¿Te suele ocurrir que te despiertas con
energía y muchas ganas por comenzar tu día pero a medida que pasan las horas te
cruzas con una o varias personas que interfieren en tu estado de ánimo?
¿Estás cansado
de escuchar quejas a menudo? ¿Tus amigos se lamentan por todo?
¿Tus compañeros están siempre enojados por cualquier cosa que les ocurre?¿Estás
cansado de que los demás consigan alterar tu buen humor?
Recuerda que atraes a tu vida todo aquello a lo que dedicas tu atención,
energía y foco; y si te sientes mal, triste, enojado, frustrado o malhumorado
solo puedes atraer más de lo mismo.
La Ley de Atracción y los demás: su estado de ánimo te
limita
Cada vez que alguien te cuenta sus
problemas, o se queja por todo mientras tú escuchas, te cuenta lo mal que le
fue el día (o lo mal que según él le está yendo la vida!), te explica historias
negativas o te critica (juzga, hiere sin motivo, ataca…) tu humor cambia.
Concretamente, tu estado de ánimo disminuye. Por tanto, tus
emociones se vuelven negativas y como consecuencia (y aunque no te des cuenta
al instante) dejas de tener esa energía con la que iniciaste el día.
Por eso es
importante que sepas que cuando las demás personas
logran alterar tu humor, tú dejas de atraer lo que quieres.
Y como ves, un simple comentario de los
demás que logre alterar tu humor (si se repite a menudo esta situación) puede
terminar causando que no tengas éxito con la Ley de Atracción.
Supongo que pensarás que no es justo, y en realidad tienes
razón: ¡no lo es!
Antes de compartirte las siete claves para mantener el buen humor pese a
los demás, deberías saber que de media todos tenemos a nuestro alrededor una
persona que continuamente se queja, se lamenta, cuenta historias tristes y
desagradables, se centra en todo lo malo de la vida y convierte todo en
negativo.
Si hay un tipo
de gente de la que deberías mantenerte lo más lejos posible, especialmente a
nivel profesional, es la gente negativa. Este tipo de personas acaban con tu
energía, te minan la moral y hacen que termines cuestionándote esos objetivos
que tanto te costó tener claros. Pero mantenerse al margen no es sencillo.
Si se trata de amigos, puede costarte más o menos alejarte, pero al fin
y al cabo tú eres quien elige de quién rodearse, lo complicado es alejarse en
el trabajo. A menos que seas tú quien contrata, lo más probable es que siempre
tengas al negativo de turno en la oficina. Por esta razón, te damos tres
sencillas claves que te ayudarán a lidiar con estas personas en tu día a día.
Trata de desviar la conversación
Si alguien negativo comienza a soltar toda su retahíla dramática, trata de reconducir la situación y cambiar de tema sin entrar en valoraciones sobre lo que él comenta. Eso sí, sé disimulado, a nadie le gusta que le corten. Intenta volver a una conversación normal y con menor carga negativa. Si tienes que hablar del tiempo que hace, hazlo, todo sea por conservar tu integridad psicológica a salvo.
Deja de ser compasivo
Todo el mundo necesita desahogarse, pero no tienes la obligación de ser siempre el que escuche. Si sufres todos los días las quejas y lamentos de la misma persona, es posible que te acabes siendo igual. Trata de ponerle remedio cuanto antes a esos ataques de negatividad que aguantas continuamente, que no te dé pena. Piensa que la misma pena que te da la persona negativa en cuestión es la que le darás tú a otra persona cuando te vuelvas exactamente igual.
No gastes energía en defender una postura positiva
Alguien negativo puede ser un desastre trabajando, pero con su negatividad será la persona más perseverante del mundo. No trates de convencerle de que no todo es tan malo como él piensa, perderás el tiempo. Para las personas negativas, nadie como ellos sabe lo malo que es algo. Asiente y desconecta, cambia de tema o directamente
Trata de desviar la conversación
Si alguien negativo comienza a soltar toda su retahíla dramática, trata de reconducir la situación y cambiar de tema sin entrar en valoraciones sobre lo que él comenta. Eso sí, sé disimulado, a nadie le gusta que le corten. Intenta volver a una conversación normal y con menor carga negativa. Si tienes que hablar del tiempo que hace, hazlo, todo sea por conservar tu integridad psicológica a salvo.
Deja de ser compasivo
Todo el mundo necesita desahogarse, pero no tienes la obligación de ser siempre el que escuche. Si sufres todos los días las quejas y lamentos de la misma persona, es posible que te acabes siendo igual. Trata de ponerle remedio cuanto antes a esos ataques de negatividad que aguantas continuamente, que no te dé pena. Piensa que la misma pena que te da la persona negativa en cuestión es la que le darás tú a otra persona cuando te vuelvas exactamente igual.
No gastes energía en defender una postura positiva
Alguien negativo puede ser un desastre trabajando, pero con su negatividad será la persona más perseverante del mundo. No trates de convencerle de que no todo es tan malo como él piensa, perderás el tiempo. Para las personas negativas, nadie como ellos sabe lo malo que es algo. Asiente y desconecta, cambia de tema o directamente
¡huye!
Desconecta. Si estás con una persona que
continuamente te cuenta cosas malas, tristes y negativas solamente a ti con el
único fin de alterarte, o si intenta atacarte con comentarios innecesarios… haz
como si no le prestaras atención.
Si la otra persona ve que lo que dice no causa ningún efecto en
ti, es probable que deje de comportarte contigo como lo hace.
Actúa como un espejo. Haz que los demás se vean reflejados en
ti. Si no te gusta su comportamiento y si su mal humor hace que pierdas parte
de tu energía, haz ver a los demás que su actitud no las lleva a ninguna parte.
Actúa como un espejo que les permita ver que sus actitudes y
comentarios no le están ayudando.
Cree en ti. Para que otros no consigan alterar tu
optimismo, es fundamental que creas en ti.
No permitas que otros intenten hacerte cambiar de opinión con sus comentarios y actitudes negativas, y permítete el lujo de hacer lo que todos deberíamos: creer en uno mismo.
No permitas que otros intenten hacerte cambiar de opinión con sus comentarios y actitudes negativas, y permítete el lujo de hacer lo que todos deberíamos: creer en uno mismo.
A parte de eso, muéstrate feliz, alegre, optimista. Es una
manera ideal para parar los pies a la gente que siempre está enojada o triste.
Además, ¿sabes cuál es a mejor defensa para un ataque? Usar la
sonrisa como escudo. Y si estás feliz ante la vida, es eso lo que transmitirás
a los demás.
Sigue a diario
con tu rutina de atracción,
con tus acciones y técnicas de atracción, y sigue pensando siempre en positivo…
Porque esa es la mejor actitud que puedes tener.
Esta es
una de las razones por las que todo ser humano debe aspirar a rodearse de gente
positiva con el objetivo de aprender de virtudes tan importantes como la
generosidad, la ausencia de envidia, la gratitud existencial, el desapego hacia
lo material, la práctica del diálogo interior amable, la tolerancia y el respeto.
El
optimismo es salud
La gente positiva
no solo potencia su propio bienestar sino que también crea una huella agradable
para los demás. La gente positiva es un ejemplo a seguir y conviene puntualizar
que no existe nada tan pedagógico como el ejemplo porque el verdadero
aprendizaje en la vida no es tanto teórico sino práctico. Las personas
positivas no solo piensan en positivo sino que además, también actúan con
optimismo. Y tienen una clara coherencia entre pensamiento, sentimiento y
acción.
La gente positiva
utiliza más palabras amables que negativas en su discurso cotidiano. Refuerzan
a los demás en sus virtudes a través del elogio.
Las personas positivas no confunden renunciar con dejar ir
En lugar de aferrarse a las ideas, creencias, e incluso personas
que ya no son saludables para ellos, confían en su juicio para dejar de lado
las fuerzas negativas en sus vidas. Sobre todo en términos de relaciones que se
suscriban a la siguiente oración: Me voy a conceder la capacidad de confiar en
las personas sanas en mi vida…Para establecer los límites con, o dejar de lado,
las negativas…Y de tener la sabiduría para reconocer la diferencia!
Las personas positivas no sólo tienen un buen día – hacen que
sea un buen día
Esperar, esperanza y deseo rara vez
tienen un lugar en el vocabulario de los individuos positivos. Por el
contrario, usan palabras fuertes que son pro-activas y no reactivas. La
pasividad conduce a una falta de participación, mientras que las personas
positivas están muy involucradas en la construcción de sus vidas. Ellos
trabajan para hacer cambios para sentirse mejor en los momentos difíciles y no
piden que sus sentimientos se vayan.
Para la persona positiva, el pasado se
queda en el pasado
Los buenos y malos recuerdos quedan
donde están – en el pasado en el que ocurrieron. No pasan mucho tiempo
suspirando por los viejos buenos días, porque están demasiado ocupados haciendo
nuevos recuerdos ahora. La negatividad del pasado no se utiliza para la
auto-flagelación o pena improductiva, pero sí en utilizar las lecciones
aprendidas como trampolín hacia un futuro mejor.
Muéstrame una persona positiva y te
puedo mostrar a una persona agradecida
Las personas más positivas son las
personas más agradecidas. Ellos no se centran en los baches de su vida. Se
centran en la olla de oro que les espera cada día, con nuevos olores, visiones,
sentimientos y experiencias. Ellos ven la vida como un cofre del tesoro lleno
de maravillas.
En lugar de estar atrapado en sus
limitaciones, las personas positivas son energizadas por sus posibilidades
Las personas optimistas se centran en
lo que pueden hacer, no lo que no pueden. Ellos no se dejan engañar pensando
que hay una solución perfecta para cada problema, y están seguros de que hay
muchas soluciones y posibilidades. Ellos no tienen miedo de intentar nuevas
soluciones a viejos problemas, en lugar esperar a que las cosas sean diferentes
“esta vez”.
Las personas positivas no dejan que sus
temores interfieran con sus vidas
La gente positiva ha observado como
aquellos que se definen y son llevados por sus miedos nunca viven
verdaderamente una vida plena. Mientras proceden con la debida precaución, no
dejan que el miedo les impida probar cosas nuevas. Se dan cuenta de que incluso
los fracasos son pasos necesarios para una vida exitosa. Tienen confianza de
que pueden volver a subir cuando sean derribados por los acontecimientos de la
vida o de sus propios errores, debido a una fuerte creencia en su capacidad de
recuperación personal.
Las personas positivas sonríen mucho
Cuando usted se te sientes positivo en
el interior, sonríes inevitablemente y esas sonrisas son contagiosas. Ellos ven
la claridad en la vida, y tienen sentido del humor, incluso cuando se trata de
ellos mismos. Las personas positivas tienen un alto grado de respeto de sí
mismo, pero se niegan a tomarse demasiado en serio.
Las personas positivas son grandes
comunicadores
Se dan cuenta de que la comunicación
asertiva y segura es la única manera de conectarse con otros en la vida
cotidiana. Evitan los enjuiciamientos, intercambios de enojos y no dejan que
los desastres de otros les de una razón para reaccionar en la misma forma. Por
el contrario, se expresan con tacto y delicadeza. También se niegan a no ser
asertivos y a dejar que la gente los trate a empujones. Se niegan a hacer
propios, los problemas que pertenecen a otra persona.
Las personas positivas se dan cuenta
que si vives lo suficiente, hay momentos de gran dolor y tristeza
Una de las percepciones erróneas más
comunes acerca de las personas positivas, es que ser positivo, implica que
siempre hay que estar feliz. Esto no puede estar más lejos de la verdad.
Cualquier persona que tenga cualquier tipo de profundidad espiritual,
ciertamente no es feliz todo el tiempo. Estar triste, enojado, decepcionado,
todas las emociones son esenciales en la vida. ¿Cómo más se puede llegar a
desarrollar empatía por los demás si vives una vida de negación y emociones
poco profundas? La gente positiva no se arranca de las emociones, y aceptan que
parte del proceso de curación es permitirse experimentar todo tipo de
sentimientos, no sólo los felices. Una persona positiva siempre tiene la
esperanza de que haya luz al final de la oscuridad.
Las personas positivas se niegan a
culpar a otros y no son víctimas de la vida
Las personas
positivas buscan la ayuda y el apoyo de personas que son soporte y seguridad.
Limitan las interacciones con los que son tóxicos en cualquier forma. Han
identificado sus propios derechos humanos básicos, y ellos mismos se respetan
demasiado para interpretar el papel de una víctima. No hay lugar para la
celebración de rencores con una mentalidad positiva. El perdón ayuda a las
personas positivas a ser mejores.
Son
personas que tienen claro lo que quieren.
La principal causa por la
que la gente no consigue lo que quiere es que no sabe lo que quiere. Muchas
personas funcionan por inercia, dejándose llevar, en piloto automático; y
como decía Séneca: “No hay buen viento para quien no sabe a dónde
va”. Cuanto más concretas, detalladas y específicas son nuestras metas,
más fáciles de conseguir, porque entonces se pueden alinear todos los recursos,
concentrar todas las energías y diseñar todas las acciones hacia ese fin.
Son personas de Acción
Si decides hacer algo y no
actúas en realidad no has decidido nada. La acción es la verdadera medida de la
inteligencia. Son personas que no esperan a que se den las circunstancias
perfectas, a contar con todos los medios a su alcance, o a ver todo el camino
por delante. Son personas que se ponen en movimiento y sobre la marcha van
descubriendo las soluciones. Cuando uno se pone a caminar está provocando que
ocurran cosas. Lo peor es el inmovilismo, quedarse quieto, parado. El secreto
de avanzar es siempre comenzar.
Son personas
disciplinadas
La disciplina es hacer lo
que se tiene que hacer aunque no apetezca. Lo difícil no es saber lo que
hay que hacer, es hacerlo. Si uno quiere adelgazar se va a un especialista
en nutrición, le dice la dieta que tiene que seguir, pero luego la gente se la
salta. Si uno quiere tener un cuerpo diez, se va a un especialista en
preparación física, y le dice los ejercicios a realizar, pero luego la gente
deja de ir al gimnasio. La Pereza es el mayor enemigo de la disciplina. Mucha
gente no consigue resultados porque prefiere hacer lo cómodo a lo
necesario. Lo decía Víctor Hugo: “A nadie le faltan fuerzas, lo que a
muchos les falta es voluntad”. Para conseguir resultados extraordinarios no hay
que hacer cosas extraordinarias, pero sí ciertas cosas repetidas a lo largo del
tiempo.
Son personas que no
pierden el Foco
Son personas que han decidido dedicarse intensamente a algo. La dispersión es uno de los grandes enemigos en la consecución de objetivos. Steve Jobs decía en una ocasión: "Cuando te dedicas a construir algo tan grande como Apple tienes que dejar de vivir otras vidas que podrías estar viviendo". Vivir es elegir y elegir es descartar. Son gente que sabe decir no a muchas cosas, y no se centran en lo que pierden con las alternativas descartadas sino que se centran en lo que ganan con la elegida.
Son personas que han decidido dedicarse intensamente a algo. La dispersión es uno de los grandes enemigos en la consecución de objetivos. Steve Jobs decía en una ocasión: "Cuando te dedicas a construir algo tan grande como Apple tienes que dejar de vivir otras vidas que podrías estar viviendo". Vivir es elegir y elegir es descartar. Son gente que sabe decir no a muchas cosas, y no se centran en lo que pierden con las alternativas descartadas sino que se centran en lo que ganan con la elegida.
Son personas que tienen
paciencia
Casi todo lo bueno de la vida se cuece a fuego lento. Tarda tiempo en llegar. No se siembra hoy y se recoge mañana. Para mí la Paciencia es, quizás, la virtud más difícil de encontrar en el Desarrollo Personal, porque hablar de Paciencia es hablar de futuro; y el futuro no nos lo puede garantizar nadie. Por eso hablar de Paciencia es hablar de FE, y qué significa FE, confiar en lo que no se ve; que si uno trabaja y tiene capacidad de esperar, los resultados llegan, pero nadie nos lo puede garantizar. El problema de la mayoría de la gente es que al no ver resultados desiste.
Casi todo lo bueno de la vida se cuece a fuego lento. Tarda tiempo en llegar. No se siembra hoy y se recoge mañana. Para mí la Paciencia es, quizás, la virtud más difícil de encontrar en el Desarrollo Personal, porque hablar de Paciencia es hablar de futuro; y el futuro no nos lo puede garantizar nadie. Por eso hablar de Paciencia es hablar de FE, y qué significa FE, confiar en lo que no se ve; que si uno trabaja y tiene capacidad de esperar, los resultados llegan, pero nadie nos lo puede garantizar. El problema de la mayoría de la gente es que al no ver resultados desiste.
No existen metas no
realistas, sólo tiempos no realistas. Todo es posible si uno se da el tiempo
suficiente. El problema es que las personas no buscamos “soluciones” sino
“milagros”: sea bilingüe en diez días, aprende a negociar con nuestro curso on
line o sea líder con nuestro programa de fin de semana… Y no funciona así la
cosa.
Son personas que ponen la
responsabilidad en ellos mismos
La autorresponsabilidad es
el primer requisito del autoliderazgo. Son gente que no espera a que nadie les
resuelva la vida, porque saben que si se hace, puede pasar el tiempo y seguir
igual. No se centran en el qué va a pasar sino que ponen el foco el qué voy a
hacer. Sí, es cierto, hay injusticias, trabas burocráticas y muchos
obstáculos… pero no dedican un minuto a quejarse y lamentarse sino que ponen su
atención en cómo bordearlos.
Quejarse puede hacernos
sentir mejor, pero no soluciona nada.
Son personas que tienen
una fuerte Determinación
Y Determinación significa
decidir por adelantado que pase lo que pase uno va a seguir adelante. A pesar
de los obstáculos, de las injusticias, de las críticas, de los fracasos… no se
para. Eso es Determinación, algo por lo que uno está dispuesto a apostarlo
todo. En la vida no hay que preguntar a la gente qué quiere conseguir sino
qué está dispuesta a perder, porque eso indica el grado de compromiso que tiene
con la causa, con sus metas.
Son personas mentalmente
sana
Son gente que tiene diálogos
internos constructivos. No se flagelan. El mayor enemigo: los pensamientos
negativos, esos monstruos mentales que nos torturan, nos sabotean, nos
arrinconan y nos hacen sentir pequeños: no soy bueno, no soy capaz, no me lo
merezco, no va a salir bien…
La mente es el arma más
poderosa con la que contamos las personas, pero la mente o la controlas tú a
ella o te controla ella a ti. Cambiar la forma de pensar, cambia la forma
de actuar.
Son personas que se
mueven en entornos adecuados
Hay entornos tóxicos y
entornos estimulantes; entornos que sacan lo mejor de uno y entornos que
reprimen el potencial que hay dentro de cada personas; entornos con gente que
te carga de energía y entornos con gente que te chupa energía; entornos que
potencian la confianza y entornos que alimentan el miedo.
Los límites no están en las
personas, están en los entornos. ¿Y qué son entornos? La tierra en la que se cultiva:
si la semilla es buena pero el terreno no es fértil no saldrá nada. Por el
contrario, si a una persona se la pone en buena tierra y se la riega, crece sin
parar; porque estamos hechos para eso para CRECER, MEJORAR, EVOLUCIONAR.
Son personas que tienen
una actitud de mejora continua
Nuestra vida es un reflejo
de nuestro desarrollo personal por eso no hay mejor inversión que la que se
hace en uno mismo.
La gente que no se
desarrolla se deprecia porque se desprecia.
Son gente+ que siempre
piensan cómo mejorar; no dejan de leer, estudiar, acudir a conferencias y
seminarios, relacionarse con gente.
Y en este tema del
desarrollo personal hay una cuestión que conviene destacar. Hay gente que dice:
“Es que yo soy así”. Tu siempre puedes cambiar y tú siempre mejorar porque tú
siempre puedes aprender. El activo económico más valioso que tiene una persona
es su capacidad de aprender.
Dentro de cada persona hay
un gran poder interior, y la cuestión es si ese poder está activado o no. La
gente que consigue resultados es gente que ha activado, consciente o
inconscientemente, ese poder.
La principal debilidad
humana es que nos infravaloramos, que creemos que no somos lo suficientemente
buenos.
A menudo vamos por la vida
con el freno de mano echado.
Nuestra vida es un reflejo
de nuestra autoestima que no es otra cosa que la reputación que tenemos de
nosotros mismos; si esa reputación no es elevada es difícil que ocurran cosas
grandes.
Por ello lo primero y más
importante que hay que aprender es aprender a creer en uno mismo.
Cada persona es mucho más
que lo que ella piensa de sí misma.
Cuando conseguimos
liberarnos de todas creencias, límites y miedos que nos atan, a partir de ahí
cualquier meta está a nuestro alcance. Y ojo, que diga que cualquier meta esté
a nuestro alcance no quiere decir que sea fácil. Como hemos visto: hay que
tener claro lo que se quiere, pasar a la acción, ser disciplinado, no perder el
foco, tener paciencia, poner la responsabilidad en uno mismo, tener una fuerte
determinación por la que queremos, cultivar hábitos mentales sanos, moverse en
los entornos adecuados y finalmente tener una actitud de mejora continua.
No critiques a alguien que no está
presente
Las críticas se centran en aquello negativo que ves en los demás, comentado a espaldas de los demás. Algunas personas usan la crítica a diario. Incluso llegan a entretenerse con ella. Pero sabes que la crítica fomenta las malas relaciones. Cuando escuchas a alguien criticar a otra persona a sus espaldas, te genera la certeza de que también te critica a ti a las tuyas. Así, la crítica es un modo de discurso que fomenta la desconfianza y alimenta los pensamientos negativos sobre los demás.
Además, ya sabrás que cuando criticas a alguien, por imitación y cohesión social, otras personas tienden a sumarse a la crítica que haces. Fomentas con ello una cadena de negatividad, que no te lleva a ningún sitio porque no lo haces con intención de ayudar a esa persona de la que habláis. Incluso logras que otras te hablen a ti mal de terceras personas, porque das a entender que te gustan ese tipo de conversaciones. Tampoco permitas esto. Distínguete en tu grupo como una persona que no critica a terceros a sus espaldas, ni escucha, ni fomenta las críticas de otros.
Si algún día llegas a criticar, que sea si, y solo si, esa persona de la que hablas sabe ya concretamente lo que piensas de ella.
No te quejes
Quizá nadie te lo haya dicho todavía, pero tiene que llegar un momento en tu vida en el que descubras que el mundo es neutro por naturaleza. Las situaciones por las que pasas no son buenas o malas, positivas o negativas, sino que es el pensamiento de cada uno el que coge una situación y le pone una etiqueta para definirla. Y tú eliges las etiquetas que le pones a las situaciones con las que te encuentras.
La queja no contribuye en nada a fomentar tu pensamiento positivo. Al contrario. Siembra la simiente para que al ser regada con más queja florezcan emociones negativas, malestar, irritación, e incluso, estoy seguro: la queja continuada crea enfermedades físicas.
Hay quejas muy sutiles que pasan casi desapercibidas. Por ejemplo, la queja sobre el tiempo, o sobre alguna condición de un local en el que estás. Hay otras quejas más profundas, las quejas sobre tu situación vital, las quejas sobre el comportamiento de otra persona…
Mi consejo aquí es que erradiques ya no solo las más intensas, sino también aquellas más sutiles que se meten casi sin percatarte en tus conversaciones del día a día. Si tienes que seleccionar poner etiquetas a una situación, mejor que escojas las positivas, o al menos que te quedes como el campesino en decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?».
Quizá nadie te lo haya dicho todavía, pero tiene que llegar un momento en tu vida en el que descubras que el mundo es neutro por naturaleza. Las situaciones por las que pasas no son buenas o malas, positivas o negativas, sino que es el pensamiento de cada uno el que coge una situación y le pone una etiqueta para definirla. Y tú eliges las etiquetas que le pones a las situaciones con las que te encuentras.
La queja no contribuye en nada a fomentar tu pensamiento positivo. Al contrario. Siembra la simiente para que al ser regada con más queja florezcan emociones negativas, malestar, irritación, e incluso, estoy seguro: la queja continuada crea enfermedades físicas.
Hay quejas muy sutiles que pasan casi desapercibidas. Por ejemplo, la queja sobre el tiempo, o sobre alguna condición de un local en el que estás. Hay otras quejas más profundas, las quejas sobre tu situación vital, las quejas sobre el comportamiento de otra persona…
Mi consejo aquí es que erradiques ya no solo las más intensas, sino también aquellas más sutiles que se meten casi sin percatarte en tus conversaciones del día a día. Si tienes que seleccionar poner etiquetas a una situación, mejor que escojas las positivas, o al menos que te quedes como el campesino en decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?».
Corrige los pensamientos negativos
La mente funciona por hábitos y costumbres. Tu forma de pensar de hoy predice cómo será tu forma de pensar de mañana, así que trabaja con tu forma de pensar de hoy para garantizar un mañana más positivo.
Suelo comparar la mente como una colina llena de hierba alta. Si quisieses llegar a la cima, caminarías sobre la hierba hasta alcanzarla. El segundo día que quieras llegar a la cima, probablemente elijas el camino de hierbas un tanto aplastadas que has tomado el día anterior. Al tercer día, notarás que es más fácil seguir por ese mismo camino, y al cabo de varias semanas habrás trazado un sendero bien definido hasta llegar arriba de todo, que será el que elijas de forma natural.
Con el pensamiento pasa lo mismo. Cuando llega un pensamiento a tu mente puede elegir trazar un camino. Si elige un camino de pensamiento negativo, se facilitan unas conexiones neuronales que recorren un camino en tu cerebro. Esto fomenta esa ruta neuronal, haciendo más rápidas las conexiones por ahí que por otros sitios. Al día siguiente ese pensamiento será más probable que otro. Así pues, si te permites tener pensamientos negativos, estás favoreciendo que esas rutas se produzcan una y otra vez. Por eso, hay gente que cada vez que abre la boca parece que está diciendo algo negativo de la vida. Y hay personas que parecen felices por naturaleza.
Muchas veces no puedes elegir que tu mente escoja espontáneamente este sendero neuronal, pero ahora que ya sabes que el camino que pisas predice por dónde pasarás mañana, cada vez que detectes que estás teniendo un pensamiento negativo, corrígete a ti mismo generando un pensamiento positivo sustitutorio. Eso hará que un nuevo camino se cree. Este será positivo, y hará más fácil que sea positivos también los que tengan que venir mañana. Para lograrlo, el experto en Psicología Positiva Eduardo Jáuregui aconseja una técnica conocida como "Afortunadamente", que consiste en que, cada vez que detectes un pensamiento negativo, pon a continuación la frase "afortunadamente, porque..." y tratar de crear una solución positiva a esa misma situación.
Por ejemplo: Llueve y no voy a poder salir con los amigos.
Técnica: Afortunadamente, porque eso me permitirá tener tiempo para editar el vídeo de mi último viaje, que no logro sacar tiempo para hacerlo.
Defínete en positivo
Cuando la gente te pregunte cómo te va, di que francamente bien. No te avergüences. Porque parece que en la actualidad decir que te vaya bien es como presumir. Es como si la sociedad te obligase a no destacar y a unirte al duelo colectivo de la gente que camina arrastrando los pies por la vida. De vez en cuando este tipo de gente se me acerca y me pregunta:
- Ey, ¿cómo te va? ¿Mal, verdad?
Cuando la gente te pregunte cómo te va, di que francamente bien. No te avergüences. Porque parece que en la actualidad decir que te vaya bien es como presumir. Es como si la sociedad te obligase a no destacar y a unirte al duelo colectivo de la gente que camina arrastrando los pies por la vida. De vez en cuando este tipo de gente se me acerca y me pregunta:
- Ey, ¿cómo te va? ¿Mal, verdad?
Hemos llegado a un punto en donde una situación de crisis se ha convertido en un tema comodín, al igual que el tiempo. Y el peluquero, mientras te corta el pelo, cubre el silencio incómodo diciendo: ¿Cómo está todo, eh? ¿Qué tal el trabajo, mal verdad?
Ante estas situaciones, lo que parece más socialmente aceptable es seguirle la corriente y escoger varios temas que apoyen la afirmación de nuestro interlocutor, en una conversación que parece un compadecimiento mutuo.
- Sí, ufff... qué mal el trabajo - Sí, ufff.. como están los bancos . - Sï, ufff... cómo está la política.
Que te vaya bien también es una respuesta posible, así que ha de ser aceptada, y yo añado: promovida. Di que te va bien, independientemente de cuál sea tu situación. Porque todo depende de dónde quieras poner en ese momento tu foco de atención. Puede que estés en el paro, sí, pero puede también que tengas una niña que ha aprendido a decir "papá" / "mamá" y eso te haga realmente feliz. Por dónde continúas la conversación? ¿Por tu situación de desempleo, o por las primeras palabras de tu hija? Tú decides en qué te centras.
Si tienes que hacer predicciones de futuro, define tu vida de este modo "Tengo la sensación de que va a ir bien". Cualquier cosa puede pasar en un futuro. Estamos muy programados para pensar que las cosas van a fallar, o a fracasar. Es el motivo por el que no intentamos muchas cosas que nos harían realmente felices. A partir de ahora, cuando pienses en el futuro, mueve tu mente hacia pensamientos positivos.
Sé más consciente de cuándo sonríes
La sonrisa es el comportamiento que más favorece el estado de ánimo positivo. Todos tenemos una enorme capacidad para sonreír, pero la gente no suele ser consciente de cuándo sonríe. Por ejemplo, si te preguntase cuándo sonreíste ayer, ¿serías capaz de recordarlo? ¿Estás seguro de que sonreíste?
Hay algunos juegos que pueden facilitar tus sonrisas. Por ejemplo, por las mañanas voy al trabajo en moto. Junto a su cuentakilómetros hay un pequeño reloj digital. Hay veces en las que durante ese recorrido pienso o veo algo que me hace sonreír. Luego miro la hora y me digo: está bien que la primera sonrisa venga tan pronto por la mañana. Otros días, es ya media tarde y mirando el mismo reloj me doy cuenta de que todavía no he sonreído ni una sola vez. A partir de una de estas situaciones comencé un juego que consistía en ver a qué hora me venía la primera sonrisa de la mañana, y sentirme feliz cuando venía pronto, e ir a buscarla cuando llegaba mediodía y todavía no la había encontrado.
La sonrisa es una expresión que manifiesta una emoción positiva. Y has de saber que las emociones son muy contagiosas. Mucho más que la gripe. En serio. Si tienes al lado a una persona con gripe, puede que se te peque, o puede que no. Pero si tienes al lado a una persona riéndose con ganas, con muchas ganas, es seguro que te va a entrar la risa. Del mismo modo, si miras a una persona que esté cerca llorando desconsoladamente, es fácil que te entren ganas de llorar. Si fomentas tu sonrisa, estás facilitando que las personas que tienes a tu alrededor se rían más, y con ello te contagien a su vez de sus emociones positivas, generando así un círculo vicioso de positividad.
Esfuérzate porque digan de ti que eres una persona positiva
En mi consulta de psicología veo que los pacientes que acuden experimentan cambios importantes en sus vidas. A lo largo de las sesiones les voy preguntando cómo se sienten, y van encontrando mejoras en sus vidas que les hacen sentirse bien.
Pero la propia percepción no es lo que a mí me da más señales de que el paciente está avanzando realmente, sino más bien la percepción que tienen los demás de él: sus familiares directos, sus amigos, y la gente más cercana.
Normalmente uno nota primero sus propios cambios, y poco a poco los va percibiendo su entorno. Por ello, la visión que tienen estas personas de uno mismo es un claro indicador de que el cambio es profundo y sostenible. Yo pregunto a mi paciente si quienes le rodean le ven mejor. Es un indicador más claro del avance.
Cuando estés con gente, no sólo te has de sentir positivo, sino también has de tratar de desprender positividad, y que lo noten.
Para lograrlo, te ofrezco algunas ayudas que conseguirán que lo alcances:
- Camina como una persona positiva y habla de forma positiva. Quizá hayas escuchado alguna vez ese dicho que afirma que "si anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, seguramente sea un pato". Empieza analizando cómo caminas, como te expresas y cómo hablas. ¿Todo ello desprende realmente positividad?
- ¿Cómo es tu forma de vestir? ¿La gente diría que eres una persona positiva? Asegúrate que nunca vas totalmente de negro, o gris. Si te gusta este color, al menos encuentra algún pequeño complemento de un color cálido.
- Si tienes dos opciones, y una de las dos es quedarte en casa sin hacer nada interesante, elige la otra opción. La gente que hace actividades es más positiva que la huraña.
Rodéate de cosas que te hagan sentir bien.
Tú eliges qué hay sobre la mesa de tu escritorio, en tu oficina, en el mueble de la entrada, en las paredes de tu dormitorio y en el salón.
Desde el preso que pone una flor en su celda, al dueño del taller de coches que cuelga un calendario de chicas con poca ropa, están buscando hacer su entorno agradable. Elige qué cosas te gustan en tu vida, y busca que esas cosas estén a tu alrededor durante el día. Tu mente solo las procesará de forma consciente el día que las pongas, pero durante todos los días siguientes permanecerán presentes y tu mente de forma inconsciente seguirá generando un efecto positivo constante.
Céntrate en la solución, no en el problema
Ante situaciones de conflicto hay personas que toman más bien una opción y otras personas toman una segunda opción. Veamos:
La primera de ellas consiste en hablar del problema. Para estas personas es importante buscar un culpable, y analizar los motivos que intuyen que le ha llevado hasta el problema. Estas personas pasan tiempo describiendo cómo se ha originado, la afectación actual y pronosticando males mayores de cara al futuro. Se centran en los resultados negativos del problema, así como en las emociones negativas que les hace sentir tener ese problema. Quieren hacer una descripción lo más detallada posible del problema y sus implicaciones.
Si el problema no tuviese solución, se encargan de que la persona que ha creado el problema experimente sensaciones como de culpa, arrepentimiento, malestar y frustración.
La segunda de ellas consiste en hablar de la solución. El problema se identifica de inmediato, partiendo rápidamente a la fase de "si esto es lo que ha pasado, vamos a ver qué solución tiene". La conversación se centra más bien en acciones de cara al futuro.
La identificación del culpable solo resulta útil si se hace con un enfoque centrado en prevenir errores futuros, por lo tanto la conversación se basa en la formación y desarrollo de esa persona, en lugar de en buscar su malestar y arrepentimiento.
Si el problema no tuviese solución, se encargan de prevenir que en un futuro vuelva a aparecer una situación similar, y a partir de ahí lo dejan estar en el pasado.
No veas informativos ni leas periódicos
Ambas son costumbres muy arraigadas, y generalmente asociadas con buenos hábitos, por lo cual te costará mucho librarte de ellas. Parece que estar informado es algo sano. Y sí lo es, si quien te ofrece la información fuese neutral. Y no lo es. No me refiero a que esté viciado por ideologías políticas (que también), sino que las noticias siguen una tendencia sensacionalista que buscan generar impacto en quien las ve, porque captar la atención fomenta tener más seguidores, que redunda en más ingresos en publicidad. Pero si las noticias fuesen neutrales, como mínimo tendría que haber un equilibrio entre las buenas noticias y las malas noticias (¿Ambas son noticias, no es así?). Cuando pones un informativo, podría ser que te hablasen de una guerra o un atentado, y luego, la misma duración, que te hablen de los últimos avances científicos contra enfermedades mortales. Pero esto último no impacta tanto y en la selección de noticias se descarta esta información. ¿Con qué te estás quedando entonces? Pues con una sobremesa llena de cadáveres, violadores de niños, accidentes, corrupción, y atentados sangrientos con bombas.
Además, es posible que te hayas fijado alguna vez en que los enunciados de los informativos televisivos están concienzudamente pensados para controlar y guiar tu atención hacia la pantalla. Puede que estés con tu familia comiendo, teniendo una agradable conversación, y la tele suelta: "Y no se pierdan estas impactantes imágenes que van a ver a continuación". Inmediatamente, se hace el silencio y la vista de todos se va a los cadáveres que hay sobre la carretera, junto a un autobús en llamas.
Puede que pienses que es de necios negarse a estar informados, pero te garantizo, porque yo sí lo he convertido ya en una costumbre, que puedes tener una vida normal sin conocer el 95% de las noticias que echan habitualmente e un informativo o periódico. Y del otro 5% ten la seguridad de que te vas a enterar sí o sí, quieras o no quieras, aunque no emplees nunca estos medios de información.
Si renuncias a ver informativos y periódicos, te llamará muchísimo la atención cuando 3 meses después enciendas la tele y pongas un informativo, fijándote en lo que dicen, cómo lo dicen y en las imágenes que ponen.
Lo primero que pensarás es ¿cómo es posible que yo haya estado viendo esto? Y serás consciente del enorme poder que tiene para forjar un pensamiento profundamente negativo centrado en la catástrofe. Suma una dosis de informativos diarios durante un período de más de 10 años y tendrás la justificación de una buena parte de la negatividad que te encuentras en tu entorno social en el día a día.
Júntate con gente positiva
Hay muchos refranes en español que recuerdan que tiendes a ir y a parecerte a gente similar a ti.
"Dime con quien andas y te diré quién eres"
"Dios los hace, y ellos se juntan"
El ver lo positivo de la vida y no lo
negativo es una cuestión de actitud. La actitud se define como la posición
evaluatoria que tiene una persona ante las situaciones, cosas o personas que
enfrenta y predispone su accionar. Una actitud positiva te ayudará a generar
sentimientos agradables, es decir sentimientos que te llevarán a actuar bien,
como la pasión, la alegría, la paz, el amor…
Mientras que una actitud negativa te
llevará a sentimientos desagradables como la envidia, el enojo, la ira, y ello
si te gobierna te llevará a actuar mal.
“Si
buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”
La
gente positiva sonríe mucho: una visión clara, limpia y optimista de la vida dibuja una
sonrisa sobre la cara de esta gente. También se ven influenciados por sus sonrisas las
personas que están a su alrededor, son contagiosas, y toman con humor las bromas sobre sus personas siempre
que se hagan con respeto.
Aceptan
que hay momentos tristes en la vida: comprenden que los sentimientos de tristeza, enojo o
decepción son parte del juego y nada tienen que ver con estar o no feliz. Son
simplemente componentes de la vida y la gente positiva siempre ve el vaso medio
lleno así como también sabe muy bien que son momentos temporarios.
Una frase que podríamos relacionar
aquí:
“El
dolor es temporal, el orgullo para siempre”