September 02, 2013

EL PUEBLO VASCO Y LA BESTIA ETA

Se inició una limpieza étnica de concejales, diputados, dirigentes y empresarios afines al centro derecha español, a los que se pretendía expulsar de Euskadi, bien por las buenas o en una caja de madera y con los pies por delante, lograron el efecto pretendido.

De ser ETA un simple grupo terrorista pasa a convertirse en un grupo revolucionario con todo tipo de apoyos políticos, sindicales, culturales e institucionales.

Es el ejército del PNV en la sombra, con el que mantiene permanentes vasos comunicantes, aunque se está formalmente en desacuerdo en los métodos, pero nunca jamás en los fines.

Pero ETA no hubiera llegado hasta hoy de no haber impuesto su sindicato, LAB, a tiro limpio. Y no solo en el sindicato del crimen sino en HB hay personas que tienen dos boinas, y que en ocasiones usan la de HB y en otras la de ETA, en palabras del lehendakari Ardanza.

Cómo en Euskadi los familiares de las casi doscientas personas que ETA ha asesinado bajo la acusación genérica de chivatos, son tratados como apestados y se niegan a que se los homenajee. En un lugar donde quien te señala para que te maten es tu vecino porque compras un periódico no abertzale, la lengua autóctona no solo ha sido el gran negocio de los terroristas, también se ha convertido en arma arrojadiza contra quienes no quieren aprenderla. AsÍ lo contamos en Euskera, la kantera de ETA, y les mostramos cómo los libros de texto pueden ser tan peligrosos como las bocas de los fusiles.

Gracias por tanto a la enorme maquinaria desplegada a base de numerosas subvenciones públicas (Gobierno Vasco, diputaciones forales y ayuntamientos) y de la publicidad institucional y privada, el huevo de la serpiente se retroalimenta. Contamos cómo Jarrai, su organización juvenil, las gestoras de la muerte (Gestoras Pro Amnistía) y las herriko tabernas son tres cabezas del mismo reptil del hacha.

ETA controla desde hace muchos años la empresa AEK o red escolar vasca más importante dedicada a la alfabetización y la euskaldunización de adultos. Integrada por 150 centros distribuidos por el País Vasco, Navara y territorio francés, AEK sin embargo era algo más que una organización dedicada a impartir clases de euskera, adoctrinar e incluso predicar el odio entre los vascos y españoles. Protegida y financiada por el Gobierno Vasco, una investigación de la Audiencia Nacional revela que durante años fue la caja principal de la organización terrorista ETA. De sus cuentas, abiertas todas en la Caja Laboral Popular, el banco en que más confía ETA, salían no solo los sueldos de Arnaldo Otegui y Josu Ternera. También el mantenimiento de sus coches, el pago de muchos de sus gastos y hasta la pensión de separación que Xabier Alegría Loinaz, máximo dirigente de HB, la trama civil de la organización terrorista, pagaba a su ex mujer Begoña Respaldiza Ozaeta.  El 9 de julio de 2002, el Ejecutivo de Ibarretxe la declara de utilidad pública.

En los primeros años de funcionamiento, en plena dictadura y en la transición política, los centros dedicados a reuskerizar a las personas mayores son escasos. En esa época, además, carecen de medios de financiación propios. Se sostienen mediante rifas, txoznas (casetas en fiestas populares), korrikas (carreras populares) y venta de pegatinas, camisetas y chubasqueros. El método es extremadamente rudimentario. Resulta, sin embargo, muy eficaz, para aglutinar y movilizar permanentemente a núcleos de gente en torno al nacionalismo radical y violento, mantener el espíritu de rebeldía y el fuego sagrado de la contestación y el enfrentamiento permanente con el Estado y las instituciones autonómicas.

Julen Kalzada Ugalde es como diría la ex ministra de Cultura Carmen Alborch, un cura malo. Coadjutor de la parroquia de Yurreta (Durango) en 1967 y 1968 ocultó a terroristas de ETA, prestó su casa para que se organizaran atentados y colaboró en todo tipo de actividades delictivas. En el Proceso de Guerra de Burgos fue condenado a doce años y un día de reclusión. Amnistiado en 1981 aparece como presidente de la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización de adultos.

Los agentes franceses no actúan de noche ni asaltan los pisos francos de los terroristas por sorpresa. Por el contrario, antes de entrar por la fuerza en un lugar conminan por tres veces, mediante un megáfono, a los terroristas a entregarse voluntariamente con lo cual les da tiempo a destruir numerosos documentos y a huir.

El Polaco muere en un accidente de carretera cuando viaja desde Madrid a Álava y le cae una señal de tráfico encima. Días más tarde, cuando sus compañeros revisan sus cajones para entregarle a la familia sus pertenencias personales se encuentran con que éste ha realizado prácticamente toda la investigación previa.

Sus jefes, Jesús de la Morena, Antonio Martín Zaragoza y otros, solo tienen que seguir el hilo del trabajo del Polaco para llegar al ovillo de las tramas financieras de ETA.

Podemos afirmar que AEK era algomás que un centro dedicado a la enseñanza, de carácter altruista y no lucrativo. Se trataba del banco de ETA y de sus organizaciones satélites.

Entre la documentación incautada aparece un préstamo a Gadusmar, la empresa de ETA dedicada a comercializar bacalao con Cuba, por importe de nueve millones de pesetas. Además existen otros dos créditos al diario Egin, con fechas de 13 de octubre de 1993 y 4 de julio de 1994 por veinticinco y veintiocho millones de pesetas respectivamente.

Desde una cuenta domiciliada en AEK se solicita un crédito hipotecario de siete millones y medio de pesetas para la compra de la Hernaniko Etxea (Casa de Hernani), situada en el número 51 de la calle Mayor de Hernani, destinada a convertirse durante años en la sede de Jarrai, es decir, de los jóvenes cachorros de ETA, y posteriormente de Ardantza, propietaria de los talleres de impresión de Egin.

La cooperativa, que no paga sus impuestos, dispone de un fondo de inversión de 55 millones de pesetas en la oficina 65 del Barclays Bank situada en la calle Miracruz 4 de San Sebastián, para actuar de caja de resistencia. En la misma cuenta se registran además ingresos de más de 125 millones de pesetas entre 1991-96.

La contabilidad revela también pagos millonarios a Jarrai, la revista Epalza y al aparato internacional de ETA, Xaki, sin ningún tipo de justificación ni contraprestación.

Y no solo pueden continuar con sus transferencias millonarias con total tranquilidad gracias a los más de 2.500 millones de pesetas recibidos del erario público a través del Ejecutivo autónomo en los últimos años. A pesar de las investigaciones judiciales realizadas por el juez Garzón y el fiscal Enrique Molina, el Gobierno Vasco decide premiar la labor de la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización AEK por la labor en la educación y promoción del euskera durante los últimos 36 años, declarándola de utilidad pública. El reconocimiento no es baladí, ya que establece el privilegio de gozar de exenciones, bonificaciones, subvenciones y beneficios de carácter económico, fiscal y administrativo.

Los presuntos delitos de integración en organización terrorista, colaboración con organización terrorista y fraude contra la Seguridad Social y contra la Hacienda Pública imputados por la Audiencia Nacional suenan a condecoraciones en el Ejecutivo de Vitoria.

El empresario vasco Antonio Cancedo Alonso ha sido hasta meses antes el presidente del Grupo Mondragón Corporación Cooperativa, el conglomerado más importante del País Vasco. El día que se publica en el BOE la concesión de su máxima distinción en el trabajo, un grupo de inspectores de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional  lleva más de cinco años investigando las posibles conexiones de su grupo industrial con la banda terrorista ETA.

En diciembre de 1996 los centros del Grupo Mondragón, 173 sociedades, dan trabajo a 20.000 personas y facturan 160.000 millones de pesetas.

El 7 de agosto de 2001, el instituto armado lleva a cabo un registro en la sede de Gestoras Pro Amnistía de Vitoria. Allí se incautan todos los archivos de la entidad dedicada a convertir a los presos de ETA en mártires de la revolución vasca.

Uno de los papeles intervenidos es una fotocopia escrita en euskera y castellano con el título Bonoak. Se trata de un modelo de impreso para ayudar a la plataforma Gasteizera. Los ingresos se harán o bien en Caja Vital o en la Caja Laboral Popular a una de las cuentas de Gasteizera, se dice en el texto.

En el mes de septiembre de 2001 se hace público otro pacto, en esta ocasión ilegal. Diversas sucursales de la Caja Laboral-Euskadiko Kutxa aceptan el ENHA (documento de identidad vasco promovido por sectores de la izquierda radical) como documento válido para identificarse, en sustitución del DNI.

En 1982 y 1983 ETA coloca 52 bombas contra las sucursales en el País Vasco del Vizcaya, Bilbao, Hispano Americano, Gupuzcoano, Santander y Central.

En estos momentos no solo los presidentes están amenazados. Al no cumplirse sus exigencias, la banda armada envía cartas a sus consejeros advirtiéndoles que tomará represalias contra su persona, su familia y sus bienes en el supuesto de que no abonen diez millones de pesetas a título individual en el caso de que su banco no pague la cantidad de 250 millones que le tenemos asignada.

El cúmulo de medidas de autoprotección, con ser importantes y disuasorias, no garantizan al ciento por ciento la seguridad de las personas y los bienes de las entidades crediticias. Así que tras una dura negociación, la banca decide pagar a ETA.

Los abonos no se hacen a través de paraísos fiscales como el de Jersey, mediante el cual el BBV estuvo retribuyendo a sus consejeros. Se hacen efectivos mediante la creación por la trama civil de ETA de una serie de sociedades instrumentales, especialmente papeleras y sociedades vinculadas al mundo de la comunicación que, sin empleados ni actividad alguna que lo justifique, reciben todos los años una serie de créditos y avales multimillonarios que ejecutan año tras año sin devolver cantidad alguna.

A partir de entonces, muchos consejeros de entidades bancarias se permiten volver a vivir en el País Vasco y empiezan a dejarse ver sin escolta en algunas zonas de alto riesgo, como el casco viejo de Bilbao o determinados municipios del Goyerri o la comarca de Tolosa, bajo control de Herri Batasuna.

Collectivité Service, donde trabaja entonces el etarra Mikel Lujúa, trató de blanquear en 1985 veinte millones procedentes del impuesto revolucionario utilizando en una ocasión los servicios del Banco de Bilbao en Bayona, Banca Inchauspe y la fiduciaria Basque Hollandeaise de Change.

El desmantelamiento de la cooperativa Sokoa permite conocer que ETA tenía intereses en la sociedad Aturri, dedicada a la comercialización de válvulas para conducciones petrolíferas y dirigida por el ex etarra Julen Madariaga; en Garoa, comercializadora de pilas eléctricas; Mugalde, cuyo objeto social es la edición de libros; Irizar France, constituida para la fabricación y venta de accesorios de automóviles.

El opaco conglomerado se completaría con las sociedades import-export Sukal y Zuhal, especializadas en trabajos de artesanía, con oficinas esta última en Cibourne y San Juan de Luz y donde trabajan dos conocidos etarras Miguel Zubiarrain Ibáñez y Ángel María Galarraga Mendizábal, Pototo.

La lectura de la documentación hallada en la cooperativa depara aún más sorpresas. Un informe de cerca de veinte folios revela que ETA pretende crear un banco nacional vasco para financiar sus actividades, siguiendo el modelo de la Caja Laboral Popular. La banda terrorista proyectaba establecer un holding con tres sociedades, Esframarée, Royansa y Excoesa, destinadas a la comercialización de marisco, pescado congelado y a la pesca de coral rojo en el mar de Alborán.

En mayo de 1993, una serie de explosiones fortuitas destrozan un taller de reparaciones de coches situado en el barrio de Santa Rosa, en las afueras de Managua. Las detonaciones causan tres muertos, dieciséis heridos y destruyen  por completo el taller y varias casas del vecindario. Los policías hacen un descubrimiento insólito al quitar los cascotes de hormigón y las planchas aparece un escondrijo. Se trata de un perfecto arsenal, construido en un subterráneo, con varios túneles habilitados como refugios, al que se accede por medio de un sofisticado sistema de puertas hidráulicas camufladas. Contiene 19 misiles superficie-aire, fusiles AK-47, lanzagranadas, 310 pasaportes falsos de veintiún países diferentes diferentes, carnets de conducir en blanco y material para realizar falsificaciones. Su propietario es el español Miguel Antonio Larios Moreno, a quien el Frente Sandinista había concedido la nacionalidad nicaragüense en 1982.

Tres años antes, los seguidores de Edén Pastora y Tomás Burge habían perdido el poder y la nueva presidenta del país, Violeta Chamorro, impide que se eche tierra a las investigaciones. De esta forma se descubre que Larios Moreno es una identidad falsa bajo la que se oculta el etarra Eusebio Arzalluz Tapia, Paticorto.

Llegados a Managua junto a un grupo de pistoleros de la banda armada en la década de los ochenta, bajo el gobierno del Frente Sandinista, para participar en la reconstrucción del país tras la caída de Anastasio Somoza y apoyar militarmente al gobierno revolucionario, los miembros de ETA juegan un importante papel. Durante los primeros años forman parte del aparato de seguridad de los ministros Tomás Borge y Humberto Ortega, obtienen fácilmente pasaportes falsos, y aprenden el manejo de todo tipo de armamento ligero y medio.

Anécdotas al margen, fuentes de Interpol revelan que el armamento encontrado pertenecía a un grupo del Frente Farabundo Martí de El Salvador en negociaciones con el Gobierno de su país para abandonar la lucha armada. En lugar de entregar las armas, tal y como se había consensuado con las Naciones Unidas, sus dirigentes prefirieron ocultarlas en Nicaragua. 

En el zulo, fabricado por ETA, se encontró también algo insospechado: una lista con los nombres y fotografías de los setenta y siete empresarios iberoamericanos más ricos, susceptibles todos ellos de secuestro, especialmente mexicanos, venezolanos, brasileños y colombianos.

Los planes eran la puesta en marcha de una industria del secuestro a escala continental, en colaboración con otros grupos armados, como Montoneros argentinos, los Tupamaros uruguayos, El Mir (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) chileno, el MAS (Movimiento hacia el Socialismo) venezolano, el M-19 colombiano, similar a la realizada a comienzos del siglo XXI por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

El terrorista Paticorto lo tenía todo controlado. Disponía de información sobre los pasos de frontera entre Colombia, Argentina, Perú, Ecuador y Brasil, controles, documentación necesaria para cruzar las aduanas. Los datos verificados revelan que la industria del secuestro produjo entre 1990 y 1993 alrededor de cincuenta millones de dólares.

De madrugada, doscientos policías, diez agentes judiciales, un fiscal de la Audiencia Nacional y el juez de guardia de Bilbao se presentan por sorpresa en varias empresas de Vizcaya y Guipúzcoa, detienen a sus dirigentes, precintan sus instalaciones y se incautan de tres camiones de documentos.

El restaurante más exclusivo de Montevideo era una pantalla del grupo independentista vasco destinado a dar trabajo a sus taldes de reserva desplazados del sur de Francia a Latinoamérica para eludir la presión conjunta de las autoridades galas y españolas.

Los informes aprehendidos a José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, revelaban además la existencia de un acuerdo entre ETA y los Túpac Amaru para adquirir una flota pesquera con la que financiar la compra de armas y explosivos y mantener las estructuras de las organizaciones legales.

Los negocios de la banda terrorista en la isla caribeña por medio del grupo Ugao. Se trata de un consorcio con licencia del Gobierno cubano para operar al margen de la economía comunista, situado en la Calle 96, esquina a la Tercera avenida del barrio de Miramar, en la ciudad de La Habana y con instalaciones abiertas en el múmero 205 de la carretera de Carey, en Vista Alegre (Santiago de Cuba).

El holding, con ramificaciones en el País Vasco y la isla del Caribe, constituye una de las principales fuentes de financiación de la banda terrorista, según las investigaciones de la Audiencia Nacional y los datos aportados por el propio Abrisketa.

Los negocios donde trabajan los terroristas de ETA Agustín Azkárate, José Ángel Urtiaga, Luciano Eizaguirre, Iñaki Etxarte, Amaya Eguiguren, Iñaki Rodríguez y José Miguel Arrugaeta, un miembro del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) chileno y alrededor de veinte cubanos, le permiten acceso directo a los ministerios de Minas, Industria, Industria Básica, Industria Ligera, Asuntos Exteriores y, de forma especial, al comandante Fidel Castro. "Hemos traído muchos técnicos de España, Francia y asimismo han venido muchos empresarios del PNV a vender sus productos. Todo el mundo sabe quién soy y nosotros no entramos ni salimos si traen cosas que convienen a Cuba", agrega el pistolero metido a empresario.

El método empleado igualmente para estafar a los pequeños comercios, bares, cafeterías, a los que, como en el Chicago de los años treinta, la banda terrorista exige un impuesto de protección. El que no pague ya lo sabe. Durante las jornadas de lucha, de kale borroka o en las huelgas generales, los cristales de estos pequeños establecimientos vuelan por los aires, sus cerraduras son selladas con silicona o sufren los estragos de las bombas fabricadas con bombonas de camping-gas o de los cócteles molotov. La banda terrorista no negó los hechos, conocidos especialmente en el casco viejo de Bilbao, donde, una vez al mes, una persona entraba en el bar o en la cafetería, preguntaba por el dueño o el encargado, le entregaba un sobre vacío y dos o tres días después pasaba de nuevo a recogerlo con 25.000 o 30.000 pesetas dentro. De esta manera, con el dinero de pequeñas familias que muchas veces no tenían para pagar las letras del traspaso del establecimiento, con el dinero del sudor y el sacrificio de la clase trabajadora a la que los terroristas se dicen dispuestos a salvar, se compraban las balas para matar muchas veces a sus vecinos.

"Pues que vaya al banco, ingrese la cantidad que quiera donar a la organización, saque una tarjeta de crédito para utilizar en cajeros y te la entregue. Poco a poco, nosotros iremos haciendo uso del dinero de acuerdo con las necesidades", responde por escrito José Luis Álvarez Santacristina, responsable de la oficina política y de las finanzas de ETA. Un procedimiento que luego se extendió al conocido cobre del impuesto revolucionario.

No solo el dinero es lo que ha garantizado la supervivencia de la Bestia. Un selecto grupo de abogados constituye uno de los tres pilares de la organización.

El País Vasco es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede insultar, calumniar, injuriar, amenazar, coaccionar, chantajear, extorsionar, secuestrar, hacer apología del terrorismo, ocultar a sus autores materiales, quemar la bandera española, llevar el hacha y la serpiente -los símbolos de ETA- en la solapa e incluso, en ocasiones, asesinar sin nque pase nada. Llevar a los culpables ante la Justicia, en cambio, es en muchos casos un problema para el que lo intenta y para quien trata de aplicarla con rigor y ejemplaridad. Para gran parte del nacionalismo, antes de hacer Justicia, denunciar los actos vandálicos, las manifestaciones ilegales o detener a un alevín de terrorista por quemar un autobús, hay que hacer patria. Una red de cerca de cien letrados. muchos de ellos procesados y condenados, se encargan de que una buena parte de estos delitos queden impunes. Son los abogados del diablo.

Sindicalistas abertzales y terroristas han arrinconado a las centrales sindicales españolistas, CC.OO. y UGT, y luchan por los mismos principios, un marco vasco de relaciones laborales como vía a la independencia. De esta manera, el Frente Obrero de la banda terrorista regresa a los comienzos del siglo XX en que, acuciados por el hambre, la miseria y la falta de trabajo, los sindicatos anarquistas y anarcosindicalistas de Cataluña y otras regiones acudían al pistolerismo y a la acción directa para mejorar sus condiciones laborales. Los sindicatos aún clandestinos acusan a la banda armada de injustificada intromisión e injerencia intolerable en los problemas de la clase obrera con métodos más propios del Chicago de los años treinta que de la sociedad que pretendemos construir.

Aquel 26 de junio de 1980 durante una reunión plenaria del Parlamento vascongado, emplazado todavía en su sede provisional de la Diputación de Vizcaya, los trabajadores de Nervacero, incitados por LAB, HB y Movimiento Comunista, acaban de ocupar el edificio. Pretenden mantener como rehén al recién constituido Parlamento Vasco. Ante la gravedad de la situación y alertados por la radio, que no deja de informar de lo que ocurre en la Diputación de Vizcaya, miles de contramanifestantes del PNV, PSOE, UCD y AP se han ido congregando a lo largo de la tarde y primeras horas de la noche alrededor del edificio. Formando un segundo círculo, tras la Policía Nacional, armados con palos y barras de hierro, muchos de ellos están dispuestos a defender las instituciones, que tantos sacrificios han costado, de los alborotadores a garrotazo limpio. Puestas así las cosas, a primeras horas de la madrugada los trabajadores de Nervacero abandonan el Parlamento y ponen fin al bochornoso espectáculo de decenas de parlamentarios de izquierdas secuestrados por obreros de izquierdas.

Meses más tarde, un comando armado intenta dinamitar un depósito de agua en Lasarte y paralizar así la producción de la fábrica. La dirección de Michelin, harta de ETA, se planta y da instrucciones para cerrar todas sus fábricas en el País Vasco.

El 19 de julio de 1987, ETA coloca una bomba en el centro comercial Hipercor de Barcelona y comete la mayor matanza de su historia: veintiuna personas pierden la vida y un centenar resultan heridas. En una apuesta sin precedentes por el militarismo puro y duro, antes de que finalice el año, el 11 de diciembre, un comando terrorista coloca un coche-bomba frente al cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza y causa otros once muertos, cinco de ellos niñas.

Dispuesto a impedir aquella serie de barbaries, en abril de 1988, en el congreso de HASI celebrado a puerta cerrada en la localidad guipuzcoana de Cestona, Ziluaga encabeza una candidatura en oposición a los terroristas. Sus miembros están decididos a exigir a la cúpula de ETA que supedite su acción a la línea política. Acto seguido, Kepa Embeitia Urtuondo, un joven de veinte años presente en la reunión, se coloca una capucha, sube al escenario y anuncia que va a leer un comunicado en nombre de ETA. "La organización armada revolucionaria vasca de liberación nacional -declara, en tono de solemnidad- no va a tolerar que se cuestione su liderazgo ni su papel como vanguardia del Movimiento de Liberación Nacional Vasco. La ejecutiva que acaba de ser votada constituye un elemento corrosivo y un cáncer liquidacionista que busca la división del movimiento y solo contribuye a dar bazas al enemigo. Por tanto, utilizando el voto de calidad que ETA ostenta dentro de HASI, la nueva dirección queda disuelta y se va a proceder a la elección de una nueva". Y allí mismo, sin que nadie se atreva a cuestionar la decisión de los terroristas, se expulsa a nueve de los integrantes de la ejecutiva y se nombra un nuevo Comité Central. Meses más tarde, ETA expulsa a un centenar de militantes revisionistas de HASI y, posteriormente, disuelve el partido y lo integra en KAS. Los hechos expuestos revelan con toda rotundidad la dependencia, sumisión y entrega de HASI, KAS, HB y de todo el conglomerado de siglas del mundo abertzale a los postulados de la banda terrorista ETA. Es la organización criminal la que da las órdenes, la que designa sus comités ejecutivos a dedo y los elimina de la misma manera a la mínima disidencia posible.

Aquellas movilizaciones, en las que se mezclan antiguos etarras, familiares de presos, miembros de Gestoras, viejos carlistas y nacionalistas irredentos, recorriendo durante tres semanas enteras todos los pueblos de la geografía vasca, donde son acogidos y aclamados multitudinariamente, comiendo lo que les ofrezcan y durmiendo donde se tercie, unas veces a la intemperie y otras en albergues o tiendas de campaña, y entonando permanentemente canciones patrióticas que evocan gestas pasadas o historias mitológicas, fue el germen de lo que sería en el futuro Herri Batasuna.

Una vez movilizada la sociedad hacia las tesis de ETA, solo faltaba recoger la cosecha. Por eso, tras un período de reflexión, el 24 de octubre de 1977 los principales instigadores de aquella marcha se reúnen en Alsasua y deciden dar coherencia política a aquel gigantesco movimiento de rebelión e insurrección que han organizado.

El 25 de julio de 1980, día de Santiago Apóstol, una docena de miembros de ETA, vestidos de guardias civiles, asaltan el polvorín de la empresa Explosivos de Riotinto, situada en Soto de la Marina (Santander. Valiéndose del factor sorpresa y de la escasa vigilancia existente en la zona, en pocos minutos cargan más de siete toneladas de Goma-2, cables, temporizadores, detonadores y todo un arsenal destructivo en un camión, y parten con rumbo desconocido.

Durante los años 90 y 91, en una serie de operaciones espectaculares realizadas en España y Francia capturaron a los números dos de todos los aparatos de ETA. Cuando sus lugartenientes estaban en la cárcel, el 29 de marzo de 1992 deciden ir por su cúpula y, junto con la Policía Judicial francesa, proceden a descabezar a la banda armada en Bidart, en una operación cuyos pormenores se detallan en otros capítulos. Cuarenta y ocho horas más tarde, la dirección de HB celebra una reunión clandestina y, tras analizar la situación, decide tomar provisionalmente el relevo de los mafiosos hasta que ésta pueda reconstituirse. Así lo anuncian, en un comunicado público, los cinco concejales de HB del Ayuntamiento de San Sebastián ese mismo día al finalizar el pleno de la corporación: "El grupo de concejales de Herri Batasuna (HB) quiere expresar su emocionado homenaje de agradecimiento a los presuntos militantes de ETA... los concejales de HB vamos a revisar nuestra postura de abstencionismo y no boicot al Tour de Francia, que debía iniciarse dentro de unos días en Donostia. Declaramos firmemente que, en la medida de concienciación y de movilización activa, procuraremos que Europa se entere de que Donostia no es la ciudad turística del norte de España sino una ciudad vasca, sojuzgada, sometida y ocupada militarmente por el Estado español".

De esta manera, España es uno de los pocos países del mundo donde la mitad de los miembros del Parlamento de Gasteiz han estado en la cárcel por asesinatos, extorsiones y secuestros, y un diputado constitucionalista puede estar tranquilamente tomando café con otro de Herri Batasuna mientras éste maquina interiormente cómo puede quitárselo de en medio, y no metafóricamente hablando. Y es que de los cerca de dos mil cargos electos que ha tenido la formación abertzale en su historia, más de cuatrocientos cincuenta ex miembros del Congreso de los Diputados, parlamentarios europeos, autonómicos, diputados forales, alcaldes y concejales han llegado a la política desde la escuela del crimen, tras aprender a apretar el gatillo y practicar el tiro al blanco sobre militares, guardias civiles, policías, políticos y periodistas, a los que pretenden expulsar por la fuerza del País Vasco para construir su Arcadia feliz.

El tribunal considera que los miembros de HB han cometido un delito de colaboración con banda armada, ya que "los acusados, al ceder a una organización terrorista espacios electorales gratuitos que les corresponden como formación política, asumen sus postulados y prestan un apoyo incondicional a ETA, que se propone dominar por el terror a la sociedad para imponer sus criterios a través de la sinrazón y la violencia". Y los condena, como se ha reseñado con anterioridad, a seis años de prisión. Sin embargo, no procede a la disolución de HB como asociación ilícita, tal y como propone la Asociación de Víctimas del Terrorismo, anticipándose en varios años a lo que haría el Gobierno.

Uno de los máximos responsables del comando "Madrid", Juan Manuel Soares Gamboa, lo ha dicho claramente: "Cuando entras en ETA se acaba la democracia. La última decisión democrática que tomas es la de entrar o no entrar. Si entras, cuando se acabe el romanticismo revolucionario, decidas que ya basta de violencia y quieras salir de la caverna del monstruo, te encontrarás que no podrás abandonarla. Porque en ETA se entra pero no se sale, salvo pagando un precio extremadamente alto, para algunos su propia vida"."Es menos escandaloso fusilar a los traidores que fusilar enemigos. No podemos ser bondadosos porque los errores de la bondad del alma son la peor de todas las cosas. Nuestra verdad es la verdad absoluta. No permite la más mínima duda y justifica la eliminación de los enemigos reales o virtuales", afirma la banda terrorista en 1963.

Mientras los hijos de los dirigentes del PNV acuden a colegios de pago, regentados mayoritariamente por profesores titulados, en el sistema público de educación y muchas de las ikastolas, dejadas en manos de antiguos etarras o de profesores abertzales, se ensalza el terrorismo y se enseña a los alumnos a odiar todo lo español. En un afán de no crearse problemas, el PNV ha entregado la mayoría de los centros educativos a ETA y su entorno, propiciando que algunos libros de texto sean tan peligrosos como la boca de los fusiles, y el ochenta por ciento de las escuelas públicas, donde no se enseña el castellano ni como asignatura, se hayan convertido en el motor principal de la construcción nacional.

Las primeras asambleas se planificaron en una iglesia. Uno de los primeros en justificar moralmente el terrorismo fue un franciscano desde Caracas. Los primeros asesinatos se decidieron en el templo de Dios. Un monje benedictino Txikia fue una de las primeras alimañas asesinas. Los primeros empresarios aterrorizados que acudían a Francia a pagar el impuesto revolucionario eran enviados a entrevistarse con ETA desde la sacristía de Sokoa. El primer zulo de ETA para ocultar a un ser humano se hizo en la casa del cura de Ibarruri (Vizcaya). El primer dinero de los atracos de ETA se guardó en los jesuitas de Bilbao. Los primeros huidos se escondieron en la iglesia del cura Lucas Dorronsoro, en Gaztelu (Guipúzcoa). Si no fuera por la tela de araña tejida en el seno de la Iglesia vasca, semillero del nacionalismo intransigente, el PNV y algunos abogados de ETA no existirían tal como los conocemos hoy. Los prelados han contribuido a la extensión y el arraigo de un odio profundo sembrado a conciencia entre caseríos y campanarios, y lo que es peor, han pasado a los hechos cobijando, encubriendo, amparando y alentando a terroristas en secuestros, extorsiones y atentados. Y que para los obispos de Bilbao, Ricardo Blázquez y Carmelo Etxenagustia (auxiliar); de San Sebastián, Luis María Uriarte, y de Vitoria, Miguel Asurmendi, es posible equiparar a víctimas y verdugos, repartir culpas por igual entre asesinos y responsables políticos sin que la sociedad se sienta ultrajada, zaherida, discriminada y maltratada por los pastores de una Iglesia que pretende ser universal y velar por la dignidad humana. Y las personas que facilitaron la ultima información para cazar a las víctimas fueron curas (NOTA de Jorge: como la securitate rumana de Ceacescu).






ETA, El saqueo de Euskadi
José Díaz Herrera y Isabel Durán Doussinague

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