EL MAYO DE LA CULTURA DE MADRID III

Los pijamas los trajeron los ingleses de la India, los palacios los trajeron los romanos de Babilonia, Madrizeleño tiene un sonido palato-alveolar de z, esa mujer osobuca era un gafe siempre que iba a la parada llegaba tarde el autobús, en ningún lugar veo mejor a El Cid como en el hospital de San Lázaro de Palencia, pongan a los iberoamericanos a vivir en palenques, en la pampa siempre hay cuernos para los argentinos y cuando Palermo se liberó de los Borbones Españoles empezó a prosperar así le puede suceder a Catalunya.

Me voy a tomar un café a tu salud, no querrás quedarte con la gente de la parada, vamos levántate ya de la cama que la vida es muy hermosa, miren no han comido y les echo una rata de laboratorio en la urna electoral, pero ante ustedes testigos no puedo votar más que a UPyD, tengo tanta mundología de haber visto tantas cosas que nadie del colegio olvida mi mirada porque yo soy un crack, dime a mí en Priego de Córdoba donde me tomaba unas rebanadas de aceite yo no soy nada y me gustaría no tener amigos para no tener que mirar el móvil.

Mira qué feos están entre que cortan mal el pelo y se alimentan mal, esa gordeta huele a pescado crudo y a pedo de supositorio, mientras ustedes se pudran de calor yo me iré a la playa pero decir esto y aquello es arriesgarse a que no suceda porque los dioses están atentos a los despropósitos, querer poner límites a un niño con muros del campo, la tertulia del Pantaleone apostado en la raqueta de mi barrio terminó cuando un coche sin frenos descendió la cuesta del Gusanito y se llevó el cruceiro donde se apoyaban a la altura de la alcantarilla y el café expresso macchiato de 99 céntimos del KFChicken aquella tarde estaba asqueroso.

Las olas más grandes del Universo están en Nazaré, por mucho que me muestres al Pantocrator de la majestuosidad y la sabiduría no dejaré de luchar en mis convicciones aunque sea mejor olvidar las que nos hizo el enemigo, la pantomima romana fue popular en la época de Augusto pero para San Agustín era más reprobable que el circo, los ejecutivos son lo más parecido a unos gamberros, esas mujeres perfumadas por el pasillo del autobús azul 27 que antes por fuera era rojo y mi amor se ha concretado en una persona en la marañonosa madre de mis hijos.

Nada me sorprende porque el pensar de Dios cuenta conmigo y nada me es malo ni adverso.
Hemos evitado que se pueda decir que no se puede convivir con el ganado.