Necesitamos de un partido político como de la sana doctrina de Jesús, no tenemos que hacernos rojos para estar con el pueblo, ni tenemos que quemar iglesias para cambiar la sociedad, que cada uno haga en su casa lo que pueda, que por donde ande se vea que es bueno y cristiano hasta la cruz, y por mucho que se aleje del país no se pierda, y quitémonos esta doblez que no reconoce a la verdad contrastada con la vieja sabiduría.
Todos los genios de todas las épocas desde los filósofos griegos, los alejandrinos egipcios, los califas islámicos y los científicos europeos hicieron sus Academias para enseñar la nueva técnica a los altos escolares así nosotros los académicos de la crisis pedimos para este siglo una Academia de las Falsas Políticas y de los Políticos Especímenes para estudiar el transcurso de este mundo y poder modificarlo antes de que se muera una generación de individuos.
La palabra socialista tiene dos semas para destruir del todo lo ya destruido que han dejado la nación desde que empezó la democracia y para que no quede nadie con vida en este país y que desaparezca lo hispánico de la faz de la Tierra y el tercer sema es que participan de la unión con los enemigos.
La palabra popular tiene cuatro semas para ahorrar los gastos del Estado, para acabar con la ideología socialista, para consolidar el que todos seamos socialdemócratas y para echar por la borda a la gente de malvivir y vicios que hacen daño a los españoles y a la patria España y que abundan como una plaga.
De la diosa Austeridad pasaremos a la diosa Abundancia si es verdad que el presidente de los españoles Mariano Rajoy tiene ese poder personal que de momento no figura en las monedas del euro europeo y español, y si bien con Angela Merkel en el reverso se pudiera comprar la paz y todos los productos básicos de la cesta de la casa.
Al pueblo lo tratan como a perros en Delicias y está constantemente desautorizado, pero yo creo en la bondad natural de ese pueblo que perdona y olvida las faltas de sus semejantes, y soporta con paciencia los sufrimientos y es listo para no dejarse devorar por el infortunio.
Los almendros son dulces y amargos, de los que se cogen con la mano y se devoran, y de los que se dejan caer y se abren a solas, así si el árbol descansa y duerme en paz más períodos de atención le damos los españoles al gobierno.
Los socialistas quieren con los populares hacer cuartetos de rimas cruzadas pero todavía no han conseguido estos serventesios y sus versos siguen siendo de arte menor, por mucho que los de aquéllos aparecen con pocas palabras y casi mudos, pero esto parece lo más apropiado para los tiempos de empeño que corren, que ya llegará el ritmo de soltarlos a cabalgar, y de castellanos correrlos como a italianos.
No podemos pasarnos copias de romances alejandrinos de lo que hace de Guindos pero queremos que lleguen más lejos y que al revés no sea la patria cercada por las tierras vecinas, pero Europa dónde está sino en un Atlas de saltos de primaveras árabes, y de inmigrantes negros enviados a galeras y díganme si hay alguien en su sano juicio.
El número 365 corresponde al valor de las siete letras griegas de ABRAXAS que se inscribían en amuletos y gemas con la creencia de que tenía cualidades mágicas y tantos órdenes de espíritus como días tiene un año pero en español sería BARAJAS y nuestra manía de jugar a las cartas con las propuestas de nuestros políticos siendo nuestro Rajoy el Rey de Espadas, pronto el de Copas, quizás el de Oros y nunca el de Palos.
Hasta que no nos empalen a todos y el toro no ensarte al torero en la talanquera no cesarán los populares en bajar a las profundidades de la fosa Mariana en busca de la lombriz que sirva de cebo al cachalote de los mercados del capital y con ella comeremos seis meses sobre una isla de Stevenson donde luego descubriremos un tesoro de los galeones españoles.
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