FILENO ¡Elisa de mis ojos,
Elisa celestial, Elisa bella,
que ya de lo enojos
deste mar de mi amor eres estrella!
Más que el lucero hermosa,
"Elisa, para mí dulce y sabrosa";
más que la llena mesa
del espléndido príncipe admirable,
y más que en la dehesa
al ganado la hierba saludable,
y a mí, que por ti peno,
"más que la fruta del cercado ajeno";
más limpia que esta fuente
nos muestra con su risa el cristal puro
de su clara corriente,
a quien estas pizarras hacen muro;
más roja que las rosas,
"más blanca que la leche, y más hermosa";
más blanda que la pluma
del más cándido cisne regalada,
y, por decirlo en suma,
más rica, más florida y esmaltada,
desde el cabello al seno,
"que el prado por abril de flores lleno":
hoy cesan mis tormentos,
hoy merezco tus manos y tu brazos,
y mi fe en sus cimientos,
de tu yedra merece eternos lazos;
hoy has de ser mi esposa
"si tú respondes pura y amorosa".
Y de tu amor lo fío,
y de esos ojos con que amarte mueves,
o a lo menos del mío,
que no ha tenido igual; que eso y más debes
si miras lo que peno,
"al verdadero amor de tu Fileno".
Pensábase aquel loco
de Danteo, mi Elisa, merecerte,
amándote tan poco,
y aún hoy pensaba en su cabaña verte;
engañóse el grosero;
"a mi majada arribarás primero".
Ven, pues, Elisa mía,
conoce este mi amor, no te acobardes;
ven, que se pasa el día;
ven, luz de aquestos ojos, y no aguardes,
pus sabes que te espero,
"que el cielo nos demuestre su lucero".
El príncipe despeñado, Lope de Vega
November 09, 2015
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