Te digo un piropo bonito,/ si bajas embarazada de noche por enmedio de la calle silenciosa,/ ten cuidado,/ súbete a la acera,/ no sea que ese de la bicicleta con la rueda pinchada/ piense que eres la línea abortista a seguir.
Los freudomarxistas y el Erich Fromm de la antipsiquiatría contra las prácticas psiquiátricas represivas nos igualaron a todos por el tema sexual pero es la ética y la moral de los asuntos diarios la paralela que iguala nuestra conformidad con la tranquilidad anímica en estado de reposo en nuestras casas y en el salir a paseo para hacer un recado.
Los jóvenes que llevan coches blancos y juegan a ángeles y demonios, y esos jóvenes con la mentalidad de la inteligencia kit-kat, y a ellas ya no les importó el no bailar y ellas se fueron casando, y así fueron colocándose las parejas y los matrimonios y vinieron la lata de los niños, para producir más jóvenes cachorros presos exquisitos de la diosa Fortuna.
Cuantos hombres son azuzados por las mujeres para ir en primera fila para los asuntos de ellas y cuántas mujeres burguesas hurgan en las papeleras del metro sino fuera porque las mujeres limpian la suciedad y son la fuente de hermosura de las calles de Madrid.
Hay muchos escaparates de Serrano en que yo no miraría para no sentirme ofendido a no ser que quisiera cubrir a mi mujer rusa y a mis niñas de diamantes para llevarlas a Portaventura, y mientras tanto que sigan mirando las damas frustradas de los andurriales que yo me quedo con las bellas de los patines de mi barrio.
El amor es añoranza y la añoranza muere cuando deja de haber motivo para su existencia parece decirme Hans Christian Andersen que nunca besó a una Madonna desde la plaza de Venecia con su patito feo y angelote de melancolía que no puede alcanzar a su amada, cantante de cisne y que quiere que se dé cuenta de que la ama y le dé las gracias, y la mujer debe estar con el amor, y una mujer que no es deseada ni amada no es nada.
Que una mujer con cara de gata te espante a todas las moscas, que con sus guiños te exprese que lo comprende todo, que encontró la bolsa de miel alcarreña y la guardó en el cajón bajo su ventana, con toda la seguridad de una catalana que a esas puntas las hace redondas, y que rehuye encontrarse como una francesa con no sé qué niño muerto, con la suavidad y la constancia de las olas mediterráneas.
En la Cosmocaixa de Alcobendas los niños querían alcanzar el Tao con los artefactos científicos, la luz, el agua y las vistas de medidas experimentales de la ciencia, y en verdad que quedaban más edificados que encerrados en sus casas atontados ante los dibujos animados de la tele, por lo que este lugar es un buen templo para pasar gratis dos horas el último domingo del mes y olvidarse de la macumba.
February 05, 2013
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