Una vez acabada la conquista cristiana de la Península Ibérica, las distintas coronas cristianas, y muy especialmente Castilla y Portugal, mantendrán una constante disputa por la ocupación de las costas occidentales magrebíes, plasmada en la ocupación de Ceuta y otras plazas por los portugueses y de las islas Canarias por los castellanos. Esta disputa concluirá con el final de la guerra civil castellana que enfrentará a los partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.
Los portugueses poblarán también otras islas desiertas del litoral africano, utilizando como mano de obra a esclavos beréberes capturados en las costas del Sahara y Mauritania. En esta expansión litoral africana encontramos la importante figura de los lançados o tango-maos, miembros de las expediciones que eran dejados en la costa y que debían ser recogidos a su vuelta.
El Cuerno de África, situado en el noreste del continente africano, es conocido por este nombre por su semejanza con un cuerno de rinoceronte. Se encuentra situado a orillas del mar Rojo, enfrente de la península Arábiga, y del océano Índico, y linda con el altiplano de Kenia al sur, con las montañas de Nubia al norte y con el desierto del Sahara al oeste. A la llegada de los portugueses en el siglo XVI, encuentran en él un reino cristiano negro, en plena crisis y amenazado por el Imperio Otomano.
La llegada de los portugueses coincide cronológicamente con el crecimiento del número de los abisinios musulmanes, los jabartas, que se negaban a tributar al negus o emperador etíope, y con creciente presión que sobre el reino ejerce el poder otomano. Una vez tomado Egipto, los turcos estrangulaban las rutas comerciales tradicionales de Etiopía, llegando incluso a prohibir las relaciones entre la Iglesia Copta de Egipto con el patriarca de Constantinopla y el de Abuna, dependiente del anterior. También en esta época aparece un nuevo pueblo en el área, los galla u oromo, que actualmente suponen casi la mitad de la población etíope.
En el año 1578, el joven rey portugués don Sebastián partirá en secreto con destino al norte de África. El motivo era la ascensión al trono marroquí de Abd al-Malik, apoyado por los turcos, lo que suponía una amenaza para sus posesiones africanas y para la Península Ibérica.
(Convencido de que Portugal sería la salvación de la cristiandad amenazada, partió con 17.000 combatientes y, sin escuchar a los capitanes avezados en la guerra en estos territorios, se dirigió hacia el interior al encuentro del ejército marroquí. La batalla tuvo lugar en las proximidades de Alcazarquivir, convirtiéndose en un auténtico desastre para los portugueses, que perdieron a su rey sin encontrar su cadáver y a la mitad de sus efectivos en la batalla y a toda la nobleza, siendo la otra mitad capturada.)
May 22, 2012
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