Cómo sería la Ciudad donde No Se Consume donde en ningún lugar había tiendas ni maquinitas para consumir y donde estaría prohibido comprar y vender donde todos los cumpleaños se pasaría muy mal sin regalos y sin que nadie pagara por ti.
El autorrespeto y la estima social de los individuos están estrechamente ligados a su nivel de consumo en comparación con otros individuos de Alcobendas por eso yo iba a comprar al Carrefour cinco cosas: la manzana que me troceaba con el cuchillo a pedacitos al caer la noche, la coca-cola zero que me bebía a traguitos al día siguiente de calor, la onza de chocolate cada tarde de invierno y el chato de vino Cotos y la bolsa verde de basura con autocierre para llevarla ahorcada así al contenedor antes de acostarme a las once.
Veo a ese que saca el brazo por la ventanilla del coche y los que van de pie en el autobús pero la humanidad no puede ni siquiera elegir los bienes de consumo para sobrevivir, el consumo es un artificio y los subsaharianos entran por nuestras fronteras para consumir y la sociedad de consumo o sociedad consumista abre sus expectativas con la sociedad de la información.
Un McFlurry en un coche pidiendo una hamburguesa a la altura de la ventanilla del mismo copiloto y la nata y la fanta son hermanas en el McDonalds pero no tienen hueso de aceituna.
Siempre pensé que la intelectualidad estaba en los cines de Alphaville y en leer libros esperando nuestro amor en la Plaza de los Cubos, suena el organillo del gitano en el metro y el mundo consume desmedidamente, y las monjas con sus túnicas blancas reciben el agua fresca de la gente y siento yo las piernas cuando ponen la cara de nuestra novia zampabollos en la Virgen de Fátima.
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