LA UCRANIA RUSA VII

Así habló el semen de Zaratustra discurriendo que de la misma manera que Zita de Borbón Parma se recluyó en el convento suizo de Zizers resulta que Zinóviev era ucraniano porque hasta la Z los ucranianos han sido como rusos.

Tanto Vasile Lupu como Vasily necesitaron de Ucrania y Rusia para hacer algo de su historia.

El primer metropolitano gobernante Alexis lo hizo para la toda Rusia.

Y cuando el Canaletto ruso Fiódor Alexéiev fundó la escuela de paisajes lo hizo por Crimea y el sur de Rusia.

Los grandes príncipes normandos de Novgorod y Kiev se llamaban como el santo Vladimir, lucharon contra Tártaros y Godos y adoptaron el bizantinismo.

El principio de indeterminación y de verificabilidad para Ucrania y Bielorrusia parte de una ruta de carabanas de guerreros mercantes escandinavos con el Mar Negro que adoptaron el nombre Rus al este y luego al oeste del Dnieper.

Lugansk tuvo el nombre Voroshilovgrado en honor al hombre ucranio esforzado y heroico del Presidium del Soviet Supremo que defendió Volgogrado en la guerra civil y Leningrado en la segunda guerra mundial.

La Horda Dorada ganó la batalla en el río Vorskla frente a los príncipes ruso-lituanos y se dedicó al pillaje en las tierras de Ucrania, Podolia y el río Basin pero nunca fue un kanato.

Fue un ucranio Vyshinsky el mayor inquisidor de las Grandes Purgas Estalinistas escribiendo más de 200 libros y panfletos defendiendo la única confesión.

Ucrania tiene que decidirse entre dos bárbaros: la Orden Teutónica y los Mogoles si es que no puede conseguir un estable neutral.

En la época de las reformas de Stolypin consejero del zar Nicolás II las manazas de Rusia estaban sobre Polonia y Finlandia y a Ucrania se la convirtió en una zona estable de granjeros donde se eliminó a los nacionalistas y a los revolucionarios.

Desde los tiempos del comercio de pieles nada se podrá hacer contra los rusos porque siempre tendrán su heroico Volgogrado y a su populista Vorontsov idealizando al pueblo ruso frente a las ideologías del exterior y es cierto que los ucranianos pudieron defender Leningrado como Voroshílov llegar a ser presidentes del Presidium y éste es el vorticismo cultural de Rusia que con lo abstracto envuelve al invasor occidental y puede ser su presa como el frío para el tuétano.