En la familia estamos encima unos de otros, cómo vamos a fiarnos de Bankia con la k mal hecha cualquier día nos da un trastazo, no se pueden guardar teléfonos de nadie porque todo es temporal, pero mis hados me concederán un plan de vida, los madrileños son los de los tímpanos zumbados, con mi beatitud piso lonas de seda erizado por los contrahechos y retorcidos pasajeros del transporte público de la ciudad y con la clara de los huevos extranjeros quieren hacer una tortilla conmigo.
Día cálido sin niebla y sin lluvia como cuando visitamos el Caixaforum del corredor Prado a Atocha, la Virgen quién ha sido el bestia que ha arrancado la pared del cuarto de baño de la oficina, el cambio climático empieza por las costras de mi cabeza, algunas clases adineradas sienten el dinero que les llega limpio como el aire, tan limpios que les resbala la mierda de los demás, siempre limpiando y limpio y limpio brillante y un brillo que no sea el de la sociedad.
Llevaba las cuentas con el alfabeto neosinaítico, las peluqueras se llamaban Yoli y Loli, los del Atlético de Madrid se han llevado el gato barcelonés al agua dos veces, con el fútbol sin las mujeres nos bastaríamos los hombres para el vivir, la Neptunalia del 23 de julio del tridente y el delfín, cuando el agua empieza a refrescar y más se palmotea, cuando empiezan los añorados amores de verano, Tritón y Nereida son el Barça y el Real Madrid para los indios colchoneros y las mujeres juegan con nosotros al bolared.
Siento el cielo cuando llueve, las lágrimas de los ángeles resbalan por el cristal, Agostinho Neto reconforte a todos los negros africofranceses asentados en Madrid porque van con más seguridad por el pasillo del autobús, tu hijo se hacía las fotos en Arroyo de la Vega bajando la cabeza como un netsuke de Los Sauces, la estigmatización de Therese Neumann pudo ser sobrenatural y puramente neurótica y el origen de estos fenómenos continúa.
Por qué me salgo tan rápido de las tiendas aun no ha terminado mi mujer de pagar, tengo ganas de comprarme ruedas y si alguna vez quisiera echarme una amiga de La Moraleja me iría a la manicura del Nail Lab.
Un tronco puede romper todos los candados de las parejas, a esa niña de colegio de pago se le ha levantado la faldita y mi hijo le ha visto un corazoncito en la braguita, es tú o yo si ella dice soy yo verrucosus, la revolución evangélica de los negros en Norteamérica, se creen que pueden barrer con todo los de las entradas de los Rolling Stones y el tardofranquismo de las iglesias sobre Madrid.
April 02, 2014
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