MADRID Y BARCELONA X

Somos multitudes por Madrid/ nuestros pasos son como unas hileras de velas,/ a veces una mala corriente las apaga todas/ hasta pasados dos días/ decir que la gente es simpática/ es ofrecer en el mostrador algo positivo/ como cuando ves pasar un carruaje antiguo de color amarillo/ por la Puerta del Sol/ en un día de mucho calor.


El Archivo General de Simancas bien podría guardar la documentación de los guardasellos, los guardacontratos, los guardarecetas y los guardatítulos... todos ellos consejeros del Estado de la Nación en política de economía de austeridad y de guerra y también los papeles de ataque del equipo de Guardiola.


Pudiera ser que este mes de julio tengamos otra Semana Trágica en la Ciudad Condal porque un gobierno popular de moderados y liberales eclipsarán en un noventa por ciento al catalanismo, en un momento de crisis política, de mal funcionamiento constitucional, de crisis social y de llamada a pechar con los impuestos reservistas y que de como guinda de Maura pasemos al correpasillos de Canalejas.


En 1808 con la invasión napoleónica de Catalunya el pintor Joseph Flaugier que conoció en París a David se afincó en la ciudad condal con los principios del academicismo del neoclasicismo francés no por ello dejando de lado el género religioso con su Coronación de la Virgen ni obviando el mitológico del Prometeo de Tarragona ni el político de sus retratos de Napoleón y de su hermano José.


Los musulmanes ponían los nombres de sus queridas en las colinas como Medinaceli, Medina Azahara, Xauén, y Zabira y Zabulón con lo que propiciaban el saqueo de la ciudad verdadera, y así el Jorgón no beneficiará a Madrid.


Recreativos de juegos Eurovegas con música orgiástica y estridente bombástica, uno juega, dos recoge tickets, tres elige tu premio, y el madrileño con buen pie no se fía de esta gente.


Entre curvas, frenazos y tirones el interurbano nos lleva al centro de la plaza de Neptuno, y entre aguantando, sufriendo y llorando nos lleva el gobierno al año, y a ver si el santo san Isidro con pan y una buena moza nos lleva a la pradera.


Alguno de nosotros piensa una o dos veces al año, pero más no piensa, si es que no te pierdes nada abrazando el cristianismo y sacándolo a pasear por los jardines del Canal de Isabel II porque la religión que es mona luce en las calles y las plazas madrileñas.