Y A CUARENTA DE CALOR A TODA MARCHA EN MADRID

Si Madrizeleño fuera un termitero y un leño podrido/ la infancia y la adolescencia dan paso a la madurez/ que da paso a la vejez/ y solo la muerte interrumpe este proceso de escritura.

Lo que nos interesa es que el organismo esté vivo y progresando y a mí me supura el pene en verano y cuando hace mucha calor no se está a lo que se debe estar y el semen se convierte en glicerina trinitrate y encima esas tritonas-troteras-trotonas apolcándose en el metro de Madrid y preferiría estar en el desierto ártico del Gobi.

 Hay un público basto al que le gusta en vacaciones los escritos correosos con macuto de cuero de Arcadi Espada y Sánchez Dragó pero no sé cómo veraneamos a gusto si tenemos que volver al horror de nuestras ciudades ya sean Lisboa y Madrid y ya empiezo a respirar el humo de un millón de coches recalentados en las carreteras.

Tienes más rollo que el amigo y el amado de Ramón LLull así que leeré tu libro antes de que termine el trayecto del metro pero las mujeres occidentales no es que no vayan con velo es que van con la pierna destapada en los asientos del metro de Madrid y así a ellos les cuesta leer libros sentados a su lado por lo que deberían dividir los vagones en tres partes y reservar los últimos para los que no quieran leer y uno completito para las de los mini vestidos etruscos.

Hay chicas que tienen piel de jamón ibérico con las que desaconsejan tener hijos porque saldrían muy mantecosos, poco firmes y delgados, y con huesos de cristal pero que no digan esto de ti ni de tu hijo así los clientes de Bankia no pueden tener piel de muerto porque nunca te gustaría que dijeran de tu banco que es un Tanatorio.

 No sé qué te pasa en la boca chica para que hables así y que digas que todos los chicos somos iguales yo no soy un presunto violador del Eixample y a este hombre pagafantas que te acompaña y que te escucha lo estás convirtiendo en una chochona llorona que habrá que tirarlo a la fuente para que remoje a los delfines rococó y sirva de provecho y deja la cháchara de las mesas de las señoras de tu clase en el bus y déjale a él solo a ver si se la pela con el calor y pasa de ti que ya ve la boda cercana y a ti como hermana y los niños que traiga la cigüeña para pasar la experiencia de vacaciones literalmente todos juntos y a la primera ella toda contenta como un gibón macanudo y me voy y que te cague un pájaro este verano en la sien.

En el bus me siento siempre donde están las ruedas y donde se vuelcan todos los baches y no sé por qué quizás porque en esta mi segunda casa me estilo como en la primera.

Esto no tiene solución con tanto coche con desvarío por aquí y por allá rodeando La Menina que ni un Niño Gulliver desde arriba no entiende el atasco formado en fila al colegio y al trabajo en invierno como si no tuviéramos más narices que soportarnos los unos a los otros todos los días y si te tiran a dar acabas dando tú también.

Todo el que visita España coge malas costumbres en el regreso a Londres como el no querer trabajar y hacerlo a regañadientes. Y en verano en la ciudad malas maneras y todos picados como en la carretera de Colmenar.