Uno tiene que mantenerse borracho de escritura para que la realidad no lo destruya. Porque escribir facilita las recetas adecuadas de verdad, vida y realidad. La fiebre, el ardor, la felicidad que encontramos en el acto de escribir.
Los horrores que nos dañan directamente en nuestros familiares y amigos, o a través de los periódicos y la tele.
Si uno escribe sin garra, sin entusiasmo, sin amor, sin divertirse, únicamente es escritor a medias. Significa que tiene un ojo tan ocupado en el mercado comercial... que no está siendo uno mismo. Ni siquiera se conoce.
¿Cuáles son las mejores y las peores cosas de su vida y cuándo saldrá a susurrarlas o gritarlas?¿Qué es lo que más quiere en el mundo?¿Qué ama, o qué detesta?
En la rapidez está la verdad. Cuanto más pronto se suelte uno, cuanto más deprisa escriba, más sincero será.
February 01, 2012
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