July 11, 2015

POETAS DE LA HERMOSA MARÍA

Tú, que lo que perdió Eva
cobraste por quien tú eres,
tú, que nos diste la nueva
de perdurables plazeres;
tú, bendita en las mujeres
si nos vales
darás fin a nuestros males.

Tú que tenemos por fe
ser de tanta perfección
que nunca será ni fue
otra de tu concepción...

Tú que estavas ya criada
quando el mundo se crió,
tú, que estavas muy guardada
para quien de ti nació,
pues por ti nos conoció,
si nos vales
fenecerán nuestros males.
JUAN DEL ENZINA
1469-1529


Vos soys bien de nuestro mal,
remedio de nuestra pena,
de toda limpieza llena
syn pecado original...

Vos soys por quien quitado
el poder dell enemigo...

Vos soys el templo y morada
do todo nuestro bien mora;
de tristes, procuradora;
ante secula criada...

-Yo soy aquel santo templo
quel quiso santificar,
en que pudiese morar
aquel Dios, en quien contemplo,
y nos dexó por exemplo,
siendo Dios,
querer ser onbre por vos.
JUAN ÁLVAREZ GATO
Siglo XV


Madre siempre virgen,
siempre pura y limpia;
limpia concibiendo,
pura concebida...
aurora brillante,
alba esclarecida,
en quien nada es llanto
y en quien todo es risa...
fuente eres sellada,
escala sin ruina,
paloma sin hiel,
rosa sin espinas;
tierra sin tributo,
torre defendida,
arca sin naufragio,
vaso sin acíbar;
estrella sin noche,
vara no torcida,
espejo sin mancha
y nave sin scilla...
eres toda pulcra,
celestial María...
DIEGO DE TORRES Y VILLARROEL
Siglo XVIII


Cosas puras he cantado,
cosas puras he sentido,
y con ellas embriagado,
como un niño me he dormido,
como un ángel he soñado.
Mas ni en mis noches divinas,
con estrellas diamantinas,
ni en mis caseras palomas,
ni en la miel de los aromas
de mis natales colinas;
ni en las puras azucenas,
ni en las fuentes de la umbría,
ni en las auroras serenas,
ni en las dulces tardes, llenas
de profunda melodía;
ni en los besos ideales;
ni en las mieles musicales
de las madres cuando cantan;
ni en las risas celestiales
de los niños que amamantan,
encontró la musa mía
pobre símbolo siquiera
que con miel de poesía
interpretarme pudiera
la pureza de María.
¿Qué nombre darte hechicero?
Nada me dice el grosero
decir del humano idioma;
ni cuando dice paloma,
ni cuando dice lucero...
Vaso de Dios, puro y fiel;
¡por ti pasó Dios, María!
¡Cuán pura el Señor te haría
para hacerte digna de él!...
¿Qué más decirte podría
en tu alabanza y loor,
después de decir que un día
fuiste sin mancha, ¡oh María!,
la Madre del Redentor?
JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN
1870-1905


Cosas puras he cantado,
cosas puras he sentido,
y con ellas embriagado,
como un niño me he dormido,
como un ángel he soñado.
Mas ni en mis noches divinas,
con estrellas diamantinas,
ni en mis caseras palomas,
ni en la miel de los aromas
de mis natales colinas;
ni en las puras azucenas,
ni en las fuentes de la umbría,
ni en las auroras serenas,
ni en las dulces tardes, llenas
de profunda melodía;
ni en los besos ideales;
ni en las mieles musicales
de las madres cuando cantan;
ni en las risas celestiales
de los niños que amamantan,
encontró la musa mía
pobre símbolo siquiera
que con miel de poesía
interpretarme pudiera
la pureza de María.
¿Qué nombre darte hechicero?
Nada me dice el grosero
decir del humano idioma;
ni cuando dice paloma,
ni cuando dice lucero...
Vaso de Dios, puro y fiel;
¡por ti pasó Dios, María!
¡Cuán pura el Señor te haría
para hacerme digna de él!...
¿Qué más decirte podría
en tu alabanza y loor,
después de decir que un día
fuiste sin mancha, ¡oh María!,
la Madre del Redentor?
JOSÉ MARÍA GABRIEL Y GALÁN
1870-1905


¡Qué purísima en el cielo
su pureza virginal,
pura y limpia concebida
por designio celestial!
¡Qué vislumbres de celajes!
¡Qué de azul honestidad!...
Ángeles suben y bajan,
unos vienen y otros van,
injertando en rosas místicas
los rosales de Judá.
Pura y limpia está María,
sin pecado original,
como en parto de azucenas
o de flores de azahar,
nació el Verbo de su vientre
con azul diafanidad,
sin romperlo ni mancharlo
como el sol por el cristal.
La serpiente desterrada
en un clima azul está,
grato el cuervo que a San Pablo
por el aire llevó el pan.
Sueña el ciervo con María,
sueña el buey con el portal,
y las astas se convierten
en las ramas de un rosal.
Con María en sueño bíblico
viene Job, y al despertar
ve que en lirios y azucenas
le florece el muladar.
Sueña el pez, sueña Tobías,
¡sueña todo el santoral!
ADRIANO DEL VALLE
Siglo XX


Alba, mírala bien, mira el lucero
de miel, casi morena, que trasmana
un rubor silencioso de milgrana
en copa de granado placentero;

la frente como sal en el estero,
la risa con repique de campana
y el labio en que despunta la mañana
como despunta el sol en el alero.

¡Alba, mírala bien! y el mundo sea
heno que cobra resplandor y brío
en su mirar de alondra transparente;

aurora donde el cielo se recrea,
¡aurora tú que fuiste como un río
y Dios puso la mano en la corriente!
GERARDO DIEGO
1896-1987


¡Oh Virgen toda hermosa sin mancilla!,
¿quién eres tú, María, tan amada,
para estar junto a Cristo la más próxima,
junto al hombre mortal la más cercana?

Yo soy el pensamiento de la Iglesia,
de Dios Padre nacido antes del alba,
en el Hijo bendito la bendita,
la cristiana, la gloria de su gracia.

Yo soy la pobre esclava del Señor,
en manos de mi Dios abandonada,
el milagro que él quiso para el Hijo,
para el Verbo Encarnado la Morada.

Yo soy cauce de fe de los creyentes,
figura de la Iglesia Inmaculada,
la porción elegida cual primicia
para ser de mi pueblo la esperanza.

Yo soy la Inmaculada Concepción,
la flor del corazón por Dios plantada,
la mujer vencedora del Dragón,
exaltada de lo hondo de mi nada.

¡Oh Cristo, el solo Santo en el Espíritu,
del Padre hasta nosotros toda gracia,
gloria a ti, que guardaste sin pecado
a quien fue por tu sangre preservada!
RUFINO MARÍA GRANDEZ
Siglos XX-XXI


Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan della
es por quien la gracia tienen.
Digan, Señora, de vos
que habéis de ser su señora
y ensáyense desde ahora
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en hora buena cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
Canten, y digan por vos
que desde hoy tienen Señora,
ensáyense desde ahora
para cuando nazca Dios.
FÉLIX LOPE DE VEGA
1562-1635


En el nombre de María
tantas virtudes se ven,
que sus letras dicen bien
qué joya y qué piedras cría:
por la M se podría 
decir que esta joya hermosa
es margarita preciosa.
Por la A, que es amatiste,
que de azul claro se viste,
del cielo color celosa.
Que rubí muestra la R,
de color subido y fino.
La I, que es bálsamo divino,
que no hay mal que no destierre.
Con A, será alectoria,
piedra de honor y memoria.
Mirad si es joya bastante
para engastar el diamante
que la corona de gloria.
FÉLIX LOPE DE VEGA


Tu santo nombre glorioso,
que a los demonios asombra,
es tan dulce y tan sabroso,
que a cualquiera que le nombra
le da un valor milagroso.
Y el que por sí ya no es parte
a resistir tentaciones,
lo será con invocarte;
y así, en las tribulaciones
nos valemos de llamarte
María.
Con tu nombre, Virgen pura,
se ilustra nuestra memoria,
y es para nuestra ventura
salvo-conducto de gloria,
que los puertos asegura.
Por él nos hacen mercedes,
y con poder soberano
rompen los lazos y redes
del enemigo inhumano,
Virgen; y pues tanto puedes,
Ora pro nobis.
PEDRO DE PADILLA
Siglo XVI


Tus ojos, luz de aurora
sobre el desierto frío.
Tu mirada, rocío
sobre la dura arcilla pecadora.

No es más hermosa el alba cuando asoma
por los montes floridos. Ni más pura
la tímida paloma
que anida en la espesura.

Toda tú como flores
en medio de los prados.
Y el Espíritu en ti, cual los colores
en el rayo de sol.

Entrelazados,
en tus carnes de flores virginales,
Dios y la arcilla en ti. Como pardales
en un tronco anidados.

Inmaculada siempre, y siempre pura,
diste ser, de tus carnes al Bien mío.
Así en la blanca altura
la limpia nieve se convierte en río
sin perder su limpieza y su blancura.

La carne de Dios llena
que redimió la tierra pecadora
atravesó, Señora,
tu carne de azucena,
como el cristal el rayo de la aurora.

¡Cantad, cantad, amores,
hojas del olivar, fuentes del prado!
Que un ángel en las nubes ha cantado
con místicos fervores:
¡Alégrate, Israel, porque es llegado
el día de los hombres deseado,
y el rosal de David ha dado flores!

Por los aires preñados de alegría
el son de las campanas se ha perdido.
Hasta el cielo ha subido
la clara melodía:
y el Arcángel allí, se la ha ofrecido,
cual cestillo de flores, a María.
JOSÉ MARÍA PEMÁN
1898-1981


¡Estrella de la mar, virgen María,
de la infinita creación Señora!
Tu nombre es un raudal de poesía,
de fe, vida y placer engendradora:
y el corazón del hombre da alegría,
miel a sus labios, música sonora
a su oído, a su ánima consuelos
en el afán de sus mortales duelos.

Tu nombre es una música más grata
que cuantas escuchó la baja tierra.
Cuantos ecos la atmósfera arrebata
en bosque o llano, población o sierra;
cuantos el viento en su extensión dilata
robándolos al mar que los encierra,
no imitaron jamás la melodía
del dulcísimo nombre de María.

Yo quisiera encontrar en mi garganta
sonidos y palabras celestiales
para explicar la melodía santa
que atesora su nombre a los mortales.
¿Mas su nombre inmortal, cómo se canta
con lengua y con palabras terrenales?
¿Cómo ofrecer al paladar del hombre
la miel que mana de su dulce nombre?
JOSÉ ZORRILLA
1817-1893


Iesus es dulce en cuya oreja suena,
María en los oídos da consuelo;
Iesus abrasa en Dios almas de yelo,
María en lalma que es de Dios resuena.

Iesus de suavidad los cielos llena,
María es nombre que penetra el cielo
Iesus levanta el coraçón del suelo
María quiebra hierros y cadena.

Iesus al Padre eterno es voz suave
María es el cantar de su alegría
porque todo le dé gloria y le alabe.

María pues cante la memoria mía,
que a do María no está, Iesus no cabe.
Quien quisiera a Iesus llame a María.
JUAN LÓPEZ DE ÚBEDA
Siglo XVI


¡José!¡José!¿Qué hermoso es recordarle!
Él ha sido, después de Jesús, lo mejor de mi vida.
Mi madre -lo recuerdo- dijo un día:
"Ahora ya eres mujer",
y se quedó mirando cómo cruzaba el tiempo por mis pechos
y me florecía
el corazón de mis catorce años.
Buscó en mis ojos y no entendió si eran maternales,
y dijo: "Es tan extraño: pareces
ser virgen y fecunda". Y se reía.
Yo tampoco entendía por qué todos los hombres
al cruzar por la calle me miraban, y luego
entornaban los ojos al hacerlo,
y después, tartamudos, me pedían disculpas,
como cuando has rozado un lirio sin quererlo.
Yo estaba reservada, lo sabían.
Pero nadie entendía para quién.
Por eso cuando alguien habló de matrimonio,
yo temblé. No entendía. Algo
se me quebraba dentro. Y tuve miedo.
Pero luego alguien pronunció un nombre
y yo entendí que la paz se llamaba José.
Él era distinto. La primera vez que nos vimos
su sonrisa cruzó mi alma sin pisarla
y yo me sentí libre bajo su mirada,
y al volver a mi casa
volví a sentirme entera,
como enteras quedan las manos cuando pasa el sol.
JOSÉ LUIS MARTÍN DESCALZO
1930-1991


Si disteis de Esposa, y yo
pido, Virgen, otro sí
de madre, porque ¡ay de mí!
si vos dijérades no.

Virgen, en el sí, que dais
dos desposorios hacéis,
que vos con Dios lo quedáis,
y al hombre, que ennoblecéis,
por vos con Dios le juntais.
Si él con vos se desposó,
por el alma que me dio
doy también el sí de esposa,
que en esta boda amorosa
sí disteis de Esposa, y yo.

Con el sí de madre os muestro,
que aunque es Dios criador y padre,
viene a ser hermano nuestro,
de suerte que el ser su madre
remite Dios al sí vuestro.
El de esposa pudo aquí
ser solo, mas si por mí
Dios quiere encarnar en vos,
para mí, y aun para Dios
pido, Virgen, otro sí.

Vos deseáis ser esposa
y yo que madre seáis,
si bien humilde y dichosa
el sí de madre le dais
con fe tan maravillosa.
Dos deseos hay aquí
de mí y de vos en el sí,
de esposa, porque hay de vos
deseo ofrecido a Dios;
de madre, porque ¡ay de mí!

Firme como siempre ha sido,
Virgen santa, en vuestro nombre,
y a vuestra fe remitido
tenía el sí de ser hombre
Dios al hombre prometido;
faltar el sí que le dio
era imposible, y así
el sí del vuestro fio,
porque en Dios faltara el sí,
si vos dijérades no.
FÉLIX LOPE DE VEGA



¿Dónde vais, zagala,
sola por el monte?
Mas quien lleva el Sol
no teme la noche.

¿Dónde vais, María,
divina esposa,
Madre gloriosa
de quien os cría?
¿Qué haréis, si el día
se va al ocaso,
y en el monte os coge?
Mas quien lleva el día
no teme la noche.
FÉLIX LOPE DE VEGA


Juan y Dios se están mirando
y aunque todo lo ve Dios,
¿cuál mira más de los dos?

Cuando ya de la desierta
montaña vio que subía,
sale Isabel a la puerta
para abrazar a María,
viendo la del cielo abierta.
Como se van acercando,
también se van alegrando,
Juan en Dios y Dios en Juan,
que aunque cerrados están
Juan y Dios, se están mirando.

¿De dónde me viene a mí,
dice Isabel, tanto bien?
Turbada y humilde allí;
mas no es mucho viendo a quien
a Dios encerraba en sí.
No os turbéis, Isabel, vos;
Juan hablará por los dos,
que por milagroso modo
salta y baila, y anda en todo,
y aunque todo lo ve Dios.

Pero no se duda bien,
aunque a Juan, que ver pretende,
por objeto a Dios le den,
que más ve Dios, si se entiende,
que se mira a sí también.
Perdonad en esto vos,
Juan, porque viéndose Dios,
y en el traje que se muda,
no puede quedar en duda
cuál mira más de los dos.
FÉLIZ LOPE DE VEGA


¿Adónde va, cuando se va, la llama?
¿ADónde va, cuando se va, la rosa?
¿Adónde sube, se disuelve airosa,
hélice, rosa y sueño de la rama?

¿Adónde va la llama, quién la llama?
A la rosa en escorzo, ¿quién la acosa?
¿Qué regazo, qué esfera deleitosa
qué amor de Padre la alza y la reclama?

¿Adónde va, cuando se va escondiendo,
y el aire, el cielo queda ardiendo, oliendo
a olor, ardor, amor de rosa hurtada?

¿Adónde va el que queda, el que aquí abajo,
ciego del resplandor se asoma al tajo
de la sombra transida, enamorada?
GERARDO DIEGO
1896-1987


Ya el silencio
más desnudo resuena
en torno a ti, que subes,
que aladamente subes, verdadera.
A través del amor tu pie camina
y se va levantando de la tierra
sin esfuerzo mortal, Virgen del Céfiro,
Señora del Rocío, Madre nuestra.
LEOPOLDO PANERO
1909-1962


Tú que surcas el aire y eres aire,
y eres gloriosamente transparencia,
y límpida materia en forma humana,
vuelve hacia mí tu aérea
majestad, y reparte
la brisa de tus dedos cuerda a cuerda,
en el son prometido de mi alma
y en la música amarga de mi pena.

Tú que estás a mi lado por las noches
velando oscuramente mi pureza,
y meciendo mi trigo jubiloso
y lavando mi risa en agua fresca,
vuelve hacia mí, Señora,
un poco de tu hermosura, y que la vea
mi corazón silente
a través del amor con vista trémula.
Enlaza los sarmientos de mis brazos
en tu misericordia, y mi tiniebla
cubre con tu mirada
y tenme en tu regazo la cabeza.
LEOPOLDO PANERO


Yo, días has que hei soñado
y barruntado
que vía una virgen dar
a su hijo mamar,
y que era Dios humanado;
y aun después me parecía
que la vía
entre más de mil doncellas
con su corona de estrellas
mucho bellas,
como el sol resplandecía...

Antes santa que engendrada;
preservada
antes Reina que nacida;
eternalmente escogida
muy querida,
por Madre de Dios guardada,
por virtud reina radiosa,
generosa;
por gracia emperadora,
por humildad gran señora,
y hasta ahora
no se vio tan alta cosa.
GIL VICENTE
1470-1539


Tú eres abogada de nos los pecadores;
a ti llaman los tristes e los que sienten dolores,
tu amansas cuidados, enojos e tremores;
los que están en peligro a ti fazen clamores...

Bendito es el que ayudas e en ti tiene esperança;
los que a ti se acomiendan acurres sin dubdança,
por ti llegan al puerto de toda bienadança;
Señora, tú me vale en esta grant tribulança...

Santa María, santa Virgen gloriosa,
de las flores tú flor e de las rosas rosa
resçibe estos versos, Señora piadosa,
del siervo que padesçe pena muy perigrosa.
PERO LÓPEZ DE AYALA
1332-1407


Muéstrate, Vigen, ser madre
humillemente suplicando
al divino eterno Padre,
su gracia nos ynpetrando.

Muéstrate Madre mandando
al tu Fijo, que mandó
onrrar los padres e dio
luenga vida de aguilando.

Muéstrate, Virgen María,
ser madre osadamente,
mandando al Fijo obediente,
pulsa, ynsiste e porfia.

Muéstrate, Señora mía,
ser madre, e soy ynportuna,
e fara, syn dubda alguna,
gran fruto tu osadía.
FERNÁN PÉREZ DE GUZMÁN


Reina del Cielo y de la Tierra,
Consoladora de los afligidos,
escucha la oración de los pecadores:
La Santa Rusia -Tu morada luminosa-
está en vísperas de perecer.
Te invocamos, Protectora nuestra.
No conocemos ninguna otra.
Oh, no abandones a Tus hijos.
Concede la esperanza a los que sufren.
Pon tu mirada
en nuestras lágrimas y nuestro martirio
(...) Danos la fuerza, oh Dios de la verdad,
de perdonar el crimen de nuestro prójimo
y de aceptar con dulzura
nuestra pesada cruz ensangrentada
(...) Al borde de la tumba,
infunde a los labios de Tus siervos
la fuerza sobrehumana
de rezar humildemente por nuestros enemigos.
PRINCESA OLGA DE RUSIA


Son saetas de avemarías
que a Luzbel le causan
envidia mortal,
y son llaves que el infierno cierran
y el Cielo nos abren
para descansar.

Vámosle a tirar
con las balas del santo rosario
que entre padrenuestros
metidas están.
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN


Rosa das rosas et Fro das frores...
Dona das donas, Senhor das senhores

Esta Dona que tenho por Senhor
et de que quero ser trobador,
se eu per ren poss´ aver seu amor,
dou ao demo os outros amores...

(si yo por algo pudiera tener su amor,
doy al demonio los otros amores).
ALFONSO X EL SABIO
1221-1284 REY DE CASTILLA


Amo a Dios en el cielo.
También lo amo en la tierra.
Amo el campo, las flores,
Las ovejas en la sierra.
Soy una pobre pastora,
Rezo siempre a María.
En medio de mi rebaño,
Sol de mediodía.
Con mis corderitos
Aprendí a saltar.
Soy la alegría de la sierra
Soy el lirio del valle.
LUCÍA, JACINTA Y FRANCISCO DE FÁTIMA

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