En estos tiempos tan cómodos es más bonito un culo que la raja del coño.
Los niños deben quedarse a solas con los problemas para hacerse hombres, cogerán a la vaquilla por los cuernecitos y se levantarán diciéndole a su mamá basta ya con tus dramas.
El cordón umbilical une el feto a la placenta y a través de éste recibe alimentos y oxígeno de la madre al tiempo que elimina sus productos de desecho, y se corta en el nacimiento y la cicatriz resultante es el ombligo, y ya nos hemos olvidado que todos tenemos otro cordón publico con Dios.
Un feto puede sobrevivir y convertirse en un recién nacido pero en la batalla de Okinawa murieron cien mil de ellos, no es de extrañar que a los cuerpos de grasa se les dejen morir si no producen ni interesan a la sociedad aunque se entretengan en ir al cine y solo estén pendientes de la alimentación, del tiempo que va a hacer y de las emociones que les van a impactar en la semana, y que de seguro influirán en sus libidos adormecidas a la vejez y los convencionalismos, y estoy en contra como si tuviera un instinto de mujer del okupa del contrato matrimonial y que se curren todos la posición.
Como si no subiera nuestro semen con la lengua fuera por las trompas de Falopio y parece encima que damos la salvación a las hembras por los pelos como si ellas no pudieran hartarse a estornudos y vómitos de insultos a la inteligencia.
Todas las tarjetas bancarias para el bolso de Cinderella que tiene más bacterias que un retrete y que lo suelta como un pollo en la cama de Faisal que la llena de joyas, y toda la pérdida de la fe del amor romántico que queda para los caídos por la democracia que como faquires andaron en el fuego de la divina comedia y se quemaron de lleno.
Déjala a su bola,/ y déjala estar/ está menopáusica,/ hombre atormentado/ te ha tocado una buena/ no la vistes las pintas de cara de pan,/ de lo que iba a suceder,/ ya no tiene remedio,/ acostúmbrate a llevar sus pendientes en tus orejas/ y a llorar con sus polvos en tu ojos,/ hombre caramelo más te vale quedarte calvo/ para recibir las patadas en el culo/ y no saber donde tienes la cabeza/ si ahora arriba y ahora abajo.
Sabes que las mujeres tienen que ir a la joyería, sabes que los jóvenes ya no usan cinturones y se les caen los pantalones, sabes que padres puede haber muchos pero madre única, sabes que en mi casa no estás mejor que en un hotel ni en el colegio mejor que en la iglesia ni pidiendo que trabajando, sabes hoy pienso que el mundo marcha y tú no sabes lo rápido que va llevándose a la zaga los antiguos valores.
Nos volvemos tan repugnantes que a las mujeres solo las satisfacemos con oro y joyas y sexo,/ y nosotros también nos ponemos sus cadenitas y sus idolecillos,/ y ellas se tiñen el pelo de rubias para estar más esplendorosas,/ y su palabrería pringa como la miel en el recinto en que nos tienen,/ llenas todas de adornos y complementos,/ porque como próximas son nuestra esperanza ante la soledad y la muerte,/ aunque la emboscada nos resulte más amarga,/ y tengan la mentalidad de monjas robadoras de bebés,/ porque si el relincho anticipa el coito,/ y juramos sobre piedras tenerlas en nuestra mente,/ cuando los hombres se hicieron presa de los antojos del montecillo del clítoris,/ y si eso es la mujer,/ esa mujer que está caducada porque está más pintada que un jersey,/ porque algunas mujeres tienen dientes de bocadillo,/ de verdad ángel le dijo María alguna vez que era virgen o le mandó a la mierda cuando la diste el contrato del semen,/ el torero que mira al toro y que no es capaz de mirar a su esposa,/ en Atenas a los efebos se les espabilaba con un escudo y una espada,/ y los disgustos entre godas y francos no se pueden solucionar/ y entre cierto tipo de mujer que no sabemos de qué va con el hombre noble y agresivo que todos lo conocemos y que acampa por sus anchas como un demonio ejecutivo.
June 20, 2013
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