Madrid no está hecho para lo espiritual por mucho que sean los desvelos de su gente que es muy aseada, y sabe más a purgatorio por su ausencia de la Naturaleza que nos acoja y por el modo de vida que llevamos comiendo poco y durmiendo mal, por eso es cierto que nos mata en la monumentalidad y nos lleva a la nada aún más en estos momentos en que la calle es un disparate, entonces qué estamos esperando sino que lo extraordinario suceda aquí por el choque de los ingenios resistentes y positivos de lo exquisito español que lo han metido en una ratonera aunque lleve el nombre y sea la capital... / pero que se reúnen en un café/ y esto ya no es verdad/ y que se quedan en casa/ y esto no quieren.
Me he pasado toda la vida obviando las cosas, que si uno se hacía con un diploma espiritual era aclamado y obtenía una autoridad poderosa, y eso quería este individuo amigo mío y se sentía satisfecho, pero imagínate que no hay títulos fiables ni puestos asegurados dónde queda la fuerza valerosa del ciudadano con negocios de sobrevivencia y endebles, y cómo van a ligar mujeres si su virilidad es vacía e inestable, y ahora sí que es cumplida la profecía de Milan Kundera de la insoportable levedad del ser por mucho que se desgañite por el móvil.
No sé cuántas vidas de gato tendría para adentrarme seguro en las vías de la fe e ir encarrilado en los mensajes de Jesús, las enseñanzas de los Evangelios y la doctrina de la Iglesia pero me sentiría agraciado porque la catenaria de los tiempos en un par de traqueteos pueda sintonizar con todo ello, y sin dudar ya más de la seguridad de estar con Dios y en el buen trayecto del Metro de Madrid, porque Dios es bueno, está aquí y nos quiere y ahora la velocidad que vayamos es nuestro problema y desaprovechamiento.
Dios no quiere que yo tenga miedo/ Dios no quiere que atienda a nadie/ pero que no sea descortés porque Él no lo es/ quiere que parlotee y me alegre en voz alta en un banco del Retiro/ con mi esposa/ para gozarse en mis atardeceres/ quiere me regocije de ver a mis hijos saludables,/ Dios quiere anunciarme que el dolor del mañana se pasará en un pis-pas.
La religión cristiana nos hace sensibles al sufrimiento humano y no solo se mueve en el sentimiento de la pena por la tristeza de la ausencia de vida y la comprensión de la maldición de la pena injusta y no merecida, somos irrepetibles y toda vida tiene su valor para Dios y el no tener miedo frente a la corrupción que se puede presentar, de las innumerables cautelas para sobrevivir y encima sentirse divino y exento de pecado como si Él nos tuviera que tener en su conciencia beneficiándonos, porque el Papa en su infalibilidad y los sacerdotes apenas pueden hacer nada frente a la voluntad de los hombres llevados por sus demonios particulares, que difícilmente atinan a preservarse de la contaminación de la malicia que no les avisa porque no tienen palco en la cabeza antes de encaminar sus pasos y sus palabras y deben huir con horror de los lugares donde puedan pecar contra el cielo y los hombres y mujeres e hijos si de verdad le quieren tener a Él recogido dentro y disfrutar de la vida eterna en la Tierra y de estar en sintonía con su reloj y no hay cosa peor que ser echados de él y que se nos pare el tiempo porque es de vértigo estar sentado en el segundero.
Creer y dudar erasmiano, universalizar y particularizar, la ilusión de las apariencias, la dualidad de toda verdad y el elogio de la locura, el deber ser y el ser del antiguo hombre europeo, que se libera del dogma de la Fe y no cae en el absoluto de la Razón, que quiere reformar la sociedad norteamerica neoliberal, y si no practica la fe que ha mamado en qué se diferencia de la animalidad y de las otras fes disminuidas que se imponen por la fuerza como el islamismo y el terrorismo, y solo un Don Quijote español podrá derribar el Molino de este tiempo pasado.
Los inquisidores de uno y del otro lado de la Contrarreforma, así Calvino por la literalidad de la letra condena a muerte a Miguel Servet, quién gracias al espíritu evangélico vive su vida renovada y con mucha fe va contra la Antiverdad, y aspira a resucitar tras el sufrimiento y el dolor final que sin duda se produce por la misma literalidad de la razón canónica que como otras literalidades van contra la oración confiada y activa del cristiano para los semejantes así como el romanticismo alemán está en oposición a la filosofía de la Ilustración, por eso pedimos a Dios que avancen y den a luz lo que esconden en el cajón del Vaticano porque no puede ser el camino santo tan simple y tan vació de novedades.
September 03, 2012
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment