Cité al principio a Lérida y a Manresa: en ambas ciudades hubo hasta las últimas elecciones municipales una Administración local socialista; ya no la hay, y probablemente el pujolismo conseguirá dentro de unos pocos días enorme triunfo. Cataluña no has resuelto su problema (somos una nación que quiere su libertad, y que avanza), pero el seny de Jordi Pujol lo mantiene contenido y como a la espera, en rotundo contraste con la situación del País Vasco.
El lema de la campaña electoral ha sido, como se sabe, Tot per Catalunya. Pero también, aun cuando no impreso, y dicho ahora en castellano, Cataluña para todos. O sea, según su presidente, una Cataluña con pleno "sentit de globalitat", en la que ex comunistas, inmigrantes, catalanes de lengua materna castellana y en general todo el mundo, "pueda vivir tranquilo". ¿Será esto posible? Y, de serlo, ¿a qué precio?
En suma, se diría que si, como parece, el triunfo de Pujol va a ser rotundo, en breve plazo el "equilibrio en tensión" habrá de ser reemplazado por un general "equilibrio en la ambigüedad". ¿A qué jerga actual nos suena esta última palabra? Sería paradójico, sorprendente y, en definitiva, muy del gusto de Jordi Pujol, que el supuesto provincianismo catalán de su política terminara revelándose como una realización en vanguardia de la mismísima postmodernidad (nota de Jorge: muy daliniano).
25 de mayo de 1988
LA IZQUIERDA, EL PODER Y OTROS ENSAYOS
José Luis L. Aranguren
August 21, 2014
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