mismo, pero los locos me sirven de experiencia y aviso ya que en cualquier momento me pueden detener por ser uno de ellos, me gustaría irme a desayunar al amanecener lluvioso a la cafetería del Sánchez Romero en la Castellana 200, ando como un ciervo por la plaza de Castilla creo que los otros andan en grupos como camellos, no procedo como pobre de espíritu sino con libertad del corazón ante Dios, quienes hicieron voto de pobreza que no pongan su afecto en las cosas para que Dios no los considere propietarios, el afrogitano Curro de Candela entra ya en Hacienda de Guzmán el Bueno, no me digas que el hombre no puede vivir tranquilo en la Tierra según sus primeros trabajos, tanto mayor es el miedo a los enemigos y a nuestro propio miedo a la muerte-juicio-y penas del Infierno.
¡Oh, ojalá pueda hallar gracia ante el Dios supremo!¡Ojalá le pueda complacer!¡Ojalá le ame con pureza de corazón!¡Rezaré mucho a la Virgen Santíssima que me ha hecho milagros por conocerte a ti!
Hay que estar a gusto con uno mismo más que tener esperanza pero si no lo estuviéramos leeríamos los Salmos, el Evangelio y a Job para sortear las muchas adversidades y penalidades, el mundo está lleno de Pepitos Grillos que quieren darnos la tabarra, ponernos la patita encima y hacernos dar una picadura, el futbolista brasibarcelonista Neymar no deja de tener aspecto de mozo de cualquier churrería, lo que más odio es que encima los funcionarios se incorporaron tarde y mal a SinglesMadrid, yo soy acogedor porque ando por las calles contoneándome con los brazos abiertos, yo me moriré pensando en el acantopterigio del abismo, es la lengua del corcho la que traen los turistas anglosajones por Madrid, y de goma-pomez los de aspecto oriental, y lady gaga chocho para ti.
El amor implica llegar a los achuchones y acoplarse bien con sutileza en el abrazo sexual de la entrepierna y en ese fregotearse y fregotonear y fregado eso es el amor.
June 10, 2015
LAS PASIONES PARA EL METAFÍSICO ANDRÓNICO
La prudencia es el conocimiento de los bienes, de los males, y de lo que no es ni lo uno ni lo otro.
La prudencia es el conocimiento de qué cosas es preciso hacer y qué cosas no.
La imprudencia es la ignorancia de las mismas cosas, e imprudentes son los que ignoran alguna de éstas y están engañados respecto a ella;
Están subordinadas a la prudencia: el buen consejo, la reflexión, la sagacidad, la sensatez, la certeza y el ingenio.
La reflexión es el conocimiento que hace recapitulación de las cosas ocurridas y cumplimentadas.
La sensatez es el conocimiento de lo peor y de lo mejor.
El tino es el conocimiento de alcanzar el objetivo en cada cuestión.
El ingenio es el conocimiento de encontrar una salida de las cosas.
La templanza es el conocimiento de las cosas que se han de elegir, de las que no se han de elegir y de las que ni se han de elegir ni no elegir.
La justicia es el estado anímico que distribuye a cada uno lo que se merece.
Están subordinadas a la valentía: la firmeza, la resolución, la magnanimidad, la intrepidez, la laboriosidad.
La firmeza es el conocimiento que persevera en las resoluciones correctas.
La resolución es conocimiento por el que sabemos que no caeremos.
La magnanimidad es el conocimiento que nos pone por encima de los acontecimientos naturales, tanto en los hombres de bien como en los viles.
La intrepidez es el conocimiento del alma que le hace invencible.
En efecto, la intrepidez es el vigor del alma para llevar a cabo sus propias actividades.
La audacia es el estado anímico que nos pone en disposición de emprender lo que es preciso y de afrontar lo que la razón elige.
La magnanimidad es el estado anímico que nos pone por encima de lo que viene a acontecer tanto a los hombres viles, como a los de bien.
La hombría es el estado anímico que nos hace autosuficientes en las fatigas de la virtud.
La firmeza es el conocimiento de las cosas que se han de soportar, de las que no se han de soportar y de las que no son ni una cosa ni la otra.
La magnificiencia es el estado anímico que eleva a los que la poseen y los llena de confianza en sí mismos.
La laboriosidad es el conocimiento que lleva a efecto lo propuesto, sin que le desgasten las fatigas.
La valentía es el conocimiento de las cosas temibles, de las no temibles y de las que no son ni una ni la otra.
La sagacidad es el estado anímico que permite encontrar de inmediato lo conveniente.
La previsión es el estado anímico capaz de abrir camino hacia el futuro, para actuar como es preciso.
La austeridad es el estado anímico según el cual ni ofrecen a otros el compartir los placeres, ni los reciben de otros.
La continencia es el estado anímico invencible por los placeres.
La frugalidad es el estado anímico que no hace ostentación en los gastos y en los preparativos.
La simplicidad es el estado anímico que se contenta con lo que tiene a mano.
La compostura es el conocimiento relativo a lo conveniente en el movimiento y en la quietud.
El buen orden es la experiencia en la ordenación de las acciones, o bien la habilidad que posee la firmeza relativa a las acciones o a las ordenaciones de las acciones.
La autosuficiencia es el estado anímico que se conforma con lo que es preciso, y se procura por sí misma lo conveniente para la vida.
La liberalidad es, en efecto, el estado anímico que hace que las personas se comporten coherentemente en el dar y en el recibir.
La nobleza es el estado anímico de obrar bien voluntariamente.
El arte de ejercitar la justicia es el conocimiento de los juicios, de los castigos y de las ofensas.
La ira es, en efecto, un deseo de vengarse del que parece haber cometido una injusticia.
El coraje es una ira incipiente.
La cólera es una ira que se hincha.
La amargura es una ira que estalla al momento.
El resentimiento es una ira que aguarda hasta la vejez.
El rencor es una ira que acecha el momento de la venganza.
El amor es un deseo de relaciones corporales.
Otro amor es el deseo de amistad.
Otro amor: al que llaman intento por procurarse amistad a través de la belleza externa.
El anhelo es el deseo de la compañía de un ser querido ausente.
La nostalgia es un deseo amoroso del ausente.
La mala voluntad es la hostilidad que acecha la ocasión y actúa mal.
La hostilidad es un deseo de que alguien sufra un mal por causa propia.
El hastío es un deseo rápidamente saciado.
La mirada apasionada es la rapidez en ver lo deseado.
La necesidad es un deseo incumplido.
La violencia es un deseo desequilibrado.
La discordia es un deseo relativo a una resistencia inclinada al mal.
La inclinación es un deseo subyugado.
El amor al placer es un deseo desmedido de placeres.
El amor a las riquezas es un deseo desmedido de riquezas.
El amor a la gloria es un deseo desmedido de gloria.
El amor a la vida es un deseo irracional de vida.
El amor a la persona es un deseo de plenitud corporal más allá de lo conveniente.
La glotonería es un deseo desmedido de alimentos.
La embriaguez es un deseo insaciable de vino.
La lascivia es un deseo desmedido de relaciones sexuales.
La alegría es un placer por los bienes inesperados.
El regocijo es un placer causado por la vista o el oído.
El encanto es un placer que a través de los oídos fascina, o un placer que sobreviene a partir de la palabra, de la música o por medio del engaño.
El gozo por el mal ajeno es un placer por la desgracia de nuestros vecinos.
La fascinación es un placer por engaño o hechicería.
La bondad es una justicia espontánea.
La piedad es el conocimiento del culto a los dioses.
La gratitud es el conocimiento de a quiénes y cuándo se debe estar agradecido y cómo y de parte de quiénes se ha de recibir agradecimiento.
La santidad es la ciencia que nos hace fieles observantes de la justicia divina.
La indecisión es el miedo a la acción futura.
La vergüenza es el miedo a la mala reputación.
El terror es el miedo de la persona temerosa.
La angustia es el miedo que ata de manos y pies.
La afabilidad es el estado anímico de respetar la justicia en las relaciones.
El arte de legislar es el conocimiento de las disposiciones políticas relativas a la convivencia.
La realeza es la experiencia de mandar a una multitud sin tener que rendir cuentas.
La estrategia es estado teórico y práctico de lo que conviene a un ejército.
La política de lo que conviene a una ciudad.
La economía de lo que conviene a una casa.
La dialéctica es el conocimiento del bien razonar.
La retórica del bien hablar.
La física de lo relativo a la naturaleza.
La buena voluntad es un apetito racional.
La alegría es una exaltación racional.
La precaución es una abstención racional.
La benevolencia es una buena voluntad de bienes para otro, por causa de aquel mismo.
La bondad es la benevolencia permanente.
La amabilidad es la benevolencia continua.
La satisfacción es una alegría apropiada a las ventajas que le rodean.
El regocijo es una alegría por las obras de la persona prudente.
El buen humor es una alegría por el curso de la vida o por la ausencia de informarse de todo.
El pudor es la precaución del reproche justo.
La pureza es la precaución de las faltas relativas a los dioses.
DE PASSIONUM, Andrónico de Rodas
La prudencia es el conocimiento de qué cosas es preciso hacer y qué cosas no.
La imprudencia es la ignorancia de las mismas cosas, e imprudentes son los que ignoran alguna de éstas y están engañados respecto a ella;
Están subordinadas a la prudencia: el buen consejo, la reflexión, la sagacidad, la sensatez, la certeza y el ingenio.
La reflexión es el conocimiento que hace recapitulación de las cosas ocurridas y cumplimentadas.
La sensatez es el conocimiento de lo peor y de lo mejor.
El tino es el conocimiento de alcanzar el objetivo en cada cuestión.
El ingenio es el conocimiento de encontrar una salida de las cosas.
La templanza es el conocimiento de las cosas que se han de elegir, de las que no se han de elegir y de las que ni se han de elegir ni no elegir.
La justicia es el estado anímico que distribuye a cada uno lo que se merece.
Están subordinadas a la valentía: la firmeza, la resolución, la magnanimidad, la intrepidez, la laboriosidad.
La firmeza es el conocimiento que persevera en las resoluciones correctas.
La resolución es conocimiento por el que sabemos que no caeremos.
La magnanimidad es el conocimiento que nos pone por encima de los acontecimientos naturales, tanto en los hombres de bien como en los viles.
La intrepidez es el conocimiento del alma que le hace invencible.
En efecto, la intrepidez es el vigor del alma para llevar a cabo sus propias actividades.
La audacia es el estado anímico que nos pone en disposición de emprender lo que es preciso y de afrontar lo que la razón elige.
La magnanimidad es el estado anímico que nos pone por encima de lo que viene a acontecer tanto a los hombres viles, como a los de bien.
La hombría es el estado anímico que nos hace autosuficientes en las fatigas de la virtud.
La firmeza es el conocimiento de las cosas que se han de soportar, de las que no se han de soportar y de las que no son ni una cosa ni la otra.
La magnificiencia es el estado anímico que eleva a los que la poseen y los llena de confianza en sí mismos.
La laboriosidad es el conocimiento que lleva a efecto lo propuesto, sin que le desgasten las fatigas.
La valentía es el conocimiento de las cosas temibles, de las no temibles y de las que no son ni una ni la otra.
La sagacidad es el estado anímico que permite encontrar de inmediato lo conveniente.
La previsión es el estado anímico capaz de abrir camino hacia el futuro, para actuar como es preciso.
La austeridad es el estado anímico según el cual ni ofrecen a otros el compartir los placeres, ni los reciben de otros.
La continencia es el estado anímico invencible por los placeres.
La frugalidad es el estado anímico que no hace ostentación en los gastos y en los preparativos.
La simplicidad es el estado anímico que se contenta con lo que tiene a mano.
La compostura es el conocimiento relativo a lo conveniente en el movimiento y en la quietud.
El buen orden es la experiencia en la ordenación de las acciones, o bien la habilidad que posee la firmeza relativa a las acciones o a las ordenaciones de las acciones.
La autosuficiencia es el estado anímico que se conforma con lo que es preciso, y se procura por sí misma lo conveniente para la vida.
La liberalidad es, en efecto, el estado anímico que hace que las personas se comporten coherentemente en el dar y en el recibir.
La nobleza es el estado anímico de obrar bien voluntariamente.
El arte de ejercitar la justicia es el conocimiento de los juicios, de los castigos y de las ofensas.
La ira es, en efecto, un deseo de vengarse del que parece haber cometido una injusticia.
El coraje es una ira incipiente.
La cólera es una ira que se hincha.
La amargura es una ira que estalla al momento.
El resentimiento es una ira que aguarda hasta la vejez.
El rencor es una ira que acecha el momento de la venganza.
El amor es un deseo de relaciones corporales.
Otro amor es el deseo de amistad.
Otro amor: al que llaman intento por procurarse amistad a través de la belleza externa.
El anhelo es el deseo de la compañía de un ser querido ausente.
La nostalgia es un deseo amoroso del ausente.
La mala voluntad es la hostilidad que acecha la ocasión y actúa mal.
La hostilidad es un deseo de que alguien sufra un mal por causa propia.
El hastío es un deseo rápidamente saciado.
La mirada apasionada es la rapidez en ver lo deseado.
La necesidad es un deseo incumplido.
La violencia es un deseo desequilibrado.
La discordia es un deseo relativo a una resistencia inclinada al mal.
La inclinación es un deseo subyugado.
El amor al placer es un deseo desmedido de placeres.
El amor a las riquezas es un deseo desmedido de riquezas.
El amor a la gloria es un deseo desmedido de gloria.
El amor a la vida es un deseo irracional de vida.
El amor a la persona es un deseo de plenitud corporal más allá de lo conveniente.
La glotonería es un deseo desmedido de alimentos.
La embriaguez es un deseo insaciable de vino.
La lascivia es un deseo desmedido de relaciones sexuales.
La alegría es un placer por los bienes inesperados.
El regocijo es un placer causado por la vista o el oído.
El encanto es un placer que a través de los oídos fascina, o un placer que sobreviene a partir de la palabra, de la música o por medio del engaño.
El gozo por el mal ajeno es un placer por la desgracia de nuestros vecinos.
La fascinación es un placer por engaño o hechicería.
La bondad es una justicia espontánea.
La piedad es el conocimiento del culto a los dioses.
La gratitud es el conocimiento de a quiénes y cuándo se debe estar agradecido y cómo y de parte de quiénes se ha de recibir agradecimiento.
La santidad es la ciencia que nos hace fieles observantes de la justicia divina.
La indecisión es el miedo a la acción futura.
La vergüenza es el miedo a la mala reputación.
El terror es el miedo de la persona temerosa.
La angustia es el miedo que ata de manos y pies.
La afabilidad es el estado anímico de respetar la justicia en las relaciones.
El arte de legislar es el conocimiento de las disposiciones políticas relativas a la convivencia.
La realeza es la experiencia de mandar a una multitud sin tener que rendir cuentas.
La estrategia es estado teórico y práctico de lo que conviene a un ejército.
La política de lo que conviene a una ciudad.
La economía de lo que conviene a una casa.
La dialéctica es el conocimiento del bien razonar.
La retórica del bien hablar.
La física de lo relativo a la naturaleza.
La buena voluntad es un apetito racional.
La alegría es una exaltación racional.
La precaución es una abstención racional.
La benevolencia es una buena voluntad de bienes para otro, por causa de aquel mismo.
La bondad es la benevolencia permanente.
La amabilidad es la benevolencia continua.
La satisfacción es una alegría apropiada a las ventajas que le rodean.
El regocijo es una alegría por las obras de la persona prudente.
El buen humor es una alegría por el curso de la vida o por la ausencia de informarse de todo.
El pudor es la precaución del reproche justo.
La pureza es la precaución de las faltas relativas a los dioses.
DE PASSIONUM, Andrónico de Rodas
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