Lo que quiere salir,/ y no puede salir,/ qué tormento,/ de salido/ tiempo tormentoso y tempestuoso/ en la ciclogénesis de la crisis.
Los días de invierno me acuerdo de ella/ porque quiero envolverme en su abrigo./ Tú sabes que no quise hacerlo,/ que lo hice por ella./ Tú sabes que intenté no sentir/ y temí lo peor.
Sedimenta mujer que algo queda,/ llena mi mente de tus polvos,/ y déjame convertido en una figura de Pompeya./ Sementa hombre y de ella saldrá un varón y una niña como volcán dormido.
La amo mucho/ porque tal vez la descubrí tarde/ que si no la vi/ que si la intuí/ ella no es hermosa como la madrileña/ la amo mucho/ podéis tomar una mujer, dos, tres/ y hasta cuatro gritaba Voltaire/ mujer de una noche/ y mujer para toda la vida,/ la Mona Lisa francesa está mediotriste,/ mediocontenta y medioenfadada.
Yo estoy enamorado de él,/ yo sé que soy feliz con éste,/ si no fuera así,/ y hubiera otra persona que me diera más felicidad,/ me iría con aquel,/ eso me enseñaron es el amor,/ pero a ciegas no me voy,/ aunque el amor es ciego,/ no lo creo/ adónde me fui/ porque amor humano/ no es amor del fiel Dios/ por eso le amo y obedezco/ más a Él que a ti mujer.
Pasaremos por las impurezas los dos rendidos nuestros cuerpos en el lecho, como si hubiera que morir un poco para estar más vivos, tu cuerpo decente me inspira mucho amor, hagámoslo con cuidado y mucha ternura porque tú también lo quieres así, y si me das un hijo albricias seremos tres.
Lo que más me llama la atención es cómo reposan los rusos tumbados en las camas, eso requiere una gran labor intelectual y si se hace en silencio hasta una gran concentración casi del ajedrez y de los astros y dónde mamaron esta tranquilidad investigadora sino de la nieve y de las estepas y del sufrimiento paciente por la injusticia que es la madre de la ciencia.
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