Alcobendas, 3 de diciembre de 2005
Querida Maite:
Hoy es el santo de nuestro futuro hijo Javier. Me parece mal que nuestro otro hijo Andrés nos haya hecho madrugar para nada. Pero el sol estaba muy bajo y era muy bonito. Aunque deslumbraba al coche se veían las hojas amarillas en los bordillos.
Está despistado y no se entera de nada. Tanta sobreprotección de la abuela y tuya quizás. ¡Ni foto, ni entrenador ni el equipo estaban en el colegio!¡Tan temprano y en vísperas de un acueducto!¡Qué ingenuos somos, y por eso yo me demoraba en llegar al coche aparcado en el lejano Parque de Andalucía!
Así que nos fuimos a la Biblioteca de Pablo Iglesias. Luego cogimos el Cercanías para irnos a la Plaza Mayor con la prima de Andrés, Marta, y los abuelos, a comer en La Sanabresa y comprarles artículos de broma. Volvimos pronto antes de que saliera la marabunta navideña.
Aquella amiga tuya del concesionario nos echó la maldición cuando nos dijo que por qué no teníamos dos hijos en vez de pagar un buen colegio a Andrés. Hoy me molesta, que en la compra, la farmacéutica nos diga que el segundo hijo será peor. Que siempre sucede así.
Jorge
Alcobendas, 5 de diciembre de 2005
Querida Maite:
Me da una pena dejarte en la cama cuando me voy. Pero es donde mejor estás. Te doy un beso como a una Bella Durmiente.
Me parece muy bien que te distraigas haciendo compras hasta que llegue el momento. Y que te acompañen tus padres mientras yo trabajo. Al menos les invitas a desayunar otra vez.
Siento que esta noche hayas tenido una fuerte contracción, y que ahora tengas calambres y que te duela tanto al andar. Aunque el embarazo ha sido muy bueno. Me gustaría que te dieran ya cita los de la Paz para el nacimiento de Javier.
Mañana limpiaré la casa, pondré el árbol y el belén y montaré la cuna que te han prestado como tantas otras cosas. No te faltan amigas de verdad. ¡Cómo ayudáis las mamás de los distintos equipos de Carrefour!
Jorge
Alcobendas, 10 de diciembre de 2005
Querida Maite:
Me molesta que digan las vecinas que está pronto al caer porque tienes el rostro desfigurado y el labio grotesco. Siento que estés tan hinchada como un globo que va a salir volando por los aires. Estoy muy preocupado, por ti y por el niño.
Ayer por la tarde estuvimos jugando con el cubilete a los dados de póquer. La espera se hace larga. Hoy jugaremos a la oca y al parchís. Y a lo mejor mañana paseando por la calle Mayor compramos el monopoly.
Así que voy a servirte, mi amor, y me dedicaré a las tareas del hogar, al niño que viene, y a la familia. Y de vez en cuando escribiré.
Jorge
Alcobendas, 12 de diciembre de 2005
Querida Maite:
Siento que el niño te haya puesto el pelo negro y fuerte como el mío. No me gusta nada, tú eras mi rubia. Y lo mal que lo pasamos ayer angustiados y preocupados por la próxima y segunda intervención en el quirófano de La Paz.
Me duele la mano izquierda de la herida que me dice desencajando ventanas y limpiando persianas, alféizares y cristales. Que no haya suciedad y sí mucha luz para cuando venga a casa el niño. Hacía buena temperatura y fue fácil. La verdad es que ha sido un fin de semana muy espiritual y de otro Adviento.
Jorge
Alcobendas, 13 de diciembre de 2005
Querida Maite:
¡Cariño, hoy te quiero mucho! Este fin de semana antes de la operación podemos ir al cine a ver la película infantil de Andrés. Me gustaría estar junto a ti y comer contigo.
Jorge
Alcobendas, 14 de diciembre de 2005
Querida Maite:
Estoy triste por ti. Siento que en tu niñez te descubrieran nueve dioptrías y se rieran todos de ti en clase. Y que por eso no pudieras empujar en el parto de Andrés, como ahora con Javier.
Eres mi tesoro y ahora voy a dedicarme más también a Andrés, te lo prometo, aunque ya es muy maduro, y va a ser todo un hermanazo para Javier, claro que sí.
Estamos rodeados de un buen ambiente de cultivo en Alcobendas, y quiero que siga así, por el bien de todos y de los niños principalmente. No quiero que pasemos por lo que yo he tenido que pasar. Mi familia fue una tragedia.
Jorge
Alcobendas, 26 de enero de 2006
Querida Maite:
Siento que duermas tan solo dos o tres horas por la noche, que pases frío y que te sientas inflada. El niño ya ha engordado un quilo y medio por la propia buena leche que le das.
Nos han regalado muchos trajes y regalos para Javier y a todos hay que agradecérselo.
Le gusta el baño y aunque tiene gases porque se le está formando el estómago, cada vez sonríe más.
Jorge
Alcobendas, 10 de abril de 2006
Querida Maite:
¡Cuánto siento que hoy tengas que hacerte una analítica en el Hospital de La Paz!
Estuvo gracioso el ver ayer a Javier y a su primo Lucas juntos en la alfombrilla, éste queriéndole dar la manita y el nuestro refunfuñando porque le agobiaba y no quería compartir su espacio. Tan sólo se llevan unos días. ¡Ojalá todo salga bien y podamos tener una casa más grande y la convivencia sea del todo placentera ya que nos portamos muy bien!
Jorge
August 19, 2012
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