El tema de hablar de los portugueses son los caramelos, de los brasileños son los pechos, de los cubanos los culos y de los catalanes las bolsas de dinero.
El tema de hablar de los gallegos es la lluvia, de los andaluces el aceite, de los murcianos los melocotones y de los castellanos la vaca y el cordero.
En algún país no tienen tema de hablar porque por no tener no tienen ni Dios.
El espagnol y el españois que oigo de los veraneantes vecinos no me sienta tan mal porque los portugueses reconocen el mérito y la tropelía y los franceses frustrados tratan de sacar tajada del melón ibérico.
La jota tiene más de centrípeta que la equis por eso Javier portugalizado da Xavier y malo es empezar un nombre de alguien con una cruz bizantina que lo para antes de echar a andar pero como ahora se ponen nombres de pequinés parece que no pasa nada y solo faltaría que se comiesen la erre final.
En el límite del lenguaje del español está la expresión del pinguelete portugués y del miquelete catalán y en el interior del pueblo castellano está el farina que se espolvorea en harina.
Pessoa es mi poeta perfecto de las musas de mis paseos solitarios con las gentes y por los pueblos de Iberia.
Los vientos del Atlántico dejan en calma a los portugueses lo que a los irlandeses con la tierra que les brilla de lluvia y de verde les produce un retorcimiento y una hermosura de rebeldía.
Donde se ha visto que se pueda sacar a alguien del pueblo de Alfeiçerâo y tirar al arroyo sin haber pasado por el cementerio que a todos se nos ha dispuesto como último remanso en paz.
Cuando nos ponían muchas pegas los del Perú y nos protestaban los de Alemania eramos un país grande que hablaba por los codos y en alto del uno al otro confín de la esfera armilar.
Mientras los portugueses dicen olá porque no tienen más que mar nosotros decimos olé porque les damos la tierra y los catalanes dicen pasubé por estar contentos con lo que tienen.
Qué pesados son estos nacionalistas que hablan de nosotros como los mosquitos y que un cazamariposas de sus excentricidades los pone en su sitio desde el centro de la Península Ibérica que tiene nombre de hijo adalid de la madre casta y joven España.
Son los nacionalistas los que nos ofrecen las playas desiertas a los de Madrid y veremos qué hacemos si no son como la de la Candelaria que hacen milagros en tan corto espacio.
IBERIA
Portugués,
enteco y fibroso,
orondo y mantecoso,
margullador como catalán,
y una hazada de castellano
August 18, 2012
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment