El hombre ha alcanzado un nivel de adaptación tal que ha de atravesar una larga etapa de dependencia respecto a sus padres, durante la cual debe asimilar las técnicas propias de la cultura en que vive y desarrollar mediante ellas sus aptitudes innatas. Semejante proceso puede fracasar a consecuencia de innumerables dificultades y conflictos. Es interesante subrayar la vulnerabilidad de los mecanismos sobre los que se apoya el proceso de adaptación: el desarrollo humano gravita en torno al lenguaje, al sistema lógico y a la capacidad para comunicar y colaborar con las demás personas. Los conceptos lingüísticos y lógicos no son innatos, sino que constituyen un instrumento adquirido para resolver los problemas vitales mediante los contactos interpersonales y la selección de las vivencias. La corrección y la estabilidad con que se aprenden los sistemas semánticos dependen en alto grado de la actitud de los padres, ya que la coherencia de sus comunicaciones ayuda a resolver los problemas cotidianos y a entablar relaciones emocionales normales.
Existen innumerables situaciones en las que semejante proceso se ve truncado. Cuando el niño se enfrenta con un conflicto insuperable, cuando su desarrollo tropieza con alguna barrera infranqueable, o cuando ni siquiera la regresión le aporta la menor ayuda, debido a que desconfía o recela de aquellas personas de las que habría de depender, solo le queda una alternativa: alterar la percepción de las necesidades y motivaciones, tanto propias como ajenas; abandonar la lógica causal, transformar las vivencias íntimas, refugiarse en una etapa de la infancia durante la cal imperaba la fantasía, e interrumpir el desarrollo encaminado hacia un visión realista del mundo; en una palabra, VOLVERSE ESQUIZOFRÉNICO.
Semejante solución se halla tan al alcance del hombre, y en particular de aquel que se ha guiado siempre por pautas imprecisas o ambivalentes, ha recibido fundamentos lógicos inconsistentes y ha sido sometido a un educación irracional, que han de considerarse como accidentes inevitables del desarrollo humano enfermedades tales como la esquizofrenia.
Resulta, por tanto, imprescindible una colaboración de los psiquiatras y demás especialistas en las ciencias de la conducta, basada en la aceptación de que las reacciones esquizofrénicas derivan de su tipo anormal de socialización y de que la familia constituye el primer modo de aculturación del individuo y que éstas no deben ser familias patológicas.
ENCICLOPEDIA INTERNACIONAL DE LAS CIENCIAS SOCIALES
December 09, 2015
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