(Tu celo me devora. Huyo de la luz porque estoy en pecado). Donde hay amor de Dios, si de veras es amor, es imposible esconderse. El disgusto que tienen ciertas almas por no pasar el día apartados y embebidos en Dios.
Lo que quiere Dios es una gran determinación en el alma de no dejar la oración aunque en ella padezca trabajos y sequedades. (Juan bautizaba con agua y Jesús bautizaba con Espíritu Santo).
El aprovechamiento del alma no está en pensar mucho, sino en amar mucho. Su Majestad es amigo de ánimas animosas. Este amor se adquiere determinándose a obrar y padecer. (Yo quiero volar con el Espíritu Santo).
La caridad se comunica cuando se habla. (No puedo más. La casa se derrumba).
(Querer escaparse). Guarda el amor del prójimo para que crezca en nosotros de mil maneras el de Dios.
El alma halla en la Eucaristía sabor y consolación.
Se necesita grande ánimo al principio porque son muchas las cosas que entonces pone el demonio cuando el alma se determina a seguir el camino de la oración, para que no la comience, porque sabe que le vendrá mucho daño, no solo por perder aquel alma, sino otras muchas (quiero ser libre y no estar atado a la obligación de la oración). Con la cruz le parecía a la Santa que a todos los demonios vencería. No les tenía miedo, antes los demonios se lo tenían a ella. Son tan cobardes los demonios, que en viendo que los tienen en poco, no les queda fuerza. El demonio es todo mentira. Es amigo de mentiras y la misma mentira.
El demonio trabaja más por perder un alma a quien Dios hace mercedes en la oración que a otros a quien no las hace porque le puede hacer mucho mal con llevar otras consigo...y por ver el particular amor que las tiene Dios. No hay encerramiento (el demonio ya está aquí) tan encerrado adonde él no pueda entrar, ni desierto tan apartado adonde deje de ir (su fuerza es inmensa).
Importa empezar el camino de la oración con determinación porque así el demonio tienta menos, porque ha gran miedo a ánimas determinadas (sin solución).
Si trajésemos cuidado de acordarnos que tenemos a Dios (junto a mí, siempre conmigo) de huésped dentro de nosotros, no nos daríamos tanto a las cosas del mundo, porque veríamos cuán bajas son para las que dentro poseemos.
El cimiento de la oración va fundado en humildad, mientras más se abaja un alma en la oración, más la sube Dios.
La humildad la trajo del Cielo la Virgen. Amor y humildad van juntos. Estando pensando la Santa por qué era Dios tan amigo de la humildad, representósele, que porque Dios es la suma verdad, y la humildad es andar con verdad.
Por muy subida que esté un alma en la contemplación, no se debe apartar de la humanidad de Jesucristo, pues es el camino para la más subida contemplación.
Dijo a la Santa, estando afligida porque no había tenido nada que dar a Dios, que él la daba todos los dolores y trabajos que había pasado en su Pasión, que los tuviese por propios para ofrecer a su Padre.
Algunas veces hace el Señor mercedes grandes al que es menos, para que se conozcan sus grandezas. Mercedes que hace el Señor a las almas que entran en las sextas moradas.
Provechos de la obediencia. Cuánto ama el Señor al alma obediente. Razones por las cuales la obediencia es el mejor medio para llegar a conformarse enteramente con la voluntad de Dios.
Parecíale a la Santa que el mayor bien que podía haber en la tierra, era tener oración (entorpecido e impedido). Procuraba lo más que podía traer a Jesucristo delante y dentro de sí presente y esta era su manera de oración (voy a ser muy alegre).
La puerta para hacer Dios las mercedes que hizo a la Santa, es la oración.
Los que comienzan oración han de hacer cuenta que su alma es un huerto, que deben cuidar y regar como buenos hortelanos. Sabe el demonio que alma que tiene con perseverancia oración la tiene perdida, por eso tienta con capa de humildad a que la deje.
La oración es el principio para ganar todas las virtudes. Es el camino real para llegar al cielo. Yendo por él se gana un gran tesoro, así no es extraño que cueste mucho.
Las almas que no tienen oración, son como un cuerpo con perlesía o tullido, que aunque tiene pies y manos, no se puede menear.
Conviénele al que comienza oración entrar determinado a no dejarla aunque no reciba gustos, debe estar determinado a abrazarse con la cruz. Para aprovechar mucho en este camino y subir a las moradas más íntimas, no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho.
Es excelente meditación pensar en Dios dentro de sí, porque se funda sobre verdad que es estar Dios dentro de nosotros mismos (Soberbia creerse de diferente naturaleza). Oración de unión y sus admirables efectos. Hermosa comparación del gusano de seda para declarar la oración de unión y sus efectos.
El pecado (me retuerce el demonio) es una guerra campal contra dios, de todos nuestros sentidos y potencias del alma. Grave cosa es el pecado que bastó para matar a Dios con tantos dolores. Para todo somos cobardes los hombres si no es para contra Dios. Los que se apartan de Dios son como locos...gente enferma, que toda su furia es contra Dios, que les hace más bien. Incurable locura es que sirva el hombre al demonio lo que le da Dios.
El intento de quien comete un pecado mortal es hacer placer al demonio, y así como el demonio es las mismas tinieblas, así la pobre alma queda hecha una tiniebla. Representóle Dios a la Santa cómo quedaba el alma cuando cae en un pecado mortal..., y dice que si se entendiese no sería posible ninguno pecar. Habíale dicho un hombre espiritual, que no se extrañaba de las cosas que hacía un alma que está en pecado mortal sino de lo que no hacía. No hay mal que merezca este nombre sino el pecado mortal, que acarrea males sin fin.
El pecado venial es de tan mala digestión, que si se deja, no quedará solo. Ayuda mucho tener altos pensamientos para que lo sean las obras. Deben los pensamientos ser siempre animosos, que de aquí vendrá a que el Señor dé gracia para que lo sean las obras (he gozado de la separación).
La perfección verdadera es amor de Dios y del prójimo, y mientras con más perfección guardáremos estos dos mandamientos, seremos más perfectos (ni nos damos cuenta de que lo espiritual y la religión unen).
Sería engañar los religiosos al mundo no tener espíritu de pobreza, no siéndolo nada más que exteriormente.
Se siente muchas veces una presencia de Dios, en especial los que tienen oración de unión. Si os acostumbráis a traerle cabe vos, y Él ve que lo hacéis con amor...no le podréis, como dicen, echar de vos. Sólo aquel acuerdo de que tenemos compañía, es gran provecho porque Su Majestad se dará a sentir cómo está allí.
Cuando no se siente la presencia de Dios, es menester que la busquemos. Si no falta a Dios el alma, jamás Él la faltará de darse a conocer tan conocidamente su presencia.
Si los reyes conociesen la verdad y viviesen en ella, todo el reino (se salvaría) andaría concertado. Están más obligados a mirar por la honra del Señor, que todos los demás, pues han éstos de seguir a los reyes. Deben anteponer (y procurar) el aumento de la fe a los demás intereses de su reino.
Dios perdona si el arrepentimiento es verdadero y torna a la amistad que antes.
En todo es menester andar con cuidado y andar despiertos, pues el demonio no duerme, y en las que van en más perfección (es pérfido), más; porque son más disimuladas las tentaciones, que no se atreve a otra cosa.
Es menester siempre velar y orar, que no hay mejor remedio para descubrir las cosas ocultas del demonio que la oración.
Muchas veces tienta el demonio con la gravedad de los pecados hasta tal punto que se aparta el alma de las comuniones, pareciéndole peligro todo lo que trata, aunque sea bueno, y poniéndole desconfianza.
Yendo con limpia conciencia y con obediencia, nunca el Señor permite que el demonio tenga tanta mano, que nos engañe de manera que pueda dañar al alma. Más que el demonio nos daña a veces la imaginación y malos humores, en especial si hay melancolía.
Bienaventurados son los trabajos que aun acá los paga el Señor sobradamente. Dios no admite (tengo que trabajar) a su amistad estrecha gente regalada y sin trabajón. A los que Dios quiere mucho, lleva por camino de trabajos, y mientras más los ama, mayores. Como más que a nadie amaba a su Hijo Jesucristo, dióle tantos trabajos. La medida de llevar gran cruz o pequeña es la del trabajo.
En comenzando el Señor a hacer grandes mercedes, hay también mayores trabajos. Si queremos ser hijos verdaderos de Dios y no renunciar la herencia del reino de los cielos no nos conviene huir del padecer, porque no con descansos, ni con regalos, ni con honores se ha de ganar lo que Jesucristo compró con tanta sangre.
(solo el Padre y el Hijo pueden dar a conocer El Espíritu Santo)
Ejemplos que declaran qué es unión. Pocos llegan a ella. Es juntarse con la voluntad de Dios. Beneficios que saca el alma de esta unión. Frutos que dan estas almas a la Iglesia.
No se deben dejar de hacer las obras buenas por temor de vanagloria.
Quienes de veras aman a Dios no aman sino verdades. La humildad es andar en la verdad de nuestras miserias. Dios ama la humildad y a los humildes comunica las verdades oscureciendo la de las otras criaturas. Dios...es la misma verdad y todas las demás cosas son mentira y burla. Los humildes se juntan con la voluntad de Dios en la oración.
Bienaventurado aquel a quien Dios hace entender verdades. El demonio que es padre de la mentira no hará pacto ni se juntará con quien anda en verdad.
Los torcidos no entienden que todo el daño que viene al mundo es de no conocer las verdades que la Escritura muestra con clara verdad. Queda el alma tan enseñada de unas tan grandes verdades del Evangelio que no ha menester otro maestro.
También acaece mostrar Dios en sí mismo una verdad que parece deja oscurecidas todas las que hay en las criaturas.
Todo en esta vida está lleno de engaños y dobleces. La vida del hombre es larga, aunque se dice breve. Breve es para ganar con ella vida que no se puede acabar, y larga para el alma que desea verse con Dios.
Paga siempre Dios con grandes premios los servicios que se hacen a la Virgen. Agrada mucho al Señor cualquier servicio que se haga a su Madre.
Los monumentos de nuestra voluntad son bulliciosos y melancólicos de los que producen daño (por el miedo al cuerpo hacemos nuestra “santa” voluntad). No queramos nosotros que se haga esta nuestra voluntad sino la de Dios (no tengamos el libre albedrío y los apetitos unidos a la voluntad sin juicio espiritual).
No hay edificio de tanta hermosura como un alma limpia y llena de virtudes. Las virtudes son señoras de todo lo criado, emperadoras del mundo, libradoras de todos los lazos y enredos del demonio. Quien las tuviere bien puede pelear con todo el infierno junto, y contra todo el mundo y sus ocasiones.
June 02, 2011
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