Buenos Aires, 15 Dic (Notimex).- El presidente de Argentina, Mauricio
Macri, provocó un escándalo al imponer por decreto a dos jueces en la Corte
Suprema de Justicia e incumplir así su promesa de respetar la institucionalidad
y la independencia de poderes.
Apenas cuatro
días después de haber asumido como presidente, Macri contradijo su convocatoria
al diálogo y la conciliación que utilizó durante la campaña y que le permitió
derrotar al kirchnerismo, que era criticado por la oposición política y
mediática por su presunto “avasallamiento” sobre las instituciones.
La Corte
Suprema operaba hasta ahora con tres jueces, ya que otros habían renunciado o
fallecido, pero el procedimiento normal implica que el presidente propone a
candidatos ante el Senado para su aprobación o rechazo.
Pero por el
contrario, Macri decidió apoyarse en un vericueto legal para designar por
decreto, sin ningún tipo de consulta ni respeto por el Congreso, a los juristas
Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
“Es una
barbaridad, un abuso de autoridad”, advirtió el exjuez de la Corte Suprema,
Raúl Zaffaroni, tras señalar que este tipo de imposiciones “no afecta la
democracia, afecta a la República directamente”.
El abogado
constitucionalista Daniel Sabsay, quien fue un fuerte crítico de la expresidenta
Cristina Fernández, reconoció que ni siquiera a ella “se le ocurrió algo tan
disparatado”, porque la última vez que un presidente designó jueces del máximo
órgano de justicia fue en 1852.
“Todos los
pasos que dio Macri me han emocionado hasta las lágrimas y esto me horroriza”,
dijo al reconocer su simpatía por el presidente pero, al mismo tiempo, alertar
que los jueces designados no podrán tener independencia del poder Ejecutivo.
Otro experto
constitucionalista, Roberto Gargarella, precisó que el decreto macrista entra
en conflicto con la Constitución y es inconveniente en términos políticos
porque pone en riesgo de modo innecesario a los jueces designados, por lo que
debe corregirse.
El exministro
de Justicia, Ricardo Gil Laavedra, consideró que “es una equivocación, un error
grave, y sienta un precedente muy funesto, muy malo, porque cualquier
presidente podría durante el receso nombrar jueces, y al año siguiente, durante
otro receso, podría volver a nombrarlo, y así tendría jueces suyos todo el tiempo”.
Agregó que
"en un momento en el que estamos todos esperanzados en recobrar la buena
marcha institucional, las decisiones ajustadas a derecho, una actitud de este
tipo me parece que es un paso en falso grave, es un error y una lástima porque
todos estamos aportando a la normalidad institucional, y esto no aporta
nada".
La excandidata
presidencial Margarita Stolbizer coincidió en que ni siquiera la ex presidenta
“se animó a tanto”, porque la designación de jueces por decreto representa un
“enorme retroceso institucional”.
En defensa de
la polémica decisión, el ministro de Justicia, Germán Garavano, aseguró que es
un mecanismo contemplado en la Constitución Nacional y que lo importante es
analizar el perfil de los nuevos jueces.
Sin embargo,
reconoció que él mismo le advirtió a Macri que el mecanismo podía ser
cuestionable, pero el presidente igual decidió hacer los nombramientos.
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