February 18, 2014

LA FIDELIDAD DE LOPE DE VEGA

CONDE Necio;
pues respóndeme: ¿qué cosa
la puede hacer más hermosa
que no tener su honor precio?
La mujer que está guardada
y guardare bien su honor,
para siempre en más amor
vive, y vive más honrada.
La que se deja llevar
y vencerse cual mujer,
ésa no se ha de querer,
ni nadie la ha de estimar.
La mujer es noble y fuerte;
la vida me ha de costar
o la tengo de gozar.
Mira tú el modo o la suerte.

CONDE Pues yo, señora, aquí vivo
con un amor verdadero.
Y pues tan dichoso fui,
que hallé el tesoro perdido
que desprecia tu marido,
merezca gozarle aquí.
Déjame, mi bien, que afrente
al que tiene y desprecia;
no seas casta Lucrecia
con quien deshonra no siente.
Quien no te tiene en sus brazos,
casada, dadas las doce,
no es bien que al alba te goce,
ni al sol, que desparte abrazos.
Yo solo te merecí,
y no el traidor que te deja,
casada hermosa, con queja.
LISBELLA No vivo yo aquí ¡ay de mí!;
pero vive en esta casa
una mujer hechicera,
por quien ordena que muera
este fuego que me abrasa.
Ésta goza en dulces lazos.
Llegad, señor, y llamadle,
y si no, subí y quitadle,
no me ahogue entre sus brazos.
CONDE ¿Que no es vuestra casa aquésta?
Pues id, mi bien, a la mía;
goce yo de una alegría
que ya tan cara me cuesta.
No os goce quien no os merece,
sino aquel que por vos muere.
LISBELLA No hagáis que me desespere
con la pena que me crece.
Dejadme, que daré voces
con el furioso accidente.
CONDE ¡Qué bien llora y qué bien siente,
casada!
LISBELLA No me conoces.
Casada y perdida estoy.
CONDE Hónrate, honrada, conmigo;
no aguardes a ese enemigo,
por quien yo sin vida estoy.
No quieras a tu marido.

LEONARDO ¿Qué, sin acostarse está?
¡Oh, mi bien!¡Oh, mi contento!
¿A tal hora estás vestida?
LISBELLA Rezando estaba por vos.
LEONARDO Si tal ángel ruega a Dios,
segura estará mi vida.
Toma esta capa y espada.
LISBELLA ¿Venís, mi señor, cansado?
LEONARDO Ha habido, amiga, en el Prado
una música extremada.
Nunca quieres ir allá;
que hay mil regalos y coches.
LISBELLA Para dormir son las noches;
bien estoy, señor, acá.
Descalza aquí a tu señor.
¿Queréis que entre algún criado?
LEONARDO No me siento muy cansado;
empero traigo calor.
LISBELLA ¡Con qué corazón fingido
regalos me viene a hacer!
¡Desdichada la mujer
que así goza de su marido!



La bella malmaridada, Lope de Vega

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