Es alucinante los
maleducados y sobradamente preparados que me han amargado en estas cenas
navideñas y esto es de la marca España.
La idea de tener cerca a la Virgen cuando voy al trabajo me llena del todo, y son los varones marcados por ella los más puros y bellos y gallardos e inocentes niños que pueden ejecutar labores heroicas.
Si dejara de rezar por mis hijos/ sería como tirarme piedras sobre mi tejado.../ Algo inminente va a suceder,/ por qué no tomas las riendas de los mandos,/ en la Nochebuena y en la Nochevieja se produce un enfrentamiento entre los valores supremos/ entre los que son de la familia y los que no son de la familia,/ y tú dime joven de qué bando te haces partidista/ cuando ya no vengan los regalos/ ni vengan dos hijos/ y si Dios te dio trabajo/ si antes de que pasara el tiempo,/ te propusiste tener familia/ sin dejar correr la historia,/ y tú con tanto orgullo de ti mismo/ no puedes rezar por tus hijos futuros/ porque sería tirarte piedras sobre tu tejado.
Qué esperaban mis padres que vendría antes de venir yo/ confiaron en su buena alma en el día en que nací,/ y con todo salió bien/ no os descuidéis padres en vuestra salud/ seguid confiando/ cual estrella que guíe mis pasos.
Voy a la comida de empresa,/ a preguntar por mi libertad/ con la edad todos los enemigos se me quitan de encima
Uno recibe cincuenta gotas de ceniza del Vesubio, como en la luna acumula cincuenta cráteres por impacto de meteoritos, a uno le gustaría tener un caparazón de caracol para moverse por el mundo, uno quisiera aislarse y no ir a ninguna parte para reconcentrar energías, no meterse en el meollo del hormiguero y escaparse de la zambra española, de las importunaciones y atribuciones de los demás, y lavar la cara y la ropa limpia de estas impurezas.
La idea de tener cerca a la Virgen cuando voy al trabajo me llena del todo, y son los varones marcados por ella los más puros y bellos y gallardos e inocentes niños que pueden ejecutar labores heroicas.
Si dejara de rezar por mis hijos/ sería como tirarme piedras sobre mi tejado.../ Algo inminente va a suceder,/ por qué no tomas las riendas de los mandos,/ en la Nochebuena y en la Nochevieja se produce un enfrentamiento entre los valores supremos/ entre los que son de la familia y los que no son de la familia,/ y tú dime joven de qué bando te haces partidista/ cuando ya no vengan los regalos/ ni vengan dos hijos/ y si Dios te dio trabajo/ si antes de que pasara el tiempo,/ te propusiste tener familia/ sin dejar correr la historia,/ y tú con tanto orgullo de ti mismo/ no puedes rezar por tus hijos futuros/ porque sería tirarte piedras sobre tu tejado.
Qué esperaban mis padres que vendría antes de venir yo/ confiaron en su buena alma en el día en que nací,/ y con todo salió bien/ no os descuidéis padres en vuestra salud/ seguid confiando/ cual estrella que guíe mis pasos.
Voy a la comida de empresa,/ a preguntar por mi libertad/ con la edad todos los enemigos se me quitan de encima
Este año he decidido dejar
la actitud neutral, me voy a poner guapo y hermoso para las chicas, ya que
existe el cine y todo se graba con cámara, voy a valorar a las guapas, a mirar
a esas guapas naturales según mi concepto de la experiencia vivida, con las que
podría compartir una vida, aunque ni lo busque ni esté disponible en el mercado
de la pareja, a mirarlas por fin pero sin ninguna lujuria apreciando su valía y
regalía, porque si ahí fuera se encuentra alguna belleza porque no admirarla y
como el Buscón don Pablos salir a la calle a encontrárselas, porque eso es
propio del varón que tiene buen gusto en la cata de lo igual pero cuyo secreto
lo hace agrio y final de partida, y así comprobar que entre tanta fealdad del
mundo se levanta una Friné, y pensar que si pasara rozándome a mi lado en la
plaza de los Cubos podría romperme el frenillo del bálano, y si me hago el
creído Zeus me dará todo por perdido.
Uno recibe cincuenta gotas de ceniza del Vesubio, como en la luna acumula cincuenta cráteres por impacto de meteoritos, a uno le gustaría tener un caparazón de caracol para moverse por el mundo, uno quisiera aislarse y no ir a ninguna parte para reconcentrar energías, no meterse en el meollo del hormiguero y escaparse de la zambra española, de las importunaciones y atribuciones de los demás, y lavar la cara y la ropa limpia de estas impurezas.
A mi perro lo llamé
Bruno porque sabía que iba a acabar mal harto de contemplar el mundo y cansado
de ver que nadie cambiaba ni el girar sobre sí mismo ni el dar de manotazos
sobre su lomo cuando se tumbaba a conceptuarlo y definirlo en su brillante viscosidad.
Todo se llena por su
peso al sentir de lo común/ y no puede alterar al próximo/ hasta la
exasperación sin recibir un alejamiento/ y una sobreinvasión,/ así los
pretendidos vapuleos caprichosos acaban en exasperantes soledades,/ y yo tengo
la zolusión/ para este año del marrón,/ del sapo marrón,/ del murciélago
marrón,/ y del oso marrón./ tomémosnos todas las uvas al toprón.
A ti no te sucede que sueñas con una mujer en la noche de Reyes y te la encuentras al día siguiente en la Venta Arias de Navacerrada y das gracias al Dios de la montaña por este acontecimiento en que los pájaros lo cantan entre pinares.
En estas pasadas Navidades el romano del Belén ha perdido la espada y el brazo.
A ti no te sucede que sueñas con una mujer en la noche de Reyes y te la encuentras al día siguiente en la Venta Arias de Navacerrada y das gracias al Dios de la montaña por este acontecimiento en que los pájaros lo cantan entre pinares.
En estas pasadas Navidades el romano del Belén ha perdido la espada y el brazo.
Al bailarín se le
pusieron la cabeza de serrín y los muslos gruesos, y como yo seguía dando
vueltas sin parar y haciendo piruetas hermosas, quiso caparme y me frenó en
seco para echarme un pulso y molestarme, porque él estaba hinchado y cada vez más
lento y yo ágil abriéndome paso a lo no corta el mar sino vuela, y eso es lo
que va a pasar con todos cuando nos miremos cara a cara en la cuesta de enero
que nos vamos a estorbar en la sincronización del baile gracias a estos patosos
adrede.
Yo nunca he estado en Iberoamérica ni en China, pero estos dos monstruos de Tasmania hay que verlos cerca de nosotros y mejorar sus sociedades sacando provecho así como un arquitecto alemán diseñó las calles de Chicago.
En 1900 Lewis Boss hizo un Catálogo de 6.188 estrellas avistadas entre el norte de Albania y el sur de Argentina, y cincuenta años más tarde su hijo Benjamin lo completó con 33.342 estrellas, y así es como el gobierno de los populares ha de ir captando fondos de aquí y de allá para equilibrar las cuentas del Estado español del 2060.
Yo nunca he estado en Iberoamérica ni en China, pero estos dos monstruos de Tasmania hay que verlos cerca de nosotros y mejorar sus sociedades sacando provecho así como un arquitecto alemán diseñó las calles de Chicago.
En 1900 Lewis Boss hizo un Catálogo de 6.188 estrellas avistadas entre el norte de Albania y el sur de Argentina, y cincuenta años más tarde su hijo Benjamin lo completó con 33.342 estrellas, y así es como el gobierno de los populares ha de ir captando fondos de aquí y de allá para equilibrar las cuentas del Estado español del 2060.
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