La clave del éxito es la pasión amorosa.
La pasión amorosa tiene un poder sobrenatural.
Todo resplandecía junto a ti.
Lo que tú me das con tu risa, tus manos y tus piececitos.
En las rimas de los días tú eres la vida de mi vida.
Cuando empezaba a quedar contigo los sábados en la cafetería de Orense y yo suspiraba: ¡no vendrá, no vendrá!
¡Con qué mirada te miraba!¡Ven conmigo, ven conmigo a una vida mejor!
El placer y la belleza son una misma cosa: con quién te gustaría estar toda la vida y rozar las mejillas, una piel contra otra y coger sus manos.
Yo te intentaba seducir: ¡y tú te callabas!
Tener dinero y beber un buen vino esos eran los dos placeres de la vida.
Y que no haya nada sucio por medio.
La relación con tu esposa puede ser aburrida, de fastidio, de rutina e incluso hipócrita y casi religiosa como una vela en una capilla que se va consumiendo y que no tiene luz, ni juego ni alegría.
Siempre deseas una mujer nueva como un coche a estrenar.
Que sea una dulzura infinita y que sus caprichos nos vuelvan locos y divertidos.
La relación parecía tempestuosa, luego se entregaría y me diría: ¡soy tuya!
Y entonces discurría por una suave ensoñación como los viajes de novios por Portugal y Andalucía.
January 20, 2012
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