La dignificada belleza de Livia Drusilla no la tiene el enterrador Mas y el Señor Cangrejo resulta catalán y se va a freír en la sartén este año.
Después de la masurca de Mas vendrá el matachinas de Mataró y el Mau Miau madrileño.
No sé lo que tiene en la cabeza Mas pero le va a pasar lo mismo que a las tablas del astrónomo catalán Petrus Engisberti de Rucherna al servicio del rey aragonés Pedro el Ceremonioso que con el tiempo perdieron utilidad y dejaron de utilizarse.
La diferencia está en que Madrid tiene la A de María y Barcelona tiene la Z de Marja o Majorana.
En la mitología griega a Marsias se le ató de un árbol y se le zarandeó de un lado a otro y esta estatua favorita de los romanos estaba en el Foro así pongamos esta nueva estatua con denominación de Cataluña en el Parlamento y luego pongamos la vasca del San Sebastián sin que se alteren las musas amorosas de Lope de Vega y dice unas cosas este colibrí del palco.
Es el pronunciamiento de una opinión autonómica que se transforma en aspiración de los políticos catalanes respaldada por la mitad del pueblo de Catalunya y que busca una mayor preponderancia de los líderes de ERC y CIU y tan golpista como el de Prim en Reus y el de Tejero en su asalto al Congreso de los Diputados.
La gente que se quiera creer la mentira del mensaje de exclusividad de Catalunya y aceptar la nueva doctrina política del Gobernt y la social que vendrá sepan que será de un régimen nacionalista autoritario que manipulará continuamente la información para sustentar la propia existencia y que aniquilará a los opositores internos y no me explico cómo los catalanes no se resisten a esta propaganda de aguja hipodérmica de Mas y los suyos a no ser que la cultura de masas sea aún más amorfa y manipulable en las autonomías sin el espíritu de crítica inherente de Madrid cuando el suyo es propágulo y ciego.
Los rusos como el compositor Glinka que pasan una noche en Madrid y viajan por Castilla se hacen más nacionalistas al regreso a su tierra después de escuchar el arte del piropo y lo mismo les pasa al catalán y al vasco cuando toman un vermut en la Plaza Mayor que se van por el Arco cogiendo un pincel del suelo para su bandera mientras que el gallego y el andaluz disfrutan de la hogaza de pan y de la rica agua y sirva esta glíptica ibérica y fingida de aviso a los que así lo sientan y lo vean de turistas por la península.
February 03, 2014
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment