EL MADRID OLÍMPICO DE ESPAÑA

Déjate de tonterías en nuestro aniversario y llévame al balneario de Hyères desde la Puerta del Sol después de los juegos olímpicos de Madrid.

Asclepius y Hygieia eran los protectores de la salud de las divinidades pidamos nos la den a los madrileños tan aperreados para ver en el futuro ese acontecimiento.

Hagamos a los madrileños hiperbóreos en este milenio para que nuestra ciudad llegue a ver otros juegos olímpicos en el año 3210 con todo el esplendor del palco de la Cibeles y las fuentes de Recoletos.

La domesticación de la vaca en Anatolia y la del asno en Egipto y la del cafre en Madrid fueron decisivas para el asentamiento humano ya que de ellas tres se obtenía beneficio y ayuda.

Esos gordos sebosos como el Ignatius de La Conjura de los Necios que todavía tienen bemoles de ponerse gorras rojas de University of Firenze y camisetas negras de Medal of Honor como sublevación inmóvil y no moverse de las paradas para que todos los autobuses de la EMT los contemplen como que las que tienen napia babilónica trabajen en la Torre Europa y Dios me libre de todas las cenicientas del Palace como de la expansión del universo ca-la-la-la-ná de Gamow y pásame la gamuza rumana por mi parabrisas cuando aparque el coche histórico en el Museo de Ciencias Naturales y que tus ganancias sean muchas para la hucha de tu casa.

Tyrone Power murió en Madrid de un ataque cardíaco mientras rodaba Salomón y la reina de Saba y por eso les van a dar higos de Poyales del Hoyo y porcino y ovino de Poyatos y agua de Poza de la Sal y misa en Pozaldez para que no se nos mueran los olímpicos cuando vengan aquí.

El primero en diseñar una carta de Navidad, el primero en remover un tumor de la espina dorsal, el primero en proferir el comunismo en España, pero la melodía de los hombres de Drácula del régimen soviético no suena en el metro de América ni sus mujeres son funcionarias repartiendo los billetes y poniendo los cortapujos al pueblo de Madrid.

Potemkín y Potocki hicieron lo mejor por el pueblo eslavo y consideraron ir a España como un mágico viaje donde encontrarse con lo exótico, lo macabro y lo onírico pero yo por el metro de la capital no veo más que gente nerviosa y sin control como si fueran griegos y argentinos y el Potosí laboral todavía no lo ha encontrado el gobierno.

Las clases sociales tienen su poder pero no tienen tanto dinamismo y te damos un Gloria cada vez que se abre la puerta a alguien para que ascienda en la escala social pero ahora mismo tenemos una masa que transita por todos los corredores de la ciudad y a la que se la va a dar de comer mierda para las fechas de los juegos olímpicos del siglo veintiuno y año veinte.